Hola mis queridos lectores, hoy les traigo una historia bastante candente, después de la aventura con Beto no eh sido la misma y menos a la hora de mirar a los hombres, José es uno de ellos, de apoco fui cayendo en sus enormes brazos...
Hola mis queridos seguidores, mil disculpas por la demora, ando con unos problemas pero nada de que preocuparse, hoy les traigo un viaje de trabajo, donde todo salió de maravilla y sobre todo caliente...
Mi vida desde que volví de mi luna de miel es como la de un programa de televisión: una casa estupenda, un marido con un buen trabajo, y a mí se me fueron abriendo oportunidades en el mundo laboral...
Decidimos regalarnos unos días de relax en un Hotel Spa serrano con el fin de revivir el fuego en la pareja pero allí mi mujer conoció a un turista pampeano que se la llevó a la cama en mi presencia.
En la continuación del relato anterior, después de la aventura que tuve con Alan, me case con mi pareja y teníamos todo planeado para una luna de miel para el olvido….Lo que no imaginaba es que la luna de miel para el olvido la iba a tener sin mi marido..
Como les comente en la Introducción, hubo hechos en mi vida de lo que no me siento orgullosa, pero no me arrepiento, este relato fue mi primera infidelidad a mi novio, Alan un muchacho demasiado encantador y pícaro, me hizo dudar a días de mi boda y finalmente termine cayendo en sus manos….
No soy lo que ves. Detrás de una vida perfecta, fui cayendo en el deseo, el engaño y los secretos que nunca planeé contar. Pero ya no quiero callar más. Esta es mi historia. Cruda, real, y a veces… demasiado caliente.
Mi esposa se llama Carla y su apodo de mi esposa es Regalito, ella es una mujer hermosa, su piel es blanca, sus ojos son verdes, sus gruesos labios, sus grandes tetas y sus nalgas apetecibles, han sido el deleite de varios hombres, en este primer capítulo, ella asiste a un concierto.
Una docente de 53 años de buen cuerpo pero con una rutinaria vida matrimonial conoce en una salida con amigas a un stripper de color que le devolverá su plenitud sexual.
Comencé por frotar mi pene en el clítoris de Jane que estaba tumbada en la cama. Luego me follé a la rubia directamente, apoyando mis fuertes brazos a ambos lados. Lo hacía sin condón. Siempre me arriesgo y creo que las mujeres con las que me acuesto ya han tomado las debidas precauciones.
Se tumbo sobre ella frotando sus penes. El de la rubia comenzaba a ponerse erecta de nuevo. Apretando un poco consiguió que volviese a correrse de nuevo. La transexual gimoteo de placer. Aquello le había gustado de verdad. Y el seguía y seguía frotándose. Al tiempo me metió un dedo en mi boca y se lo chupe. Me toqueteó las tetas.
Hacía tiempo que veníamos charlando con Euge el tema del intercambio y fuimos interesándonos cada vez más en el tema. Ahora llegaba la oportunidad de tener sexo con otros hombres delante de mi marido, a la vez que lo vería a él acariciando a otras mujeres.
Yo instintiva y silenciosamente le metí el pulgar en su boca. Recuerdo que llegaba a tocar su campañilla. Luego me beso, me metió la lengua. Yo sobé sus tetas apretándolas. Si mi pene medía 20 ahora medía 21.
Una de ellas, rubia de unos diecisiete como yo, rompió entonces el silencio diciendo que no les interesaba saber mi razones de haberme atrevido a llegar a nado hasta el área de ellas y todavía haciéndolo totalmente en bolas, que eso era cosa mía pero que ahora debía seguir sus órdenes y entretenerlas por algún tiempo.
En ese momento estás con la polla tan tiesa y el coño tan húmedo que nos da igual a ambos. Que queréis que os diga. Un sueño, aquello es como un sueño. Yo que nunca me había acostado con otra mujer que no fuera la mía, estoy con dos!
Fue con su novia a las rebajas, mientras ella se probaba una falda, nuestro protagonista no podía apartar la mirada de otras mujeres que se estaban probando lencería fina y muy sensual.
En el momento menos esperado y aprovechando una pausa que había tenido lugar en la conversación, una de ellas se levantó, me empujó hacia un sillón que estaba al lado del sofá y sin decir palabra se arrodillo ante mi, desabrochando mi bragueta para liberar a mi ya ansioso miembro que se encontraba aprisionado.