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Al salir del trabajo

Al salir del trabajo

Antes de continuar, quiero agradecer todos los correos que me han enviado. Quiero decirles que mi relato anterior es totalmente ficticio.

Si abusaron una vez de mi, pero no fue tan traumático y, en cierto punto, fue hasta aburrido.

Algún día les contare esa historia.

Pero mi relato es únicamente una fantasía.

Muchos me han preguntado como soy.

Se me olvido describirme en mi otro relato, así que saldo la deuda: soy de tez morena clara, mido 1.80, tengo 29 años, estoy algo llenita, pero mis medidas son 96-87-94.

Tengo, creo yo, bonitas piernas y lo que mas me miran los hombres es mi busto. Acostumbro caminar muy erguida, así que se nota mas aun.

Quiero contarles lo que me paso la otra vez que tuve que salir tarde de donde trabajo.

Para que se den una idea, trabajo por la periferia de la ciudad.

Contamos con transporte para llegar a la planta yapra salir de ella.

El tomar los autobuses a esas horas en esos lugares es un suplicio para una.

Nunca faltan los que te encajan su verga, te manosean el culo y que otro te quiere agarrar las tetas.

Normalmente nunca lo uso. Solo cuando se me hace tarde o cuando tengo que llegar muy temprano.

Pero el otro día, surgió un problema y nos quedamos bastante tarde en la fabrica. Mi jefe, al ver que ya eran las 9, me dijo que me fuera, y que pidiera un taxi, que el me pagaría mañana el gasto. Yo le agradecí el gesto y salí a recepción.

Ahí decidí que no era tan tarde, eran solo las 9:20 y podría tomar el camión. Así que me despedí de los guardias y me puse a esperar el autobús.

Paso en 20 minutos, ya estaba apunto de regresarme y llamar un taxi, pero como vi que venia, decidí tomarlo.

El autobús iba bastante lleno y a obscuras.

Una mala costumbre de los camioneros, pero creo que lo hacen para que los que ya van tan tarde puedan dormir un rato tranquilamente.

Lo malo para nosotras, es que se aprovechan de la obscuridad y del tumulto para propasarse.

Como pude me abrí paso hasta quedar cerca de la otra orilla del camión. Durante el camino note claramente como me agarraban las nalgas, como me sobaban e incluso un descarado me pico el culo.

Al llegar a donde quería estar, me agarre de los pasamos y seguí de pie.

Nadie se ofreció a dejarme el lugar. Estaba rodeada de varones. Éramos muy pocas las mujeres que íbamos a esa hora.

Déjenme decirles que ese día llevaba una falda, no muy entallada, y que me llega a la rodilla. Y una blusa de cuello de cisne, pero con un ovalo en el busto, de manera que quedaba escotada.

El run-run del camión me fue arrullando poco a poco.

Sentí en eso como un tipo (el que iba detrás de mi) me clavaba su verga en la raja de mis nalgas, y empezaba a frotarse, como si me estuviera cogiendo. Incomoda, me hice un poco a un lado. El se volvió a acomodar y volvió a las andadas.

Decidí que no tendría de otra mas que soportarlo, pues era la única mujer en medio de tantos hombres y además, no podría pasar a mayores.

Siguió dándole con su vaivén, y, animado por mi indiferencia, me sujeto las caderas con una mano, jalándome hacia el en cada embestida que me daba. Sentía asco, me repugnaba lo que estaba haciendo. Pero no tenia caso hacer nada. Era obvio que estaba punto de terminar, y entonces seguramente me dejaría en paz.

Y así fue, no duro ni dos minutos, pero a mi se hicieron eternos. Sentí que soltaba un suspiro y me dio un fuerte agarrón en mis nalgas cuando se alejo.

Me relaje, ya todo había terminado. Espere que el resto del camino fuera tranquilo.

Me estaba acercando a donde debía de bajarme para transbordar. Cosa de 10 minutos o 15, dependiendo del trafico. Empecé a fijarme por las ventanas para ir viendo por donde andaba. Sentía como de vez en cuando se agarraban de mis nalgas, pero ninguno tan atrevido como el otro tipo.

De repente sentí una mano fuerte, que me tapo la boca. Al mismo tiempo otras manos me sujetaron mis brazos. En cuestión de segundos me dejaron totalmente inmovilizada. Seguro eran mas de tres, por que otras manos empezaron a subir mi falda.

Sentía sus manos que exploraban mi piernas, forzándome a separarlas, explorando cada parte de mis nalgas, y jalándome los calzones, hasta que los metieron en la raja de mis nalgas.

Sentía su magreo, otras manos me estrujaban los senos, y yo por mas que intentaba zafarme, esta firmemente agarrada de mis muñecas y esa mano sobre mi boca no se quitaba por mas que lo intentaba. Estaba completamente a su merced.

Trate de relajarme, pensando que únicamente me sobarían toda, si acaso me meterían el dedo, pero no pasaría a mayores.

Sentí que rompían mis calzones. Los jalaron y me “limpiaron” el culo con ellos, sin soltarme, utilizando mis propios calzones me amordazaron. Era una verdadera orgia, sentía manos por todos lados explorando mi cuerpo, y seguía firmemente sostenida. No podía creer que nadie mas en el autobús se diera cuenta.

