Últimos relatos gay:

El piloto de mis sueños: La noche que mi vida cambió

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Cuando termino el curso de ingles, el se fue a la fuerza aérea, aun así nos mantuvimos en contacto. Después de dos años de no vernos, quedamos en encontrarnos en un bar de la ciudad, la alegría fue grande, entre tragos y baile, la conversación subió de tono, hasta que él me reto a darle un beso, por supuesto no desaproveche la oportunidad que había anhelado, yo hasta ese día era virgen y desde que lo conocí me dije que con el tendría mi primera vez, y nunca imagine que eso llegaría.

Una vecina especial

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Se quedó meditando y me dijo que se atrevía siempre y cuando existiese mucha discreción de ambos. Le contesté que no se preocupara que no iba haber ningún problema. Nos fuimos del hotel donde estábamos y busque a mi amigo Juan Pedro, un compañero de trabajo, con quien siempre hacía orgías, ya fueran buscadas por él o por mí.

Una gran sorpresa para Rosa

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El negro se bajo los calzoncillos con la única mano libre que le quedaba y lo que apareció me paralizó totalmente. La polla del negro era en estado flácido mas grande que la de Toni y de un grosor como mi muñeca. Al instante noté como los pezones se me ponían duros y como un calor me subía directamente desde mi entrepierna a mi cuello.

Otro fin de semana I

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La primera con un dedo durante la vuelta de la discoteca al hotel, la segunda con la lengua en el parking del hotel (en el asiento trasero del coche) y la tercera ya en la habitación con mucho sufrimiento pues ya estaba a punto de estallar de lo caliente que estaba y además ella tardó por los dos orgasmos anteriores.

Y nos pilló mi hermano

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Subió al cuarto de Alicia en el piso superior y, después de saludarse, se pusieron manos a la obra con los ejemplos y problemas del álgebra. Pronto estaban inmersas en mareas de fórmulas y ecuaciones, hasta el punto de casi no darse cuenta cuando Esperanza y Rodrigo (el padre de Alicia), se despidieron a eso de las ocho de la tarde.

Sorpresas te da la vida

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Al principio su reacción fue de enojo pero, cuando quiso darse cuenta, se encontraba apoyada en el quicio de la puerta con la bata en el suelo, las piernas abiertas, dos dedos de su mano izquierda dentro de su coño, frotándose el clítoris con el dedo corazón de la otra.

Al teléfono

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Seguían viniéndole a la mente las imágenes mientras pensaba en el trabajo que le esperaba ese día. No se fijó siquiera en el cruce temerario de otro vehículo que casi le hace chocar con el semáforo.

La sorpresa de mamá II

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Karina, mi tía, seguía mamándome deseosa de que yo finalmente terminara en su boca, mientras Marina (mi mamá) se cogía con un consolador frente a nosotros, esto me tenia a mil y yo ya no era capaz de soportar mas, así que con un gran espasmo me vacié en la boca de mi tía al tiempo que Marina se convulsionaba frenética ante los embates de aquel consolador que ella misma manejaba, mi tía deglutía mi semen gustosa...