relatos eróticos mirada

16 relatos

Y la mosca voló

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Allí pasaron horas, él continuaba en la misma posición. Por su cabeza no transcurría nada, simplemente estaba en blanco. Era como si le hubieran arrancado la vida, su cuerpo se mantenía (a duras penas) activo, pero su mente permanecía dormida.

Basta un par de copas

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Mi marido se disgusta mucho con ello y solemos tener duras discusiones mientras volvemos con el auto a casa. Yo lo hago sin ninguna mala intención y me divierte zafarme un poco. Generalmente me pongo a hablar de temas sexuales, cosa que habitualmente no hago y los tipos se empiezan a calentar y eso no me disgusta.

Noche loca de tequilas

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Es una chica estupenda: organizada, responsable, discreta, eficiente, muy avispada y observadora... y sabe escuchar como nadie, lo que la convierte en mi consejera y mi mejor amiga. Su ternura me proporciona la calma que en tantas ocasiones mi corazón solitario pide a gritos.

La chica de la biblioteca

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Estaba apunto de correrme y se lo advertí para que se retirara, pero parece que a ella le dio igual e incluso aumentó el ritmo mas y mas y no pude controlarme y acabé dentro de su boca tragándose todo mi semen sin rechistar y limpiando los restos que quedaban en mi pene.

Una fogosa y fiel hembra se entrega a la lujuria inducida por su forzada abstinencia

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Empecé con mi habitual movimiento rítmico circular en torno al clítoris, y según se acercaba lo que prometía ser un bestial orgasmo, me introduje, primero un dedo de la mano izquierda en mi coño ávido de ser "llenado", después dos, y acabé con tres dedos lo más profundamente que pude dentro de mí, todo ello sin dejar de frotarme el inflamado clítoris cada vez más frenéticamente con la mano derecha.

La boda del incesto

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Yo que enseño a bailar salsa en un centro de baile pues le comente el tema y como no me pidió q la enseñara por que así su novio cuando viniera iba a sorprenderse de como bailaba, ya que a el también le encanta bailar en las discos esa música.

Alicia

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Baje su bombacha y pude sentir los vellos de su intimidad, mojados por el agua y el sudor, unos vellos negros azabache, crispados y revueltos... introduje mi dedo índice y pude sentir su calor, intenso, comenzaban los jugó a fluir... mi cerebro no pensaba en otra cosa que en ese monumento de mujer llamado Alicia...

Mírame y no me toques VI: Nuevas Historias

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Llegué a la estación que queda cerca de la productora, que es la estación Insurgentes. Bajé la escalera hacia el subterráneo, el andén no importaba, la dirección no importaba, llegaría a casa tarde que temprano y por pronto que fuese sería de todas formas una eternidad.

Mi alumna Lucy

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Era Lucy, quien pidió permiso para entrar. Lo hizo y me saludó con beso en la mejilla. Le indiqué se sentara en un sillón frente a mi escritorio. Ella lo hizo. Su mirada, más arrecha que nunca, se fijó en mí.

Mírame y no me toques I: Los ojos de Claudio

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Cuando alzó su mirada yo ya había tenido tiempo de serenar un poco mi respiración luego del esfuerzo atlético de brincar de andén a andén, mi respiración era agitada, pero un esfuerzo de las mandíbulas me hacía lucir normal, y el sudor ya me lo había secado de prisa con un pañuelo que siempre cargo.

Su buen corazón para conmigo III

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Nos vestimos, su amante había regresado, ella no dejaba de besarlo y agradecerle con su mirada el despertar sexual de su nuevo agujero, como si yo no estuviera, como sino existiera; el me miraba a mi con prepotencia de saberse mi condición de cornudo sumiso consentido y humillado

La mirada

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Y llegue al final del pasillo, nadie había allí a esa hora de la mañana, era aún muy temprano y allí yo estaba sintiendo que mi trasero tenía una presencia diabólica bajo su mirada.

Lios de familia I

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De pronto nos llegó el orgasmo casi al unísono y nos apretamos, nos hundimos uno en el otro, como queriendo fundir nuestros cuerpos, mientras nos regalábamos nuestros jugos en un intercambio de placer que agotó nuestras fuerzas. y acabamos entre besos, mordiscos y promesas de amor y deseo.