Ya tenía casi 19, me llevó directamente al motel de la ruta, si bien no me pidió que me agachara escondiéndome de las miradas curiosas lo hice, asumí mi posición de amante, en forma natural, todos estos años pensando cómo sería estar con él, como gozar ese bulto que a simple vista era grande, podía ser mi padre, era viejo, era para mi algo fuera de toda normalidad, pero que era y es imposible negarse.
En la habitación sólo se le escuchaba a ella no podía parar gritar pidiendo más, quería más de aquello que él le estaba dando, quería que no se acabara nunca, hacía tanto tiempo que nadie le hacía sentir así de deseable, hacía tanto tiempo que no sentía aquel inmenso placer.
Salimos, es verano pero se puede sentir un ligero viento y yo te doy mi chamarra en lo que llegamos al auto, poniéndola sobre tus hombros, te abrazo por la cintura y llagando al auto abro la puerta del carruaje que te llevara a tu palacio.
Me dirigí a la parada del autobús y como era costumbre estaba especialmente abarrotada, pero tuve suerte de estar de los primeros y conseguí un buen sitio, casi al final, al lado de una ventana.
Su clítoris está erecto y resulta imposible pasarlo por alto, me entretengo con él, lo beso y succiono delicadamente, lo coloco entre mis labios y procedo a hacerle una paja con ellos, esto la lleva rápidamente a su orgasmo que la hace temblar de pies a cabeza, sus jugos me resbalan por la boca, mojando todo mi cuello y pecho.
Acarició mis mejillas y mirándome me besó, tan profunda e intensamente que no pude reaccionar a tal cantidad de sensaciones, durante un momento perdí la conciencia de mi existencia, pero al momento comprendí que tenia que reaccionar, extendí los brazos, aprisioné su culíto, duro y carnoso, ella rozaba intencionadamente sus grandes pezones
Esa mamada espectacular hizo que me corriera dentro de su boca...pero ella no dejó caer ni una gota de mi semen y volvió a dejarme la polla limpia; pero mi polla aun seguía bien dura y necesitaba mas, pero decidí que le tocaba disfrutar a ella, y me arrodille ante ella, y empecé a lamerle ese coñito peludo... le empecé a meter la lengua por su rajita
La esclava no dudo en hacer lo que se la había mandado y despojándose de su pobre túnica se trepo al lecho de sus amos. Por un momento Tut comparo el cuerpo grácil y oscuro de la etíope con la belleza rubia de Sue, cosa que lo excito más aún. -
Esta abrió los ojos desesperada, clavando las uñas en el pecho de su verdugo como una fiera, haciendo que la sangre brotara, así motivado el general se abandono al placer y sin miedo al peligro comenzó a empujar con todas sus fuerzas sus fuertes caderas contra las nalgas de Sue, hasta que el ardor se hizo insoportable y el hombre termino por lanzar un salvaje erupción de líquidos ardientes dentro del ano de la mujer del futuro.
En ese momento unos fuertes toquidos en la puerta la sacaron de su contemplación. Sin esperar respuesta un hombre viejo, mas tarde Sue se enteraría de que era Logos el gran visir de Tut, entro en la estancia seguido por varias doncellas.
Me coloqué debajo de ti, mis dedos acariciaron tu sexo, ronroneaste como una gatita, tomaste mi tremendamente excitada polla y la dirigiste con maestría hacia tu vagina, la penetración fue lenta y muy placentera, tu jugosa vulva se cernía sobre mi pene magistralmente y tu lubricación era mágica.
Como siempre evitaba las calles concurridas, aunque eso implicara internarse en el territorio de la temible pandilla de la calle Yansy. Pero el extraño no parecía preocupado, sino más bien molesto.
Rápidamente saqué de el culo mi verga que soltaba verdaderos chorros de leche y se la metí en la boca que golosa la recibió pasando la lengua por todo lo largo y tragándose lo que todavía salía de mi tolete.
Llegó a la dirección que me diste, tocó impaciente a la puerta, y esperó... no tardas mucho, veo en tus ojos que me reconoces perfectamente, y que te gusta lo que ves, me dices, “alma” y con solo esa palabra sellamos nuestro encuentro, me invitas a pasar tomándome de la mano y jalándome hacia adentro
Nuestro matrimonio en los últimos meses había tenido problemas debido a la pasividad sexual de ella, quien se había criado en un hogar donde el placer sexual es más bien algo accesorio, nada importante.
Se desabrochó el vaquero negro y se lo bajó hasta las rodillas, dejando a la vista su precioso culazo que apenas si tapaba un tanga deportivo de color blanco. Él se puso de rodillas y le bajó el tanga hasta la mitad de sus muslos.
