Capítulo 1
Hola soy Ana Gabriela, tengo 18 años. Vivo con mis padres Solimar y Edgar que tienen 43 años. Los dos son de muy buen ver, ya que a su edad conservan muy buen cuerpo, son muy alegres y les gusta salir a divertirse. Cerca viven mis abuelos Marta y Andrés, los cuatros tienen muy buena relación. Siempre hemos sido una familia unida, mis padres y mis abuelos acostumbraban a salir juntos regularmente de fiesta y de viaje. Recientemente habían adquirido un terreno fuera de la ciudad y viajaban allí muy seguido, me llamó la atención de que no me llevaban, pero al final dije que mejor porque debe ser muy aburrido estar en un lugar aislado. Resulta que cercano a mi cumpleaños número 18, las cosas en casa comenzaron a ponerse muy interesantes. Mis padres en lo referente al sexo siempre habían sido muy claros conmigo, pero lo que paso ese fin de semana lo cambió todo.
Ése sábado quedé con unas amigas de vernos y llegaría a casa bien tarde en la noche, pero el plan se puso muy tedioso y decidí regresarme a casa. Abrí la puerta con mucho cuidado pensando estaban dormidos, pero al final una de las puertas sonó estruendosamente al cerrar, igual muy silenciosamente fui hasta el pasillo, pero al pasar frente a la puerta del cuarto de mis padres me fije estaba entreabierta y oí un gemido seguido de “un dame más duro allí, que rico dame duro”. Me paralice y de verdad la curiosidad me gano y me asome, pude ver a mi mamá que estaba arrodillada en cuatro dándole la espalda a mi padre que tenía el miembro dentro de su culo dándole embestidas fuertes. No me pude contener el miembro de mi papa me dejo asombrada y excitada. Al irme a mi cuarto no pude dejar de pensar en él, estaba muy excitada y las pantys se me mojaban solo de recordar ese gran pene y lo que mi mama disfrutaba. Al día siguiente me pare tarde, no pude pegar un ojo en toda la noche, mi mamá me interrogó.
- Ana a qué hora llegaste?
- ¡Tarde mamá no recuerdo la hora, pero la pase muy bien!
- Que bueno mi niña.
La verdad yo no la podía ver a la cara, y en ese momento llego papá y me estampo un beso en el cachete.
- Buen día a mi princesa bella y hermosa.
- Buen día papi, sabes yo sigo con sueño me voy a recostar.
No podía verlo a la cara sin recordar su gran miembro, me producía mucha excitación. Mi mamá se acercó a mi cuarto.
- Hija, quiero hablar contigo de lo que paso anoche cuando llegaste
- ¿Mamá me viste? Lo siento, de verdad no fue mi intensión, no volverá a pasar. Perdóname mamá.
- Tranquila Ana, no hiciste nada malo hija. Estas creciendo y es lógico que sientas curiosidad y para eso estamos mamá y papá, para guiarte y enseñarte todo lo necesario. El sexo no es malo hija, el sexo es para disfrutar el placer que te proporciona.
- Ay mamá de verdad no sabes la vergüenza que siento. Me viste allí parada, y yo quedé tan anonadada que no vi que me viste.
- Jajaja y cuéntame hija que te dejo tan anonadada?
- No nada mamá de verdad, creo que todo.
- Ana si tienes preguntas y dudas para eso estamos mamá y papá. Ya pronto estoy seguras empezaras a ser sexualmente activa y quiero que disfrutes tu sexualidad.
- Bueno tengo una pregunta el pene de papá parece un palo, no te duele allí en tu trasero.
- Jajajajajaja-mi mamá se carcajeo de la risa-bueno bebe por el culo duele un poco la primera vez, pero como viste mi ano ya está amaestrado por el pene de tu papá. Pero vamos a preguntarle a papá sí parece un palo.
- Nooooooo mamá como crees, como le vas a decir que dije eso.
- Jajajaja vamos anita vamos.
Me llevo a rastras al cuarto de ellos. Las piernas me temblaban, bueno no solo las piernas todo el cuerpo de recordar ese miembro todavía me excitaba.
