relatos eróticos sexo

relatos eroticos sobre el sexo

366 relatos

María II: Alberto

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Me envestía salvajemente golpeando con sus manos mis nalgas hasta dejarlas totalmente enrojecidas y acababa corriéndose sobre ellas y extendiendo con sus manos su semen por todo el culo.

Intercambios en el Paraná

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Después de secarles, los montamos, ver como se introducían esos machetes dentro, imposible describir en letras la cara de goce de cada una de nosotras, cabalgando el barco se movía a nuestro ritmo, fue la primera sesión, después de descansar un rato cenamos.

Mi clienta predilecta

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No tuvimos tiempo de llegar a una cama porque ahí mismo en el suelo y en el sofá de su casa tuvimos nuestro primer orgasmo que nos llevó a veinte escasos metros del paraíso.

El club de las mujeres MSCH IV

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Quedamos que Adriana me iba a esperar con su amiga el viernes en la placita. La que venía era la última, la que iba a cerrar el ciclo. Después tendría que evaluar y elegir una ganadora. Todo había salido perfecto hasta ahora, ¿así que por qué tendría que cambiar?.

Secretos familiares II

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Volteo a ver a mi hermano, entonces mi mama se desnudo, se puso en cuatro y abrió sus nalgas al máximo, y le dijo mi papá a mi hermano, métesela hasta el fondo pero por el culo, entonces mi hermano dijo que no como se lo iba a hacer a su propia madre, mi papá le dio un golpe, y le dijo pues se lo haces a tu hermana

Cuñadas Amorosas II

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Cuando colgó temblaba de pies a cabeza. Todo lo que se había propuesto no sirvió de nada. Bastó una llamada para que olvidara sus buenas intenciones y ahora no quería pensar en nada, solamente que esa tarde estaría con Ana nuevamente y con el hombre desconocido al que se entregaría.

Yamilé

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Recuerdo perfectamente la primera vez que la vi, era un miércoles lluvioso y frío, yo trabajaba como cada mañana en el despacho y Marta, mi secretaria, me comunicó que había una mujer en la sala de espera que deseaba hablar conmigo. Le dije a Marta que me diera cinco minutos y que luego la hiciera pasar.

Cristina

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Uno de esos días , Rodrigo me informa que su madre le había encargado decirme que la fuera a ver , que ella necesitaba hablar conmigo y que me esperaba a eso de las 6 de la tarde en su casa , el entrenamiento acabo a las 5 y me fui a bañar a mi casa pensando mil cosas y francamente con el instrumento bastante parado.

Di vida a un muerto

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La conversación versó sobre diversos temas hasta que llegó casi la hora de despedirnos y nos intercambiamos teléfonos. Al anotarle mis datos me pregunta si ese es mi nombre y el título mi profesión.

Mi perrito Timmy

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Dejó actuar a sus hormonas cuando se ve sobreexcitado con un perrito que le haría tener sensaciones muy intensas y que cambiaría muchas cosas en él.

Mi cuñada ha sido la obsesión de mi vida

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Estando en la playa un compañero de estudios me avisó que me faltaba por entregar una de las instancias para las asignaturas opcionales del siguiente curso, y el plazo vencía dos días después. Tuve que tomar el tren urgentemente y regresar a la ciudad por la mañana temprano.

Recién salida del talego

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El dedo de Gema se dedicaba a prodigar los más tiernos estímulos en el clítoris de Adriana y comenzaban a humedecerse, cuando se deslizaba una y otra vez, apenas sin introducirse, en el sexo de su hermana, que había dejado de menearse, pero seguía tensa, muy tensa, sin querer mirar a los ojos a Gema, que aprovechaba para morderle la oreja y lamer su interior y luego el cuello y morderle la comisura de los labios.

Mi mejor amigo y mi esposa

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Cuando él empezaba a sentir las primeras vibraciones del orgasmo, ella se la quitó de la boca ante la mirada de desesperación de Juan Carlos que ya se ilusionaba con acabarle nuevamente dentro. Se acercó despaciosamente a su oído y le susurró que la cogiera por el culo, girando su cuerpo para recibirlo.

Mis hermanas, mi regalo

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Estaban mis hermanas mis padres y mi hermano pregunte si alguien mas estaba invitado a la fiesta y me respondió mi padre que no que era una fiesta solo para nosotros la fiesta transcurrió normalmente como cualquier fiesta pero luego mi madre dijo que era hora de darme mis regalos y todos salieron de la habitación minutos después regresaron mis padres y me vendaron los ojos me tomaron de la mano y me condujeron a la sala cuando llegamos me retiraron la venda y mire a mis hermanas desnudas solo con un listón.

