Capítulo 5
- Noche de caza I
- Noche de caza II
- Noche de caza III
- Noche de caza IV
- Noche de caza V
- Noche de caza VI
Noche de caza V
-«Ahora no será tan fácil, si quieres follar tendrás que chupar esto», me dice mientras levanta ligeramente su culo se separa las nalgas y deja su ano ante mis ojos.
La raja está recorrida por unos pocos pelos igual que las nalgas.
El ano, en el centro de mi «maravillosa visión», y sus alrededores está limpio.(Al menos sin restos de lo que yo pensaba encontrar).
Me da asco igualmente. Parece mojado. Debe ser sudor. Nunca había visto uno desde tan cerca.
Mucho menos he chupado nunca ninguno.
El calentón que tenía ya no sé dónde está. Me he olvidado de todo. Sólo puedo pensar en ese agujero oscuro que tengo ante mí y espera a ser recorrido por mi lengua.
-«Vamos , a qué esperas. Una polla sí te la tragas sin pensar, eh?» Me dice la boca del culo que tengo ante mí.
Cristina pide que me dejen. Qué la cosa ya pasa de castaño oscuro. Que ella ya ha hecho el streptease y que habían prometido irse. A buenas horas…
Juan la pilla por la cintura y la trae hacia él. Los pies de los dos quedan a los lados de mi cabeza. Delante los de Cristina, que mira hacia el cogote de David, y Juan detrás de ella. Le baja la cabeza. La penetra por detrás.
Desde aquí abajo veo perfectamente como la polla entra en la concha de Cristina. La «V» que forman sus labios superiores se separa a medida que la polla va entrando.
También puedo ver los huevos balaceándose chocando contra Cristina. La tiene bien agarrada por la cintura. Ella empieza a dejar ir algún «ahhh, aahh». Se agarra a los hombros de David.
Vuelven a chupar mi chocho. Me separan los labios. El contacto es total por la falta de pelos que tengo en esa zona. Un dedo entra en mi vagina.
Lo dobla en forma de gancho tocándome la pared interior. Ataca mi clítoris con la lengua. Lo mordisquea. Vuelve con la lengua.
El dedo lo intenta tocar todo por dentro. Se mueve como si tuviese vida propia. Los labios se postran alrededor de mi «punto débil».
Lo aspiran. Mete otro dedo. Los empieza a meter y sacar a la vez. Estoy seca y le cuesta, a la vez que me hace un poco de daño. Creo que se ha dado cuenta porque los retira. Algo mojado cae en mi raja.
Supongo que es saliva. Vuelven los dedos. Otro escupitajo. Ahora ya empiezan a entrar más suaves apretando las paredes interiores de mi agujerito. Resbalan.
David le hace unas señales a Jose, que para con lo que hacía. Unas manos pasan por debajo de mi culo, se cierran cada una en una nalga, tiran hacia arriba y me mantienen levantada. Me ponen un cojín debajo.
En esta postura mi pelvis queda levantada mirando ligeramente hacia arriba.
Algo enorme toca la entrada de mi coño. Sube y baja para separar los labios de abajo. Una vez entre ellos aquello cuyo tamaño no puedo imaginarme se para y presiona abriendo el agujero de mi vagina.
Sigue apretando. Le cuesta entrar. De golpe mi coño se abre como nunca lo había hecho.
La sensación es la de siempre, una presión que crece hasta llegar a un punto que crees que, si sigue así, te va a partir en dos.
Pero esta vez multiplicado por mil. Una vez el capullo está dentro se para y lo mueve con sus manos arriba y abajo.
Como si quedase espacio libre ahí dentro!!!!. La entrada a mi coño está absolutamente saturada.
Todas mis paredes vaginales están presionadas por el pollón. La mete y la saca un poquito. Nunca había estado tan deseosa y tan asustada al mismo tiempo.
Que tortura!!!! que me la meta ya por favor.- pienso para mis adentros. No quiero que se den cuenta de mis deseos.
Pero ya sé lo que debo hacer para que acabe esta tortura…
No puedo más. Mi cabeza se levanta mis manos agarran la polla de David y la empiezan a pajear, tirando hacia mí.
Mi lengua se pasea por el ano que tengo sobre mis tetas. No me lo puedo creer.
Un temblor recorre mi cuerpo. Mis piernas se tensan, mi coño se contrae entero ante el orgasmo que acabo de experimentar. Un gritito sale de mi garganta.
Vuelvo a pensar n el culo.
Esperaba un sabor diferente. Lo rodeo e introduzco la lengua en él. Mi nariz se vuelve a llenar de un olor nuevo, pero parecido al que siento cuando chupo una polla, es el olor de la excitación, de la humedad, del sexo.
