Últimos relatos gay:

¡Enséñame tú, papi! V – Final

0,00 (0 votos)
Pasados algunos días, Carolina me avisó que le tocaba a ella hacerse cargo del turno de cuidar a mi suegra, así que iniciamos nuestro ritual de follar con mayor asiduidad y prepararnos para el periodo de abstinencia, yo ya sabía que la única abstinencia la estaba haciendo la Sole y ya me imaginaba de cómo estará de caliente y sedienta de sexo

Con la presidenta I

5,00 (1 votos)
En algunos momentos de juegos eróticos , hacia que mi mujer me relatase alguna fantasía y en mas de una ocasión me contaba algunas de la picardías de su amiga, a la cual aparentemente le gustaba el sexo por sobre todas las cosas, lo cierto es que esto hizo que me fijase con un poco mas de atención en ella , me empezó a gustar sobremanera como vestía, muy moderna con camisas o remeras ajustadas que hacían sobresalir sus diminutos pechos y casi siempre en minifalda, lo que permitía observar sus proporcionadas piernas.

El mejor de todos

5,00 (1 votos)
A los treinta y ocho años en esa mañana de domingo la vista del jardín de la quinta (heredada de sus padres) a la media mañana, contemplando por la ventana el parque tan bien mantenido, lleno su mente de recuerdos, cayo como otras veces desde los 19 años en la autosatisfacción

Max, pequeño pero follón II

0,00 (0 votos)
Cuando le vi salí de la clase, esperé unos segundos y entré detrás de él sin que me viera. Él se bajó la cremallera (todavía sin verme) y se puso a mear en el urinario de la pared. Yo aproveché para mear en el de al lado, y así ver la polla que tanto había ansiado durante esas semanas.

10 hombres para 1 mujer

0,00 (0 votos)
Ella estaba orgullosa de su durito y pequeño culo y de su tipo moldeado en el gimnasio y también de sus tetas, ni muy grandes ni muy pequeñas, el tamaño ideal según ella y según yo como pude comprobar después. Nuestra relación en seguida fue muy especial.

Una temporada fina

0,00 (0 votos)
Me lanzaron sobre el suelo y comenzaron a acariciar mi cuerpo con sus manos, sus bocas recorrían mi piel, besando y acariciando mi cuello, mis pezones, mis caderas, besándome cerca del pene, los muslos. Rápidamente mi sexo comenzó a endurecerse, sabían perfectamente como acariciar a un hombre, que hacer para recuperarlo después de una buena corrida.

¿Mi santa madre?

0,00 (0 votos)
Mi madre se empujaba hacia atrás para comerse por completo la verga del tipo, parecía que estaban en una batalla, a pesar de que mi madre era la que recibía los vergazos, ella también arremetía contra él con su enorme trasero, mi madre ya debía tener experiencia en esas prácticas porque si no, no comprendo cómo es que se aguantaba semejante pedazo de carne.

La dependienta

0,00 (0 votos)
¿Cómo le quedan? En ese momento abrí la cortina. Póngase aquí que hay mas luz. "De cintura le quedan bien pero tal vez una talla mas", y llevando su mano al lado de mi paquete me dijo: "fíjese por aquí le tiran un poco" y cogiendo un poco de tela con dos dedos pero apoyando su mano en mi bulto dijo: "la pinza le queda un poco abierta", "póngase la talla 46", y volvió a correr la cortina, dejándola otra vez entreabierta.

Educación real de una esclava II

0,00 (0 votos)
Saque la navaja y le fui quitando la capa de jabón y con ella los pelos de la parte superior de su pubis. Poco a poco todos los pelos iban desapareciendo. La dejé sin un pelo del ombligo al agujero del culo. Tras limpiarla y secarla, le di una crema y contemple el resultado. Como siempre que veo un coño recién depilado, la palabra que vino a mi mente fue apetecible, pero no pensaba darle esa satisfacción, no la iba a follar, estaba muy excitada y tenía que aprender, que el placer, la excitación, también pueden hacer sufrir.