Sara es una chica de 19 años físicamente no esta nada mal, es una chica rubia, de pelo largo y rizado, ojos oscuros, ni muy alta ni muy baja, 1,67 mas o menos, delgada, su familia opina que demasiado delgada, incluso su madre ha pensado alguna vez que es anoréxica, pero os aseguro que no lo es, simplemente no engorda, su cuerpo no esta muy desarrollado, a pesar de que su culito es muy bonito
Su clítoris estaba durito y puntiagudo y el brillo de la humedad recorría todo su coñito. Seguí lamiendo alternando lametazos con el ensamble de mi lengua dentro de su agujerito cada vez mas abierto.
El muchacho tuvo un sobresalto y despues de unos va y ven con mi lengua lo largo de su asta, su excitacion y inexperienca no le permitio’ controlarse mas y sin preaviso, se corrio’ enviando sus multiples y potentes descargas de leche sobre mi cara y mis tetas !
Su boca busco’ la de mi esposa pegandose en un beso interminable, pues paso' a sus tetas para chuparle los pezones que estaban erectos y duros como piedra mientras sus manos bajavan acariciando sus formas y se entroducian en el corte del vestido para explorar con avidez todas sus intimidades…
Quería hacerle muchas cosas, pero sólo atinaba a penetrarla. Ella estaba ansiosa, y no hacía mas que mirar a la puerta cerrada. Alguien en algún momento podía entrar, y sorprendernos. Alicia tomó mi pene, lo acercó a su sexo, chorreante, y lo restregué a lo largo de la rajita, volviéndola loca de placer. Tuvo que contener un grito cuando de repente le clavé la polla hasta lo más profundo.
El sábado, Lover nos pasó a buscar por mi casa, con Ana estábamos vestidas muy sensuales las dos, ella llevaba minifalda azul muy corta y ajustada y un top blanco sin sostén, yo llevaba un vestido negro ajustado al cuerpo, muy corto y tampoco llevaba sostén, llevaba una tanga negra, tipo hilo dental, igual que Ana.
Yo le dije que estaba bien que no era para tanto. Pero día siguiente, cuando nos preparábamos para ir a la fiesta, pude notar el esmero que ella ponía en su arreglo personal, quizá se ponía así todas las veces que íbamos a una fiesta donde iban a estar los compadres, se puso algo sexi, una falda un poco encima de la rodilla, pero suficiente para mostrar que tenía buenas piernas, el entallado de la falda le hacía mostrar el culo que tenía, ancho y bien llenito.
Luego de varios años de matrimonio también le rompí el culo, se resistió a que se lo haga , pero finalmente le pude hundir mi verga de 20 cm aproximadamente, cuando la rompí lloro un poco pero después le gusto y cada mes por lo menos le doy una cachada por el culo o como le llamamos por el canal dos.
Eso pasó y desde entonces y por un tiempo, cada vez que tenía oportunidad, yo creaba una situación parecida, con la esperanza de que ella volviera y me viera el guevo (verga), esta vez, colocado especialmente para que no hubiera dudas de lo que era.
Ella metió sus manos debajo de mi traje de baño, lo desabrochó y sacó hábilmente mi guevo. La llevó a su boca y lo mamó de arriba abajo. Parecía que se trataba de una competencia con límite de tiempo. Estaba alborotada y disfrutaba cada lamida con cara de picardía. Yo estuve a punto de venirme (correrme) en varias ocasiones, pero me apretaba el pene fuertemente y respiraba hondo para bloquear la excitación.
Desde hacía tiempo empezó a gustarme y más después de enterarme que se había divorciado de su marido recientemente, he creído siempre en la fidelidad y aunque tener fantasías sexuales es uno de mis placeres, estoy ya un poco cansado que éstas sean virtuales y sean definitivamente reales.
Tuve algunos problemas médicos al cabo de un año y medio de recolección, puesto que la inmensa cantidad de relaciones sexuales que tenía me provocaron una pequeña fisura en el cuello del útero. Una vez repuesta seguí con mi propósito, y luego de 3 años logre recolectar 180 LITROS!
Con toda intención dejas caer tu saliva que resbala fuera de tu boca. Cabeceas sobre mi pene como si fuera cuestión de vida o muerte y no sé si me excita más, la chupada que me estás haciendo o el cuadro de tu cara con los ojos cerrados, la boca forzada para acogerme, el llenarse y vaciarse de tu mejillas al ritmo de las chupadas o el gemido que sale de tu pecho.
Salí a la calle. Era noche cerrada. Fui caminando despacio, sintiendo en mi piel la sensación de frío. La humedad. Un pequeño murciélago evolucionaba casi invisible, devorando los últimos insectos de este frío otoño. A lo lejos el sonido de un pesado vehículo cuyos neumáticos chirriaban en una curva, cambiando de dirección.