Relatos eroticos gays

Relatos eroticos gays y de contenido homosexual

747 relatos

Con mi tío y su amigo en la aldea

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Esa noche cuando mi tío vino a acostarse, yo ya dormía como un lirón, ni me enteré cuando se acostó a mi lado, solo empecé a darme cuenta cuando empezó a quitarme el slip. Noté como me abrazaba y empezaba a bajarme el slip con sus manos.

Lección de amor I

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Mis clases no son muy rígidas pero me gusta mantener el orden. Ese día mientras explicaba un tema difícil que requería concentración, noté como Alan uno de mis alumnos se frotaba sus genitales constantemente.

Las vacaciones mas memorables de mi vida

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Fue hace 17 anos, y aun siento como si fuera ayer, cuando fui a parar a casa de mis tíos para pasar los últimos 15 días de mis vacaciones de verano, mis tíos tienen 2 hijos y una hija, y por supuesto, mi relación era con ellos dos, pero mas con el mayor, Jose.

1750 km por algo

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Él me bajó los pantalones y el bóxer y se encontró con mis 19 cm al tope y no dudó un segundo. La chupó como si fuese la última y se notaba que era la primera vez.

Esa noche con mi hermano

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Me acerqué a él sentándome en la cama, y no dejaba de admirarlo, acerqué mi cara al bulto de su trusa y me llené con su aroma, el olor de su verga y sus huevos, acariciando los pelos que asomaban de su calzón.

Trio en el tren

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Me encanta el sexo y el morbo por lo que no pierdo la oportunidad de que me follen bien el culito en cualquier sitio, esta vez dos en un tren.

Una gota

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Esa noche no me negué. Iba sobre todo para verla a ella, desenvuelta entre sus amigos, enseñándonos a todos las raras iguanas que tan bien sabía cuidar, sus plantas exóticas, sus tortugas; iba para oírla hablar, para saber de ella

Mi mochila en Paris

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Mi pene a estas alturas estaba parado con sus 18 cms bien hinchados nuevamente, y sentía como pegaba contra mis piernas mientras me movía rítmicamente para succionar aquella maravillosa verga que tenia dentro de mi boca.

Manicomio I

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Estas ultimas palabras hicieron eco en su cabeza mientras veía como el dr. Alcocer se incorporaba y se dirigía a él con un gesto de malicia. se coloco delante de él. sin decir una palabra lo tomo por los hombros y lo obligo a ponerse de rodillas, el hombre tomo el zipper de sus pantalones y lo deslizo.

Con quien menos piensas II

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Así pasaron dos semanas desde que regresamos y un fin de semana mi tío me dijo que iba a ser inventario y que nos teníamos que quedar otro rato, al igual que su hijo llamado José Luis a quien no le agrada la idea.

Iniciado y desvirgado por mi tío

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Al poco rato volví a notar como volvía a meter su mano por dentro de mi slip, acariciándome de nuevo mi culito. Esta vez no dije ni hice nada, solo quedé atento notando como me acariciaba e iba bajándome el slip por detrás, dejándome el culo al aire.

Después de desvirgarme, fui la putita del capitán

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Este relato es la historia que vivió Miguel García, un lector de mis relatos, el cual me escribió pidiendo si podía escribir sus recuerdos de cuando fue desvirgado, a sus recién cumplidos 20 añitos. Fue en Alicante donde estaba realizando el servicio militar, y fue su capitán quien lo desvirgó, convirtiéndolo luego en su putita.

Caliente con Mauricio

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En la penumbra de la sala de cine pude ver que abría su bragueta y me mostraba una deliciosa verga gorda y cabezona que brillaba por el precum, eso me calentó al máximo.

En la playa II

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Yo estaba medio recostado en la pared. Álex alargó su mano y empezó a acariciarme el abdomen. Yo me excité aún más al notar el tacto de su mano acariciando mi camiseta de algodón.

Recuerdos de juventud

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En la época que menciono, se me presentó la primera oportunidad en la vida de viajar a otro país y no era lejos de mi ciudad, vivía yo en Monterrey, México y el viaje era por dos semanas a San Antonio, Texas, USA.

Recuerdos de la guerra I

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Mis glúteos cabían en sus manaza y me apretaban con mucha fuerza. Me arrimaba cada vez más fuerte a él y la hebilla de su cinturón empezó a clavarse en mi abdomen.

El policía seductor

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Al pasar frente al hotel La Mansión estaba situado a un costado de la puerta principal un policía, pero no un policía cualquiera, era un tipazo de unos treinta años, con una mirada verde penetrante que se enmarcaba en un rostro moreno

Zeks X

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Si alguien el año pasado, antes de conocer a Santi, me hubiera dicho que acabaría con un hombre le abría metido una somanta de palos. Pero ahí estaba y no me arrepentía por nada.