Perfiles II: El regalo

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Separé los muslos para facilitar la tarea, podía ver mis labios atrozmente separados y húmedos y entonces los deslice hasta el final , hasta que mis nalgas ocuparon sus espacio apretándolos y por fin mi sexo reposo en el preciso lugar en el cual sin lugar a dudas estuvo su sexo querido días antes.

Lu-Mishtar

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Y luego, como ella fue gozada por varias bocas de mujer, mientras infinidad de manos recorrían su cuerpo, o pellizcaban ansiosas sus pezones endurecidos, y la sensación de un dedo impaciente introduciéndose en su ano, incrementando hasta el paroxismo las convulsiones de placer que irradiaban desde su sexo y recorrían todo su cuerpo...

Vuelo

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Los dos esperaban con ansiedad este día en que volvían a estar juntos, después de estar un tiempo separados, gozarían haciendo el amor y disfrutarían del momento de este delicioso encuentro.

Castillo medieval

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Después el reposo nos hizo conversar nuevas cosas, nuestro encuentro, experiencias anteriores; tu cuerpo se encontraba por esos días en periodo, por lo que mi pene quedo cubierto de un tono rojizo, que tu delicada y tiernamente te dedicaste a asear, tomabas mi carne y la limpiabas hasta que quedaste conforme; nos refrescamos con una bebida y así comenzamos a recuperar nuestros apetitos.

Doble pasión III

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Levanté la cabeza para pedirle sofocadamente que me volviera a penetrar, pero esta vez cambiaríamos de postura, porque sin pensárselo dos veces me alzó por las axilas y me subió agarrándome de la cintura, cogiéndome bien el culo para que no resbalara, al tiempo que yo le abrazaba con fuerza, le rodeaba con mis brazos todo su torso, levantaba las rodillas al aire y me clavaba una vez más su dardo inclemente, incansable y agotador.

Mi complaciente amante, mi compañera de trabajo I

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Por fin llego la hora de salir, antes de recoger mi coche, me tomé unas cervezas mientras esperaba. A la hora señalada ya estaba yo con mi coche esperando en la puerta. Fue la primera en salir, no se si por las habladurías o porque tenia ganas de estar conmigo, el caso es que se montó en el coche y nos dirigimos a un pub de un amigo, un sitio tranquilo, con poca iluminación, música no muy alta..., en fin, ya sabéis.

Haciendo el amor con Priscilla

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Ella se quedó quietita, jadeando sobre la cama, soportando todavía mi cuerpo encima de su cuerpo tembloroso, diciendo con su vocecita entrecortada que era toda mía, que me amaba y que se enloquecía de deseo y de placer, que ya no le alcanzaba con ser mi hijita sino que quería ser mi mujer. La besé en la boca y mi hijastra me respondió con su lenguita insaciable.

Compañera

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Esto ocurrió 3 veces más esa semana, cada vez que yo entraba a tomar algo, ella me seguía y allí se quedaba, quería que la contemplase pero que fuese yo el que diese el primer paso. El lunes siguiente no lo pude evitar y al fin empecé a hablar con ella, su voz era dulce y parecía muy simpática, nos empezamos a reír y hablamos de trabajo, estábamos en el mismo proyecto pero en fases distintas.

Ilustrísima señora

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A determinados niveles de poder económico se puede uno permitir disfrutar de un viaje en yate privado. Ese era el caso de Rosa y su esposo Rodrigo. Magistrada ella, Gerente de una gran empresa de asesoría financiera, él. Ambos decidieron relajarse y desconectarse de su estresante vida profesional y fletar, junto a dos matrimonios más, un precioso yate con su correspondiente tripulación, naturalmente.

Viaje de fin de curso III: Viernes, Sábado, Domingo

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Me puse a pensar en Emilia. Aunque Kuka encontrara antes las bragas, se las daría a Emilia para que tuviera que comerle el sexo. Mi única alternativa era que no encontraran nada. Emilia era una chica parecida a Kuka de estatura. Su pelo era marrón lacio y era muy morena de piel, de cara redonda y nariz respingona.

Diario de vida VI: Soledad 1

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Toda duda respecto de sus intenciones habían quedado respondidas cuando la vi a través del espejo introduciendo su mano en el interior de su falda para alcanzar su calzón y masajear frenéticamente su sexo hasta alcanzar el orgasmo, mientras yo la excitaba metiendo mi verga a la muchacha de la casa, dejando a su vista mi palo que entraba y salía de la gruta de la morena.