A pesar de ser una mujer casada y sexualmente satisfecha, debo reconocer que, pero en el fondo muchas veces me asalta la idea de ser puta por un día.
Ella se llamaba Patricia, y tenia la misma edad que yo, 16 años, media 1,68 era morena pelo largo, delgada con un culito guapísimo y una cadera que té hacia perder los papeles y dos pechos bien formados.
Lucía, soy yo, está es la única forma de poder decirte lo que me pasa, eres la única que se preocupa del contestador y sus mensajes, así que ahora mismo me estarás oyendo. Verás siempre has sido alguien muy especial para mi, como una hermana a la que cuidar, proteger y alguna vez que otra confesarle mis secretos y lo que voy a contarte ahora, no es más que otro de ellos.
Tras la experiencia relatada en otro capítulo anterior dedicado a mi especial familia, por fin se presenta la ocasión de experimentar con mi hermana, las mismas o parecidas sensaciones que ya había tenido con mi madre, como relataba en la historia aludida.
Era la necesidad de tener algún dinero que fuera mío. ¿Para qué? Pues para comprarme cosas, ropa, libros, perfumes, barras de labios, todo aquello que podía hacer feliz a una chica de apenas veinte años, buena estudiante y a la que también le gustaba salir y arreglarse.
Poco a poco el garaje se fue convirtiendo en un templo, un lugar oculto a miradas curiosas donde adorar a una verdadera diosa; de hecho, cualquiera que pasara por fuera, al lado de la puerta, no podía imaginarse siquiera que se usara aquel recinto.
Todo comenzó hace tres años, les diré que tengo 33 años y la señora tiene 47 años, ella es una mujer que esta buenísima, es bajita y blanca, tiene unas tetas grandes y un culo enorme, además de que su cintura en estrecha, en fin la señora tiene lo suyo, creo que si la vieran por lo menos se imaginarían muchas cosas con ella, pues es muy sensual.
Los siguientes días fueron un tormento para Teresa, se sentía inquieta, nerviosa, más cuando su mirada se cruzaba con la de Beto, entonces su nerviosismo contagiaba su cuerpo.
Una emocionante historia de 4 antiguos compañeros de colegio que se reúnen un día y comienzan una excitante orgía entre ellos mismos hasta el orgasmo.
Mi madre es una mujer guapa a sus 40 años, es menuda (1´55m y 45kg más o menos) y tiene el pelo negro y corto. Sus ojos son negros y profundos, la nariz pequeña y los labios carnosos y sensuales.