Creo que seria difícil. Únicamente había puros hombres a mi alrededor. Y los tipos que estaban delante de mi me manosearon la concha de lo lindo.

Pegue un brinco cuando me metieron un dedo en la vagina y otro en el culo. Aun cuando ya lo esperaba, me sobresalte. Se movían con frenesí. Me estaban follando con los dedos.

Poco a poco me habían colocado en medio del pasillo, y así un tipo se coloco frente a mi y otro atras de mi. Entre los dos me levantaron y pude ver que traían sus vergas de fuera. Tiesas, listas para taládrame. Otros tipos me sostenían de los tobillos, estaba sostenida por seis hombres!! y apunto de ser violada por dos!!

No podía creerlo. Nunca me hubiera imaginado algo así. Me retorcí cuando el de atras empezó a clavarme su verga en mi culo, estaba caliente y húmeda.

Sentía como se abría paso entre mis intestinos, quemándome, rozándome con su rugosa herramienta. Al poco rato, empezó a entrar el otro tipo en mi concha.

Era doloroso en verdad. Me estaban perforando por los dos lados. Estaba segura de que de un momento a otro sus vergas iban a chocar dentro de mi.

Por fortuna, si se puede hablar de fortuna, la forma en que me estaban violando impedía que me bombearan. Así que mas bien se mantuvieron dentro de mi, empujándome hacia ellos de manera rítmica. Solamente salían un poco de mi, y luego otra embestida.

Sus compañeros no perdían el tiempo, y me sobaban y estrujaban las tetas con fuerza, y sentía sus manos exploradoras por mis piernas. Fácilmente he de haber sentido mas de 10 manos, recorriendo todo mi cuerpo contra mi voluntad, y amordazada con mis propios calzones.

Lo único que podía hacer era agitar la cabeza, girar de un lado a otro, arquear mi cuerpo y tratar de zafarme. No dejaba de luchar. Me estaban violando estos cerdos y nadie hacia nada!! Al contrario, todos querían participar.

Únicamente se oían sus jadeos, y uno que otro gemido. Era una violación silenciosa. Nadie daba ordenes, nadie decia nada. Nadie gritaba. Solamente yo gemía y me debatía.

Sentí de repente que algo me quemaba el culo. Seguramente el tipo de atras ya se había corrido. Igual hizo el de enfrente.

Se salieron de mi, y como era de esperarse, otro tomo su lugar. Ahora solamente uno, pues al parecer habían notado que entre dos no podían hacer mucho.

Este otro también escogió mi culo para penetrarme. Sentí que se esculpió en el, para lubricarme. Y después lo tenia dentro de mi, entrando y saliendo, como poseso. El si me lastimo. Entraba y salía completamente, sentía sus huevos golpearme en cada ensartada. Me sentí morir, su vaivén me estaba matando. Al cabo de unos segundos, termino, llenándome de leche nuevamente mis entrañas.

No bien se había alejado, se coloco un tercero. Hasta cuando me soltarían? Cuantos mas me violarían?

Igual que el otro, me penetro por atras, y aun cuando mi culo ya había recibido dos vergas, seguía estrecho. Me volvió a lastimar, entrando con fuerza, sosteniéndome de las caderas, para que no me zafara.

Y luego nuevamente el mete-saca, frenético, sin delicadeza, metiéndome la verga cada vez mas y mas, hasta que volví a sentir el tercer par de huevos en mis nalgas. Al mismo tiempo, exploto, quemándome con su esperma. Sentí que me chorreaba por las piernas. Ya no cabía en mi culo, ya me habían llenado.

Vino un cuarto, e igualmente me sodomizo. Y así fue en lo sucesivo, sentí que me ensartaron 8 vergas en mi entrada trasera. Solamente uno, el primero, me violo por la vagina. Los demás se divirtieron a lo lindo con mi culo. Yo no dejaba de llorar, ya quería que parasen.

El ultimo realmente me lastimo. La tenia muy grande y muy gruesa. Batallo mucho para metermela. Y cada que entraba sentía que me partía en dos. Nunca pudo metermela completa, no sentí sus huevos golpeando mis nalgas.

Pero su verga era descomunal. No podía soportar mas. Cuando termino, fue demasiada la leche, sentí que realmente estaba ardiendo, pues me lastimaba las heridas que me había hecho al abrirme completamente el esfínter.

Se salió rápidamente de mi, volviéndome a lastimar. Casi tan rápido como me sometieron, me soltaron.

Yo caí al suelo, cansada y presa de un ataque de nervios. Sentí que se bajaron a tropeles del camión. Como pude me quite mi calzón de la boca y empecé a gritar pidiendo ayuda, diciéndoles que me acaban de violar.

El camión se detuvo de repente, y prendió las luces. La visión que ofrecí no debió haber sido la mas grata. Empepada de semen en las piernas, con las ropas totalmente desarregladas, los senos de fuera y con el maquillaje corrido por las lagrimas. Ya casi no había nadie mas, hacia mucho que me había pasado de mi bajada.

Y aun cuando llamaron a la policía y se les dio parte, no pudieron dar con ninguno. Únicamente pude ver a uno, el que me violo por la vagina y no lo describí muy bien.

Desde entonces, ya no tomo el autobús, les tengo pánico. Prefiero ir en taxi.

¿Qué te ha parecido el relato?