- Edgar te tengo una sorpresa maravillosa. Te va encantar lo que piensa tu hija de tu pene. Jajajaja
- Que paso con esa princesa bella que esta mañana me trato todo seco y ni beso me dio.
- Bueno nuestra princesa hermosa ya está creciendo y anoche cuando llego, nos vio en plena cogida y muérete le encanto tu pene, dice que parece un palo.
- Jajaja princesa bella, tiene buen gusto
Me sonroje, no sabía dónde meter la cara. Pero los vi a ellos y tenían una cara de felicidad tremenda. Mi madre se acercó a mí y comenzó a acariciar mi cabello.
- ¿Ya creció mi bebé, y quieres conocer de cerca el pene de papi?
- ¡No como crees mamá nooo!!!!!
- Ana te dije estamos aquí para guiarte y enseñarte todo lo que tenga que ver con el sexo y el placer. ¿Ya pronto te llegara el momento y no quieres asustarte verdad?
- Así es hija-dijo mi papá- anda yo no tengo ningún problema, además me honra que ser el primero que veas- dijo sacándose el pene del pantalón- ahorita está placido, pero ya lo levantamos- dijo mientras se lo sobaba de arriba abajo.
Yo no podía creer lo que mis ojos veían, mi madre acerco sus manos al pene y comenzó a manipularlo también. No sé qué vieron en mi cara, pero sus caras sonrientes eran un poema. En eso mi madre tomo mi mano derecha y la acerco al pene y me dijo.
- Toma, siente su textura, siente como palpita, aprende como manipularlo, masajearlo, hazlo sentir placer.
No podía creer lo que pasaba, mientras le hacia el movimiento el pene se iba endureciendo y lo único que me salió decir fue: – no te duele cuando te lo mete.
- Jajaja no ya mi poncha y mi culo están acostumbrados ya verás.
Mi mamá comenzó a quitarse la ropa, las pantys salieron volando y se recostó con las piernas abiertas, se ensalivo la mano y se la llevo a la llevo a la vagina, le dijo a mi papá.
- Ven amor métemela y dame rico para que nuestra hija aprenda que es el placer.
Mi papá llevo su pene a la vagina de mi mamá y de una se la introdujo dentro, comenzó a bombear primero lento y después con rapidez y fuerza. La cara de mi mamá se transformaba de placer, en volteo a ver y me dijo- ¿te gusta lo que ves?
- Sí, pero aún no sé cómo te entra allí. Ella tomo mi mano, mi padre paro, le abrió los labios vaginales y me dice introduce un dedo aquí. Me mostró el interior de la vagina, yo dude, pero una fuerza mayor me impulso e introduje un dedo por el canal por donde salí. Luego me dicen mete dos, luego tres.
- Ves que rico es.
Papá luego continúe sus embestidas y mi mamá disfrutaba y gemía de placer, tomo nuevamente mi mano y la llevó a sus senos y me pidió que los acariciara, luego tomó mi mano derecha y se la llevo a la vagina para que le acariciara el clítoris. Temblaba del placer, quería gritar, pero vi que hacía el esfuerzo de no hacerlo. En eso mi papá también exploto y un líquido blanco salió de su pene y vi su cara de placer máximo.
Luego los tres nos acurrucamos en la cama, me parecía irreal los tres en la cama, ellos obvio desnudo y yo entre los dos. Se besaban de una manera que creía se querían comer. Su lengua recorría cada rincón de sus bocas. Yo ya había tenidos novios con quien me había besado, pero no con esa intensidad.
Así pasamos la tarde, pedimos comida a domicilio, ya para la noche las cosas se volvieron a calentar, comenzaron a besarse a hacerse caricias en sus partes íntimas. Mi madre tomo el pene de mi padre y se lo introdujo en la boca y tragaba con desesperación. No creía lo que veía, mi padre saco su pene y le abrió las piernas a mi mamá y puso su boca en su vagina y la comenzó a chupar con desesperación. Al ver esa escena mi vagina comenzó a temblar, al ver el placer que eso producía en mi mamá, el cómo se retorcía del placer. Como ahogaba los gritos. Papá la penetro y la embistió con fuerza, se dieron placer largo rato mientras yo era testigo del acto. Mi panty estaba empapada.
