Era la necesidad de tener algún dinero que fuera mío. ¿Para qué? Pues para comprarme cosas, ropa, libros, perfumes, barras de labios, todo aquello que podía hacer feliz a una chica de apenas veinte años, buena estudiante y a la que también le gustaba salir y arreglarse.
Poco a poco el garaje se fue convirtiendo en un templo, un lugar oculto a miradas curiosas donde adorar a una verdadera diosa; de hecho, cualquiera que pasara por fuera, al lado de la puerta, no podía imaginarse siquiera que se usara aquel recinto.
Todo comenzó hace tres años, les diré que tengo 33 años y la señora tiene 47 años, ella es una mujer que esta buenísima, es bajita y blanca, tiene unas tetas grandes y un culo enorme, además de que su cintura en estrecha, en fin la señora tiene lo suyo, creo que si la vieran por lo menos se imaginarían muchas cosas con ella, pues es muy sensual.
Los siguientes días fueron un tormento para Teresa, se sentía inquieta, nerviosa, más cuando su mirada se cruzaba con la de Beto, entonces su nerviosismo contagiaba su cuerpo.
Una emocionante historia de 4 antiguos compañeros de colegio que se reúnen un día y comienzan una excitante orgía entre ellos mismos hasta el orgasmo.
Mi madre es una mujer guapa a sus 40 años, es menuda (1´55m y 45kg más o menos) y tiene el pelo negro y corto. Sus ojos son negros y profundos, la nariz pequeña y los labios carnosos y sensuales.
Destapé el hueco que comunicaba a la habitación de mi mamá y sorpresa!!! estaban las dos desnudas- que par de cuerpos tan deliciosos, no pensé que mi madre estuviera así de bien, parecían hermanas (mi madre se casó muy joven y embarazada de ella). Estaban probándose la lencería mas erótica que hayan visto mis ojos.
Primera parte de un relato de amor filial entre una madre efectuosa y muy consentidora y su hijo, un menor en los inicios de su pubertad.
El ambiente estaba muy caliente, pero los padres de ella, podían entrar en cualquier momento y aunque ella ya tiene edad de hacer estas cosas, no es muy recomendable hacerlo en su casa o en este caso, en casa de sus padres.
Hacía poco que lo nuestro se había terminado y ella siempre que nos veíamos me decía que me deseaba y que sería suyo...