He decidido escribirte estas líneas para contarte una fantasía que he tenido contigo, bueno, que llevo teniendo mucho tiempo y que me resulta muy excitante cuando la pienso.
Mi padre, después que ya dejó de sacar leche, me levantó la cabeza de en medio de las piernas de la Tata, sonriéndome me dijo si me había gustado probar su leche y lamer el coño de la Tata; que me había parecido aquello que había visto y si me gustó.
Empezó haciéndome una paja de maravilla, casi no pude contenerme y estuve a punto de venirme en sus manos, ella se dio cuenta de ello y paro, yo solo atinaba a manosearle su culo, sus tetas y su concha que aunque sobre el pantalón notaba que la tenía húmeda
Empecé por la espalda y me entretuve un buen rato en los costados de sus tetas y ella decia, que gusto la crema en mis pechos, los tengo tan grandes que me duelen, sobre todo los pezones y se moví o para dejarme darle crema en los pezones dentro del bikini.
En la penumbra de la sala de cine pude ver que abría su bragueta y me mostraba una deliciosa verga gorda y cabezona que brillaba por el precum, eso me calentó al máximo.
Rip le apretaba los dos pezones, uno con cada mano, los estiraba hacia delante con los dedos pulgar e índice y alternaba con un manoseo obsceno de las tetas, mientras se miraban.
Cuando mi mujer me dejó no pude afrontar solo el pago del alquiler, así que le propuse a mi hermana Lourdes que se viniera a vivir conmigo.
Yo estaba medio recostado en la pared. Álex alargó su mano y empezó a acariciarme el abdomen. Yo me excité aún más al notar el tacto de su mano acariciando mi camiseta de algodón.
Hace algún tiempo, mi novio y yo estábamos muy presionados en la universidad, él estaba terminando la carrera y yo estudiando y trabajando, por la tanto casi no teníamos tiempo de vernos, como ambos asistimos a la misma universidad, solo nos veíamos en los recesos.
Cuando llegaron las fiestas de mi pueblo, unos amigos por cierto muy envidiosos, me dijeron que me dirigiera a los cochecitos de atracciones.