Mi papá terminó en los senos de mi mamá, ella me pidió que untara la leche en ellos, lo hice con suaves movimientos y me dio a probar con el dedo. No me disgusto el sabor, pero luego mi mamá me pidió metiera uno de sus senos en mi boca y lo succionara como si fuera bebe.
- Yo que no ya yo no soy una beba, además está lleno de semen.
- Prueba Ana te va a gustar.
Lo hice, y de verdad sentí un gusto enorme en tener el pezón de mi mamá en la boca, lo hice a los dos por largo rato. Ya no porque me lo pidieran sino porque me gustaba. Pasamos la noche los tres en la cama.
Al día siguiente en la mañana nos despertamos sonrientes, desayunamos y cada uno a lo suyo. En el transcurso del día no podía dejar de recordar cada momento vivido. El pene de mi papá como mi mama lo chupaba y la poncha de mi mamá depilada y jugosa.
Llegué a casa antes que ellos y pensé que quería la poncha depilada como la de mi mamá. Entre al baño con la intención de depilarme completa igual que mi mamá. No oí la puerta de la casa abrirse, de repente cuando ya estaba completamente desnuda para entrar a la ducha volteo y veo a mi papá en la entrada del baño que había dejado abierta por que pensaba estaba sola en casa. Me pregunto- Bebe vas a depilarte- me quede muda de verlo delante de mi desnuda, ya me había visto en pantys, en el día a día de la casa, pero esa oportunidad era diferente.
- Si pensé que a mi mamá se le veía tan bien que quise hacer lo mismo.
- Se te vera muy bien mi bella. Si quieres y no te molesta te puedo ayudar en eso, yo soy quien se la depila a tu mamá.
Me quedé viéndolo, pero dije, – si está bien- no sé cómo brota esa frase de mis labios. Él se quitó los pantalones y la camisa, se quedó en ropa interior y se metió a la ducha conmigo. Me depilo la poncha con mucha delicadeza, sin morbo, pero igual yo estaba excitada. Al terminar me fui a mi cuarto y lo dejé a él bañándose. Luego fue a mi cuarto y me dijo.
- Me dejas ver como quedo mi creación. Le conteste:
- Ya la viste.
- No la vi bien bella. Déjame ver si quedo bien
Me quite el pijama que en había puesto y me baje la pantys. Él me dijo, -recuéstate para revisar- eso hice y el me quito el panty de las piernas. Mi poncha quedo ante sus ojos, me dijo- quedo perfecta-, le sonreí nerviosa. Comencé a vestirme, pero me detuvo, – déjame darle un besito a mi creación. Puso su cara entre mis piernas y me dio un suave beso en la poncha, me estremecí, un corrientoso recorrió mi cuerpo. Él dijo falta la cremita de sábila para que no se te sonroje y me echo una crema fría suavemente, lo que me hizo estremecer mas al sentir sus manos en mu poncha. Al terminar se sonrió y fue a su cuarto, en eso llego mi mamá del trabajo, trajo la cena de la calle y fuimos a la mesa a comer.
Mientras comíamos nos contamos como habíamos pasado el día, y papá le conto a mamá que me había depilado la poncha y que había quedado tan bella como la de ella. Ella se emocionó y dijo que quería verla. Al terminar y recoger me fui a mi cuarto a arreglar algunas cosas de la uni, al rato entro mi mamá y, me dice:
- Ana déjame ver cómo te quedó.
- Mamá cómo crees, noooo
- Ay hija después de lo de ayer vas a tener pena. Ya hasta me metiste los dedos. Anda déjame ver.
Me bajé el panty y me recosté y ella admiro mi poncha depilada. Me sonrió y dijo.