Estoy chupando un culo por primera vez en mi vida pero no me importa, sólo puedo pensar en cómo mi coño se está abriendo a medida que el «pequeñito» aprieta hacia adentro. No entrará más, es imposible.
Pero algo va cediendo ahí dentro y entra un poco más. No es que me vaya a partir , es que me va a hacer explotar!!!!!.
-«Qué estrecha eres» dilata ya , puta. Eres virgen o qué?»- exclama Jose mientras empuja.
David se mueve. Ya no se sienta sobre mi pecho, sino que es mi cara la que recibe el culo. Casi ni se me va la cara debajo de David.
Juan sigue follándose a Cristina. Ésta busca la boca de David que, al verlo, decide cambiar.
Gira sobre mi lengua. La rotación hace que me introduzca más adentro del ano. Está caliente. Con el giro David está de cara a ellos y manda ponerse en postura de perrito a mi amiga.
-«Chupadme las dos», exclama
No puedo ver nada. Los huevos del tío están sobre mis ojos. Noto como la barbilla de Cris choca contra mi frente a medida que va tragando la polla de David.
-«Nada, que no entra. Cámbiate conmigo, Juan» dice Jose.
Un vacío vuelve a invadir mi coño.
-«No, no, sigue por favor»- imploro. Me doy pena, pero no puedo evitarlo.
Sólo puedo decir eso porque el culo vuelve a apretar sobre mi cara. Aún está más húmedo que antes. Es sudor y parte de la saliva de Cristina que resbala hacia donde está mi lengua.
El cambio ya se ha hecho efectivo, noto como me penetran.
Entra a la primera casi toda. Me frota el clítoris con un dedo.
Cris sigue a cuatro patas con la boca llena y, supongo, que el coño a reventar. A ella le ha entrado, no sin dificultades. Pero le ha entrado. Queda demostrado lo que hablábamos un día cuando volvíamos a casa después de ver una peli porno con unas amigas.
Ella tiene el coño más grande que yo (o más dado de sí, quien sabe). Lo tendrá grande pero aquél la tiene aún mayor: Cris se ve obligada a dejar de chupar, está gritando como una perra en celo.
La debe de estar taladrando hasta el fondo sin compasión. Los gritos que salen de su garganta se hacen mayores cada vez que la polla se hunde en ella. David anima a Jose:
«-Hasta el fondo, hasta el fondo!!!!» Hazla abrir la boca a tope.»
Éste, al verse animado, intensifica los apretones. Tanto en espacio como en tiempo. Las penetraciones son cada vez más rápidas y profundas.
David aprovecha una obertura de boca para meter su polla todo lo que puede. Pilla por sorpresa a Cristina que está gozando como una loca.
Yo me doy cuenta que o disfruto y dejo de pensar en que a mi no me entra o ya me puedo dar por jodida (es una manera de hablar). Acompaño con las manos el culo de Juan mientras me penetra. Mis caderas empiezan a buscar su ritmo. Me pide que le meta una mano en la boca. Así lo hago. Me la chupa con devoción.
Los dos folladores de Cristina están llegando al final. David vuelve a bajar el culo y me pide, por primera vez me lo pide y no me lo ordena, que le chupe el culo.
Ahora quiero hacerlo. Lo deseo. Mi lengua vuelve a meterse en ese agujero recubierto de una piel muy fina, arrugada, caliente y de un olor peculiar.
Por primera vez desde que lo he probado hurgo con fuerza con la punta de mi lengua. Un buen trozo de mi lengua está dentro cuando el ano se cierra de golpe y se vuelve a abrir.
Esto se repite unas cuantas veces. Acabo de notar como se ha corrido. No lo he visto pero lo sé. Al poco tiempo lo compruebo. La leche que no se ha podido tragar Cristina empieza a caer en mi cara. Es poca pero suficiente para estar segura de que esas contracciones significaban una buena corrida. Y que Cristina se ha tragado bastante.
David, con lo poco que puede hablar a causa de su orgasmo, le dice a Jose que se corra dentro del coño de Cristina.
No tarda ni diez segundos en hacerlo. Joder si que se conocen.
Cristina ya ha repostado por un buen tiempo. Ha sido llenada en todos sus agujeros. Yo aún no. Pero lo prefiero. El anal no me ha ido nunca.
Imaginad lo que estoy gozando con Juan si tengo tiempo para pensar todas estas cosas. Se esfuerza pero no me acabo de sentir bien del todo. Pero bueno no hay que demostrárselo. Sigo moviendo las caderas y diciéndole que apriete más al fondo. Que me rompa por la mitad si puede.
