relatos eróticos rubia

9 relatos

Infidelidad

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Comencé por frotar mi pene en el clítoris de Jane que estaba tumbada en la cama. Luego me follé a la rubia directamente, apoyando mis fuertes brazos a ambos lados. Lo hacía sin condón. Siempre me arriesgo y creo que las mujeres con las que me acuesto ya han tomado las debidas precauciones.

Cuatro perrillas

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Se tumbo sobre ella frotando sus penes. El de la rubia comenzaba a ponerse erecta de nuevo. Apretando un poco consiguió que volviese a correrse de nuevo. La transexual gimoteo de placer. Aquello le había gustado de verdad. Y el seguía y seguía frotándose. Al tiempo me metió un dedo en mi boca y se lo chupe. Me toqueteó las tetas.

Fantasía cumplida

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Hacía tiempo que veníamos charlando con Euge el tema del intercambio y fuimos interesándonos cada vez más en el tema. Ahora llegaba la oportunidad de tener sexo con otros hombres delante de mi marido, a la vez que lo vería a él acariciando a otras mujeres.

La chica del bikini

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Yo instintiva y silenciosamente le metí el pulgar en su boca. Recuerdo que llegaba a tocar su campañilla. Luego me beso, me metió la lengua. Yo sobé sus tetas apretándolas. Si mi pene medía 20 ahora medía 21.

Una increíble aventura en un campamento de verano

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Una de ellas, rubia de unos diecisiete como yo, rompió entonces el silencio diciendo que no les interesaba saber mi razones de haberme atrevido a llegar a nado hasta el área de ellas y todavía haciéndolo totalmente en bolas, que eso era cosa mía pero que ahora debía seguir sus órdenes y entretenerlas por algún tiempo.

Encuentros inmobiliarios

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En ese momento estás con la polla tan tiesa y el coño tan húmedo que nos da igual a ambos. Que queréis que os diga. Un sueño, aquello es como un sueño. Yo que nunca me había acostado con otra mujer que no fuera la mía, estoy con dos!

Un día en las rebajas

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Fue con su novia a las rebajas, mientras ella se probaba una falda, nuestro protagonista no podía apartar la mirada de otras mujeres que se estaban probando lencería fina y muy sensual.

La recepción

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En el momento menos esperado y aprovechando una pausa que había tenido lugar en la conversación, una de ellas se levantó, me empujó hacia un sillón que estaba al lado del sofá y sin decir palabra se arrodillo ante mi, desabrochando mi bragueta para liberar a mi ya ansioso miembro que se encontraba aprisionado.