- Excelente ya tienes a tu depilador oficial. ¿Cuéntame algo, tienes alguna pregunta, duda o algo de te ha gustado de los últimos acontecimientos?
- No la verdad he estado como asombrada, pero me gusta que me tengan confianza y yo poder tenérselas.
- Si queremos que disfrutes tu sexualidad a nosotros nos gusta sentir el placer, divertimos así somos. Y tú ya estas creciendo y debes también sentir ese placer tan rico del sexo. Por eso si tienes alguna pregunta no dudes en hacerla.
- Bueno si me gusta cómo se besan, a mí me han besado, pero no así y no creo saber hacerlo.
- Perfecto nosotros te enseñamos. Edgar ven un momento amor.
Papá entró al cuarto, con una sonrisa como si supera lo que iba a pasar. Mamá le dijo:
- La princesa de la casa tiene su primera petición de lección. Quiere aprender a besar
- Para eso estamos princesa, cuéntame que quieres saber.
- Bueno en realidad me gusto como sus lenguas recorren sus bocas y me gustaría aprender.
- Así, dijo mi papa mientras tomaba a mi mamá y le plantaba un beso en la boca.
Sus lenguas recorrían cada espacio de su boca, parecía que se tragaban mutuamente. Me encantaba verlo. Se separaron y papá me dijo:
- Entonces venga para enseñarla
Puso su cara frente a la mía y yo me eche para atrás.
- Venga que así es que va aprender. Dale que no hay nada de malo bebe.
Me estampo un beso en los labios que me hizo temblar, luego otro y otro suavemente. Yo ya no ponía resistencia, más bien le correspondía.
- Ahora ve abriendo la boquita princesa.
Mientras yo la abría él iba metiendo su lengua que tocaba la mía, contrario a lo que pensaba me agradaba, así pasamos un rato, medio se separaba para respirar. Al terminar sonrió y dijo:
- Ahora con tu mamá.
- No cómo crees papá
- Anda así aprenderás como mover la lengua.
Mamá se acercó y dijo, – anda Ana vamos que te va a gustar. Se acercó a mí y me planto un beso en los labios, yo correspondí y abrí la boca y nuestras lenguas se encontraron entrelazándose. Me gusto, si me gusto. Nunca habría imaginado besar una mujer y menos a mi madre, `pero me gusto. Nos besamos y nos besamos, mi papa y yo, mi mama y yo, mi mama y mi papa, los tres en un solo beso, eso eran lenguas por aquí y lenguas por allá. Toda la noche hasta que estábamos exhausto.
La mañana siguiente me desperté y vi a mi mama en cuatro mientras papa le lamia el culo. La cara de placer. Me comentaron que querían llevarme a un lugar donde pudiéramos estar más cómodos ya que allí en casa no podían dar rienda suelta a su placer por no hacer ruido y los vecinos no fueran a reclamar.
- Y donde es eso, pregunté.
- Es la casa que compramos en el interior. Crees puedas faltar a clases esta semana
- Bueno no tengo parciales pendiente y los apuntes los puedo pedir.
- Entonces vamos
Hice una pequeña maleta, pero me fijé que ellos no llevaban casi ropa. Les pregunte:
- ¿Y su ropa?
- Allá no la necesitamos bella, contestó papá
Llegamos a una casa a las afueras de la ciudad, como a cuatro horas, estaba alejada de todo, no se veían vecinos ni nada cercano. La casa estaba toda cercada, era pequeña, solo tenía una habitación y una sola cama, era una casa pequeña en un terreno gigante.
Al llegar y dejar sus cosas, papá fue al baño y mamá comenzó a desvestirse, papa llegó desnudo ya y comenzaron a besarse y tocarse. Mamá se agachó y comenzó a chupar el pene de papá se lo tragaba y le llegaba a la garganta creo le daban ganas de vomitar, pero eso no la detenía. El gritaba y se doblaba, lo estaba disfrutando.
