Sorprende a unas alumnas fumando y las manda a su despacho para proceder con el castigo Me llamo Miguel, y puede decirse que no soy nada especial, tengo 46 años y vivo solo, nunca he estado casado y realmente no tengo éxito con las mujeres. Quizá sea porque soy de poca estatura, llevo gafas y […]
Primero la recibí casi tímidamente con la puntita de la lengua, después tomé su pezón con los labios y finalmente me tragué gran parte de su teta mientras mi lengua recorría incansable su aureola.
Mi tío volvió a casa, y seguimos con nuestros juegos sexuales; pero resulta que recibí una llamada de mi novio que venía de mi ciudad, entonces les pedí permiso a mis tíos para que se quedara en la casa, a él no le pareció la idea, pero ella dijo que sí, que podía usar la habitación de los huéspedes
Yo algunas veces fui a ese anexo y no me sorprendía ver tipos parados frente a los orinales luciendo enhiestas vergas de todos colores, tamaños y por qué no decirlo, sabores.
Yo me quedé muy nervioso con ganas de llamarle y decirle que quisiera perderme en sus brazos fuertes, total que quise olvidar el rato y me fui al baño, eran como las 11 de la noche, cuando me entra una cachondez y me decido ir a buscarlo me puse unos jeans y una playera y subo a la azotea, llegó y está abierto su cuarto,
El chico se levanta por la noche tras escuchar unos ruidos y descubre a su madre masturbándose mientras ve una película porno.
Cierto día me encontraba en la casa viendo televisión y jugando al Nintendo solo, ya que mis hermanos se fueron de rol y mis padres estaban de viaje, cuando llaman a la puerta y era Arturo, que venía un jeans ajustado y una playera azul que la hacían ver realmente sexy, buscaba a mi hermano y le dije se fue con mi primo y otros cabrones de rol
Yo casi no podía sentir más que esa gruesa verga rascando el interior de mi cuerpo y mi clítoris que parecía a punto de estallar, y me entregué a las sensaciones como si fuera la primera vez.
Era evidente que Eduardo era un verdadero experto eligiendo a las mujeres estas dos eran unas tremendas ninfómanas en cuanto descansaban un poco ya estaban pidiendo más guerra así que después de comernos tranquilamente unos bocadillos y tomarnos unas cervezas Eduardo y yo nos tumbamos sobre las toallas
Primero estábamos en la posición normal, pero fuimos cambiando varias posiciones e hicimos una realmente espectacular ella se monta encima mío con las piernas abiertas y gira tomando como eje mi verga y su punto central su concha con mi verga bien clavada en ella.