Mi verga estaba erecta y pedía una concha que penetrar, pero por la posición en que estaba K era imposible poder penetrarla sin llamar la atención.
La verdad del sexo contado desde una óptica muy especial. En mi cama vale todo, ¿en la tuya?
Me ausenté unos minutos del lugar para buscar la cerveza, y cuando volví, ya noté que tanto mi novia come Héctor estaban un poco nerviosos.
La sensación de penetrar lentamente su húmeda vagina aun palpitante del orgasmo que acababa de tener fue maravillosa.
Leo salió del baño y me dijo que era yo muy rápido para desnudarme, que por él no había problema si me quedaba sin nada encima.
Ella se para del sofá y se dirige a la recamara, yo siento un alivio, se dió por vencida, rápidamente tomo con mi mano mi verga para iniciar una paja, de pronto aparece atras de mi.
Todo empezó con una apuesta de un volado, yo iba de copiloto, mi compañero manejando y ella la sensual Mónica, en la parte trasera, el volado lo avente yo y ella perdió, la apuesta consistía en que ella si perdía se quitaba la blusa
Ella comienza a pasarme una mano por mi pierna, subiendo casi hasta tocar mi miembro por encima de la ropa; yo la detengo diciéndole que si su familia nos ve, estamos perdidos.
Quizás por el vino tomado en la cena, mi suegra, de manera natural, en un brindis que los cuatro tipos hacían, levanto la copa e hizo el gesto de brindar con ellos, los cuatro, acogieron el brindis y lo agradecieron.
Cumpli la promesa de hacerle la conchita a mi amante... y ademas de eso comienzo a transformarla en mi putita.