Ella acercó a mi su pie derecho y se puso a juguetear con mis testículos, que seguían muy grandes pero un poco más duros, asido ya mejor a ellos mi escroto, y luego seguía con sus dedos por mi pene, haciendo que este se columpiara, logrando la tercera vez que lo hizo que este se erigiera casi en pleno.
Cuando las palpitaciones de mi corazón tomaron de nuevo un ritmo tranquilo, ella debió de notarlo y empezó a darme un agradable masaje por mi espalda, menudas manos tenía, al principio relajó aún más todos mis músculos, pero enseguida, sus dedos empezaron a alejarse de la zona del masaje y se fueron hasta mi culo y bajaron por mis muslos, aquello era maravilloso, subía y bajaba acariciando toda mi piel.
La verdad es que soy un vicioso, me gusta el sexo a tope, y en mi estancia en Cuba de donde me traje a Carmen, estuve con tres amigos míos, los cuales ya se habían cepillado literalmente a mi esposa.
Ella, en un primer momento, estuvo a punto de rechazar la oferta del viaje, dárselo a alguna amiga pero, como no, su viejo amigo Jake, un emigrante escocés, le ofreció la posibilidad de ir.
Estaba como siempre. Era una chica un poco alta, debía hacer un 1,75 m más o menos. No era delgada, mas bien algo rellenita, aunque su cuerpo conservaba todas sus curvas. Llevaba como siempre unos pantalones ajustadísimos y un top también ajustado, de donde sobresalían sus dos grandes pechos. Llevaba una melena larguísima morena.
Después cogimos otra vez mas, ahora se la chupé yo solita. El no me lo pidió, porque sabia que a mi no me gustaba. Pero se sorprendió a medida que yo bajaba por su pecho, su vientre y llegaba al falo. también le chupe los huevos, un rato largo y sin que me lo pida.
Fuimos a la recámara, nos desnudamos totalmente, me puso en cuatro empezó a acariciar el agujero de mi culo deseoso con una lengua cálida, muy lubricada por su saliva. Jugueteó ricamente, luego introdujo un dedo, y fue avanzando hasta meter tres.... nunca había sentido eso y fue delicioso.
Cuando me la saco ocurrió algo q me sorprendió, el otro chico se acercó a ella, me la cogió y me la descapulló de una manera un poco brusca, al principio me dolió un poco pero me gusto y siguió al mismo tiempo que con la otra mano le tocaba las tetas a mi novia.
Descapulló la pequeña verga y lentamente y con mucho amor se la introdujo en la boca. Mientras chupaba el glande, con dos dedos masturbaba el pene y con la otra mano jugaba con los huevos dentro del escroto.
Realmente estás buena, jodida, creo que vamos a hacer un buen negocio contigo. Lo primero que tienes que tener claro es que no puedes decirle que no a nada de lo que te pida un cliente. Una vez que me digas que sí, que quieres trabajar aquí, tendrás que hacer y dejarte hacer todo lo que quiera quien pague, ¿de acuerdo?