Cristina está exhausta estirada en el suelo. Mirando al techo con los brazos en cruz. Está en la gloria. David y Jose un poco retirados están hablando. Que estarán tramando?.
Se acercan a Cristina. Uno por cada lado. Se agachan y le dicen:
-«Muy bien Cristina, has estado genial»- mientras le besan las mejillas. «Estás un poco sucia. Te llevaremos a lavar. Cógenos por los hombros que debes estar cansada».
Ella los mira incrédula.
Pasa sus brazos por detrás de los hombros de los dos machos. Éstos ponen, cada uno, una mano debajo de las nalgas y la otra mano debajo de las rodillas de Cristina. Hacen de silla. Sus pies cuelgan mientras los hombres la levantan a pulso.
Y se dirigen hacia donde estamos Juan y yo.
Se paran uno a cada lado de mi cabeza y Cristina encima mío. Veo claramente su coño irritado. Con los pelos con restos de líquido blanco pastoso.
Empiezan a bajar.
El coño se para sobre mi cara.
Diossss, nooooo, esto me supera. Qué asco más asqueroso e inhumano. Estaba dispuesta a dejarme ir y disfrutar de todo. Pero esto….
La posición hace que el coño esté apretado. Gotea. Caen gotas en mi cara. Veo los labios hinchados del coño de Cristina que se van acercando cada vez más a mí.
La bajan del todo.
Cierro la boca y los ojos con toda la fuerza que puedo.
El contacto de eso húmedo y exageradamente peludo es demasiado para mí. Toda mi cara se contrae de asco.
La empiezan a balancear adelante y atrás.
Ya no sólo es su coño el que frota mi cara. Su ano también. Sé que no es diferente al de David. Pero no puedo.
Ya hay más semen en mi cara que en su coño, que no para de gotear.
A todas estas Juan sigue follándome, aunque no os lo parezca. Empieza a follarme en plan misionero. Claro, el coño de Cristina está ahí, en mi cara. Le da igual lo mojado que está. Mientras me folla empieza a comer el chocho de mi compañera.
Ahora a mi sólo me toca el culo de Cristina. Los amigos le han puesto el chochamen en bandeja. Su lengua se mueve como loca.
Pasa de su chocho a mi barbilla sin darse cuenta de qué chupa. Acabará dejándonos limpias a las dos. Besa mi boca introduciéndome su lengua. El cabrón me está haciendo tragar semen. Entonces mientras sigue chupando grita:
-«Tánia, méteme un dedo en el culo, rápido».
No me lo pienso. Junto dos dedos fuertemente. Éste se va a llevar una sorpresa.
La lengua se mete en mi boca otra vez más. Me pasa semen que había recogido en su boca.
Los meto en su raja del culo.
Nuestras lenguas se separan. La suya me empieza a recorrer toda la cara dejándome embadurnada.
Busco la entrada entre sus nalgas.
Vuelve al coño de Cristina a por más semen. Está haciendo un trasvase el tío guarro.
Con el dedo índice localizo el ano.
Para evitar que vuelva a escupirme semen me retiro al culo de Cristina. Prefiero eso antes que volver a probar semen desde su lengua.
Meto suavemente la punta de mi dedo en el culo de Juan.
Me estoy excitando de pensar en lo que le voy a hacer. Por primera vez en esta noche dejaré a alguien sorprendido de verdad.
Saco la lengua para recorrer los alrededores del ano de mi amiga. Más que nada es con fines curativos. Lo veo muy enrojecido y dado de sí.
Cuando ya tengo el dedo enfocado, junto el otro.
Juan sale del coño para volver a mi cara. Saco la lengua de donde estaba y lo miro. Quiero ver que cara pondrá.
Empujo con todas mis fuerzas culo adentro.
Sus ojos parece que se le vayan a salir de las órbitas. Su boca se abre. Gotea flujos vaginales y semen sobre mi pecho.
Le acabo de meter dos dedos secos por el culo.
Noto como su polla se hincha. Un calor húmedo invade a chorros el interior de mi concha. Se corre en mi interior a su antojo. Ni intenta retirarse. Tampoco puede, lo tengo bien cogido.
Cinco minutos más tarde…
El cansancio se apodera de todos. Cada uno repartido por el salón pensando en sus cosas. Son momentos de intimidad después de una dosis de sexo exagerada.
Decido romper el silencio:
-«Qué? Todos contentos? Pues a mi aún me falta alguien que no me ha podido follar.»
Jose se levanta, con la polla colgando en toda su extensión.
-«Si eso va por mí. Espera, que soy todo tuyo». Me contesta mientras empieza a frotarse el miembro…