Papa la llevo a la cama y allí comenzó a lamer su vagina de arriba abajo mientras ella gemía de placer, se retorcía, gritaba, la embestía con la lengua le apretaba los senos, le chupaba el clítoris. Luego la penetro con fuerza en la vagina, mientras ella con la mano se acariciaba el clítoris. Nunca los había oído gritar así:
- Cógeme fuerte, dame duro, allí, allí.
- Si puta quiero que tu hija vea lo puta que eres.
Yo no podía creer, luego de un largo rato dándole fuerte en la vagina mi panty estaba empapada y no pude evitar tocarme. Papá se dio cuenta, volteo a mi mama y le introdujo el pene en el culo. Me llamo para que viera como le entraba y le salía. Mama grito más fuerte.
- Dale coño que me vengo dale duro
Tomó mi mano y la llevó a su vagina y me grito
- Tócame acaríciame el clítoris, dame placer.
Su culo se abría demasiado y ella disfrutaba, gemía gritaba.
- Ya me vengo, dijo mi papá
- Quiero le termines en las tetas a tu hija, ven Ana el semen hará se te pongan duritas las tetas y te crezcan más.
Estaba tan excitada que me quite la blusa sin pensar y me recosté para que el pusiera el pene en mis tetas y echara toda su leche en mí. En eso el acerco el pene que aún tenía una gota de semen a mi boca, lo puso en mis labios yo abrí mi boca y lo chupé. No podía creer lo que había hecho.
Los dos estaban con una gran sonrisa en sus labios. Me besaron los dos sus lenguas se confundían con la mía. Mi excitación no acababa. Nos recostamos felices. Mi mamá no dejaba de besarme, mis labios estaban hinchados, mamá los chupaba, de repente siento sus labios en mis senos, me los chupaba y los acariciaba, Papá se había dormido. Mamá y yo nos dormimos abrazadas.
Al despertar comimos ya era tarde de noche, ellos desnudos y yo me quede con el panty nada más. Papá me pidió me sentara en sus piernas. Y comenzamos a besarnos, me encanto no quería que dejara de hacerlo, me comenzó a masajear los senos. Llegó mamá y nos acompañó, me encantaban esas dos lenguas dentro de mi boca, les dije- no paren, me encanta. Pararon y nos fuimos a la cama. Yo entre los dos, seguimos besándonos, yo no aguantaba la excitación estaba completamente mojada, se dieron cuenta y me dijeron- estas mojadas verdad, conteste- si, -puedo tocar, – su mano toco mi vagina por encima de la panty, brinque de la sensación tan rica que sentí, lo hacía suave, tocando toda la extensión de mi vagina. – Puedo meter la mano, – si, conteste. Esta vez al sentir su mano en directo en mi vagina hizo que explotara de placer y grite. Mamá me quito el panty y él procedió a darme el mayor placer que sentí, los jugos brotaban en cantidad, metió algunos dedos dentro y yo gritaba, gemía, disfrutaba al máximo. Al terminar papa lamió cada uno de sus dedos, la mano entera. Me dijo, – quiero tomar de esos jugos, abrió mis piernas y pudo su lengua en mi vagina y comenzó a lamer, a chupar, a tragar mis jugos. Yo me doblaba de placer, mamá comenzó a besarme y acariciar mis tetas. Papá seguía extasiado en mi vagina y llegó a lamer mi ano. En eso subió a mi boca me besó y puso su pene en mi vagina, me pregunto si yo quería que el fuera el primero, yo no dudé en decir:
- Sí, pero me dolerá. Mamá dijo, – un poco, pero te pasara rápido contaremos hasta tres, me dijo tomando mis manos en mi abdomen.
Papá coloco el pene en la entrada, y contó uno, dos e introdujo el pene de una, yo grité y les dije. – Dijiste que contabas hasta tres. El espero que el dolor pasara y me acostumbrara a el miembro dentro de mí y comenzó suavemente a envestirme. Que placer sentí, que rico comencé a decir, ay me gusta, sigue papi, sigue, me encanta sigue. Mamá masajeaba mi clítoris y de vez en cuando acercaba su cara y chupaba. Deliraba de placer, sigue, sigue me vengo, papa saco su pene de mí y chorros salían de mi vagina. Lo volvió a introducir y yo seguía gimiendo que placer, quiero más, más. Me vine como tres veces, hasta que el exploto también de placer. Derramo s semen dentro de mí, mi cuerpo temblaba, mi mente temblaba, que había pasado, que había hecho.
