Salimos hacia la casa del abuelo, era ya de noche porque es una cena la que ellos organizan, llegamos a la casa de los abuelos, ahí estaba toda la familia; paso un buen rato y yo estaba platicando con una prima muy guapa, mi mama me veía con cara de celos, y yo platicaba mas a propósito, además no había podio estar mucho con mi mama, porque Juan no se le separaba, cenamos temprano, mi madre parecía molesta conmigo
Esta abrió los ojos desesperada, clavando las uñas en el pecho de su verdugo como una fiera, haciendo que la sangre brotara, así motivado el general se abandono al placer y sin miedo al peligro comenzó a empujar con todas sus fuerzas sus fuertes caderas contra las nalgas de Sue, hasta que el ardor se hizo insoportable y el hombre termino por lanzar un salvaje erupción de líquidos ardientes dentro del ano de la mujer del futuro.
Le chupe la concha y le metí la lengua hasta el fondo, la concha era del mismo tamaño que la de Karla, pero cuando le chupaba el culo, casi me ahogo, como podrán apreciar tiene un culo fenomenal, grande y bien formado, las pompis eran suaves y enormes.
Cierto día sentí deseos de ir a un cine porno, como no conocía la ciudad, me arriesgue y lo encontré, en fin el caso es que entre subí las escalas y entre a la sala del segundo piso, en principio no pude ver nada pues no me había acostumbrado a la penumbra entonces logre sentarme en una de las silla
Serena, tras dudarlo un momento, camino hacia donde la enmascarada le indicaba, con mano temblorosa abrió la pesada puerta de madera y descubrió que se trataba de un baño de grandes dimensiones.
Comencé besando sus senos, tenia unos pezones grandes y de color chocolate, para más tarde dirigirme a su chochito y se lo bese lentamente luego le metí mi lengua hasta lo más profundo posible.
Dos de mis personajes favoritos son Sailor Moon, que sin duda a entrado en la lista de clásicos de la animación japonesa, y Batman, un icono del cómic norteamericano.
Un día antes de una sesión de estudio, mi novia me entregó este texto poniéndome a mil, y mostrándome su habilidad para seducirme y su amor.
La puerta de adelante se abrió y de ella se apeo una mujer portando un elegante uniforme de chofer que le daba un cierto aire militar, pero lo que realmente sorprendió a Serena fue el hecho de que su piel era negra, hasta ese momento solo había visto gente de color en los noticieros y en la películas, las facciones de su rostro era algo toscas, sus labios gruesos y sus ojos verdes como los de una pantera tenían algo amenazante.
Pero sentir esos pechos juveniles clavados en mi torso y mis manos en el inicio de su exacto culo me impedía relajarme en absoluto. “Con una chiquilla como tú en brazos no es nada fácil relajarse, aunque si debe serlo gozar”, me oí decir. Ella me miró inquisitivamente, entre sorprendida y halagada.