No podía quitar la vista de aquella polla, sabía que me la iba meter por el culo y hacerme chillar de gusto, hasta que se corriera dentro mía, dejándome bien preñado y abierto.
Esa noche cuando mi tío vino a acostarse, yo ya dormía como un lirón, ni me enteré cuando se acostó a mi lado, solo empecé a darme cuenta cuando empezó a quitarme el slip. Noté como me abrazaba y empezaba a bajarme el slip con sus manos.
Mis clases no son muy rígidas pero me gusta mantener el orden. Ese día mientras explicaba un tema difícil que requería concentración, noté como Alan uno de mis alumnos se frotaba sus genitales constantemente.
Cuando bajé a los aseos lo primero que me preguntó fue que, cuanto cobraba. Al verme la cara de incrédulo que ponía, me dijo si era chapero. Lo único que se me ocurrió decirle en esos momentos, fue que no.
Dios, cuando lo vi el estómago se me estremeció, era como un revoloteo de mariposas que tenía por todo el abdomen, los huevos me hacían cosquillas y hasta el culito me palpitaba.
Fue hace 17 anos, y aun siento como si fuera ayer, cuando fui a parar a casa de mis tíos para pasar los últimos 15 días de mis vacaciones de verano, mis tíos tienen 2 hijos y una hija, y por supuesto, mi relación era con ellos dos, pero mas con el mayor, Jose.
Él me bajó los pantalones y el bóxer y se encontró con mis 19 cm al tope y no dudó un segundo. La chupó como si fuese la última y se notaba que era la primera vez.
Me acerqué a él sentándome en la cama, y no dejaba de admirarlo, acerqué mi cara al bulto de su trusa y me llené con su aroma, el olor de su verga y sus huevos, acariciando los pelos que asomaban de su calzón.
Esa noche no me negué. Iba sobre todo para verla a ella, desenvuelta entre sus amigos, enseñándonos a todos las raras iguanas que tan bien sabía cuidar, sus plantas exóticas, sus tortugas; iba para oírla hablar, para saber de ella
Todos estaban pendientes de mi reacción, viendo que yo callaba y no decía nada, solo veían mi enrojecimiento, y como mi paquete empezaba a reaccionar a la mano del milico, empezando a abultarse cada vez más.
Mi pene a estas alturas estaba parado con sus 18 cms bien hinchados nuevamente, y sentía como pegaba contra mis piernas mientras me movía rítmicamente para succionar aquella maravillosa verga que tenia dentro de mi boca.
Estas ultimas palabras hicieron eco en su cabeza mientras veía como el dr. Alcocer se incorporaba y se dirigía a él con un gesto de malicia. se coloco delante de él. sin decir una palabra lo tomo por los hombros y lo obligo a ponerse de rodillas, el hombre tomo el zipper de sus pantalones y lo deslizo.
Así pasaron dos semanas desde que regresamos y un fin de semana mi tío me dijo que iba a ser inventario y que nos teníamos que quedar otro rato, al igual que su hijo llamado José Luis a quien no le agrada la idea.
Al poco rato volví a notar como volvía a meter su mano por dentro de mi slip, acariciándome de nuevo mi culito. Esta vez no dije ni hice nada, solo quedé atento notando como me acariciaba e iba bajándome el slip por detrás, dejándome el culo al aire.
Se fue colocando mejor para darme por el culo, mientras empezaba a mover su pelvis, haciéndome que me agarrara fuertemente a sus brazos, sintiendo como me empezaba a follar, manteniéndome recostado sobre la repisa de aquellos lavabos de señora.
Nunca pensé que una visita al gym de rutina se convirtiera en una fantasía sexual hecha realidad, con un chaval de 24 años aproximadamente, guapo, delgado y con una polla enorme.
Este relato es la historia que vivió Miguel García, un lector de mis relatos, el cual me escribió pidiendo si podía escribir sus recuerdos de cuando fue desvirgado, a sus recién cumplidos 20 añitos. Fue en Alicante donde estaba realizando el servicio militar, y fue su capitán quien lo desvirgó, convirtiéndolo luego en su putita.
Si ya iba caliente y excitado, el ver cómo le entraba la verga por el culo al chaval aquel, hizo que mi polla se pusiera tiesa al momento, recorriéndome por todo el cuerpo una sensación extraña de placer, excitándome aun más de lo que ya estaba.
En la penumbra de la sala de cine pude ver que abría su bragueta y me mostraba una deliciosa verga gorda y cabezona que brillaba por el precum, eso me calentó al máximo.
Yo estaba medio recostado en la pared. Álex alargó su mano y empezó a acariciarme el abdomen. Yo me excité aún más al notar el tacto de su mano acariciando mi camiseta de algodón.
En la época que menciono, se me presentó la primera oportunidad en la vida de viajar a otro país y no era lejos de mi ciudad, vivía yo en Monterrey, México y el viaje era por dos semanas a San Antonio, Texas, USA.
En este relato, cuento la vez que tuve sexo por primera vez con otro hombre. Yo siempre había tenido sexo con mujeres y nunca había tenido en mente tenerlo con hombres.
Mis glúteos cabían en sus manaza y me apretaban con mucha fuerza. Me arrimaba cada vez más fuerte a él y la hebilla de su cinturón empezó a clavarse en mi abdomen.
Al pasar frente al hotel La Mansión estaba situado a un costado de la puerta principal un policía, pero no un policía cualquiera, era un tipazo de unos treinta años, con una mirada verde penetrante que se enmarcaba en un rostro moreno
Si alguien el año pasado, antes de conocer a Santi, me hubiera dicho que acabaría con un hombre le abría metido una somanta de palos. Pero ahí estaba y no me arrepentía por nada.