Se recostó a mi lado, mi mamá del otro, de repente me vino a la mente, terminante dentro papá.
- Tranquila princesa, me hice la vasectomía hace años, tu serás siempre la única beba de papá.
- Te gusto hermosa, preguntó mi mamá. Ya eres una mujer, describiste lo rico que es el sexo.
- La verdad me encanto, me siento en las nubes.
Nos quedamos dormidos abrazados, llenos de mis líquidos que estaban por toda la cama, sentía mi poncha pegajosa. Al rato desperté y estaba sola en la cama con papá, me levanté para ir al baño y de regreso vi a mi mamá en la cocina.
- ¿Ya se despertó la princesa de la casa, como estas? ¿Cómo te sientes?
- La verdad muy bien, aun siento el pene de mi papá dentro, siento como la sensación.
- ¿Cuéntame que te gusto más Ana?
- La verdad todo, pero me estremecí cuando me hizo el oral, es muy rico sentir la lengua allí.
- En serio, bueno la verdad te lo vi en la cara.
- Siii me encanto.
Mamá se me acerco lentamente, me tomo de la mano y me llevo al sofá, allí comenzó a besarme suavemente, me aleje y le pregunte:
- ¿Qué me gusté que me beses no me hace lesbiana?
- No necesariamente pequeña, en mi caso me encanta tus labios tu lengua todo, igual que me encanta tu papá. Soy más bien bisexual.
- ¿Has tenido sexo con mujeres?
- Si es muy rico, ¿a ti te gustaría?
- No sé de verdad
- ¿Podemos probar?
Mamá se me acercó y comenzó a acariciarme y a besar mi cuello, me estremecí completamente, la deseaba y no sabía por qué. Comenzamos a besarnos apasionadamente, ella fue bajando hacia mi cuello, me encantaba, acariciaba mis senos, los beso, los chupo con rudeza, pero a mí me encantó. Fue bajando hacia mi abdomen, luego a mi vientre, yo ya estaba que explotaba de placer. Abrió mis piernas lentamente y puso su cara enfrente de mi poncha depilada. Comenzó a lamer suavemente, lo disfrutaba mucho.
Lamía con pasión, me hacía estremecer, me doblaba de placer, lo disfrutaba mucho. Paro y se subió hacia mi cara. – Prueba el sabor de tu poncha. Me beso y pasaba su cara por mi boca, sentí el sabor de mi poncha. Luego introdujo sus dedos en mi poncha y comenzó a moverlos rápidamente, explote de placer, me encantaba lo que sentía, le pedía más, más más.
Estaba en las nubes, luego paro y yo tome la iniciativa de y me abalance para besarla y besar y chupar sus tetas, estaba excitada de verdad no me reconocía. Quería comérmela, me encantaba, sin darme cuenta llegué a su poncha, ella abrió las piernas y allí estaba frente la poncha de mi madre, el lugar por donde salí. Lo lamí, lo chupé con desesperación me encantaba, mi madre se doblaba de placer, le vi una sonrisa en los labios y volteé a ver a quien veía. Era mi padre que estaba viéndonos desde la esquina, tenía el pene ya erecto.
- Que hermosa escena estoy presenciando, mis dos mujeres dándose placer.
Se acercó a nosotras, mi madre se puso de espalda al sofá y me indico que hiciera lo mismo. Mi padre se agacho me tomo por la cintura y puso su cara en mi culo y comenzó a lamer mi ano. Guao pensé nunca imaginé esto. Luego desde atrás introdujo su pene en mi poncha, me daba con fuerza, luego lo saco y lo introdujo en mi madre, así estuvimos largo rato.
Continuará.
Espero les guste, pronto subiré la segunda parte
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