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366 relatos

Mi cuñada, mi difícil obsesión II

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Durante la comida se sentó al lado mio y yo quede en el medio entre mi señora y mi cuñadita, esta me rozó como al pasar una de las piernas y la situación me puso al mango, podía observar las piernas bronceadas y me imaginaba esa peluda conchita empapando sus bombachas como en nuestro primer encuentro.

La doctora Sexo

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Yo no tardé en estar vestida también. Hicieron pasar a mi marido que estaba más despistado que un cateto en Madrid. Se sentó junto a mí. Yo la verdad es que estaba un poco avergonzada, por que no sabía si realmente me habían sometido a un tratamiento o me habían hecho una tortilla.

La primera paja de mi vida

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Los últimos chorros quedaron en la cabeza de mi pija, tome un poco entre los dedos y automáticamente me puse a observar su textura, consistencia, olor, todo, realmente me sentía orgulloso de esa néctar blanco, me di cuenta porque le decían leche, me di cuenta de lo feliz que era.

Invitado a una fiesta muy especial

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El roce con su piel me hizo vibrar... con un poco de esfuerzo y su voluntad lo logré... al instante ella se dio vuelta y nos mostró sus pequeñas tetas erectas... se apoyó en mi hombro y lo usó de bastón para sacarse la tanga y dejar al descubierto ese hermoso culito que yo había notado al entrar y mucho antes en la oficina. Volvió a virar y la pelambre de su pubis me deslumbró.

Liria X: y Alberto

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Calló, cada una agradeció que fuera tan honesto y le dijimos que entre ambas había una conexión íntima, aunque además, teníamos otras relaciones. Nos gustaba el sexo, lo experimentábamos y luego compartíamos las experiencias.

Sexo al ritmo del saxo

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Me recreo tanto en ti, que casi me olvido de la firmeza y sensualidad con la que tus manos se deslizan por mis ingles, del calor de tu espalda mientras la restregas, borracha de placer, contra mi pecho, de tus labios chasqueando en el lóbulo de mi oreja...

Natalia, su hermano Guille y Dana

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Cuando la ayude a que bajara del cofre de madera nuestros cuerpos se volvieron frotar con fuerza... nuestra caras quedaron muy cerca... la mirada de Dana era un canto a la lujuria... respiraba con dificultad... me tomó de nuevo de la nuca y se fundió conmigo en un beso salvaje, comiéndose con desesperación mi lengua.

Relatos de Ana II: Yo sola… con sorpresa

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Forcejeé un poco, perfecto, no puedo soltarme, la fantasía que había imaginado era que me secuestraban y me tenían encerrada, atada como estoy, y que de repente tenía necesidad de satisfacer mis deseos sexuales y tener un orgasmo, o varios, yo solita, así, atada como estaba.

No me arrepiento I

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Después de eso pude ver que Nazareno se había abierto la bragueta y estaba masturbándose. Puesto que tengo muy mala vista no pude observar el tamaño de su miembro. Igualmente me enloquecí al verlo haciéndose eso.

Orgía en el campo

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Durante el resto del día, y cuando esos auténticos sementales no nos follaban, teníamos que hacer de esclavas, haciendo la comida, preparando copas y chupándonos una a otra para calentarles y después ser penetradas.

El clímax de una infidelidad

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Le doy un ultimo beso de despedida y medio de agradecimiento por una noche tan erótica, y salgo corriendo a mi oficina, agarro el portafolios, apago la luz, y bajo directamente a mi coche que estaba en el estacionamiento, de abajo.

Debajo de una sombrilla

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Sobre el tanga por encima de unos pantis sin refuerzo (los pantis con refuerzo debieron inventarse en un convento de abadesas de santas costumbres) se percibía un reflejo húmedo, como una moneda brillante. ¡A veces se moja tanto!.

Liria V: y Sandra

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Besé su boca en un arranque de lujuria, realmente deseaba lamer la boca de Liria y probar el sabor que le había dejado la leche que había tomado; ella dejó hacer, luego me tocó la concha con gran maestría, separando los labios de ella rozó mi coño encendido, al instante acabé.

Volvieron a verse con su antiguo amante

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La mañana siguiente llegó con el despertador y a continuación con una mirada intensa entre los dos. Le recordé mis palabras de la noche anterior y le insistí en que no me mintiera. Le insistí en que hiciera lo que realmente deseaba.

Fantasías después del sexo

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Y al fin, un dedo primero, luego dos, y después no sé cuántos, hurgan en mi interior, dilatan la entrada durante mucho tiempo, y luego se retiran, pero sólo para ser sustituidos por un glande que explora primero suavemente, y luego se introduce poco a poco. Y siento, no sabría decir si un doloroso placer o un placentero dolor, pero me entrego a la desconocida sensación.

Una historia con mi primo

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Mi abuelo y mi padre, a sabiendas de que yo estaba aún débil por mi anterior enfermedad, no buscaron tener relaciones conmigo, además, ambos se estaban divirtiendo con mi primo Daniel, que resultó un chico calentón, que le encantaba que mi padre y mi abuelo se lo cogieran.

Iniciación zoofílica II

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Su fantasía era normal, pero no por eso dejaba de ser emocionante, irse a una isla con dos amantes, desde luego, uno su marido y perderse allí durante seis meses, sin preocuparse de nada, ni del dinero, ni los críos, ni las broncas de su jefe, ni de la compra diaria, ni la casa, solo sol, sexo y más sexo.

Estreno de la recamara de invitados

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Me penetro, mientras con la mano derecha yo jugueteaba con mi clítoris, hasta venirme una vez más, en eso siento en mi ano las típicas palpitaciones de un pene de un hombre que está a punto de venirse, se retira de mí que estaba acostada boca arriba con todos los cojines debajo de mis nalgas, y se viene litros de semen, por afuera de mi enrojecida vagina, y el recién abierto culo.

Un momento, una relación

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Su cuerpo de adolescente se fue perdiendo, dando lugar a esa mujer, esa niña ya era veterana de varias entregas sexuales, ella estaba contenta, pero sabía que todo era contra las normas de su educación, no podía entender.

El mejor polvo de Amorina

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Fue Amorina la que finalmente contó lo que era un secreto a voces, me reconforta escribir estas líneas y al mismo tiempo recordar su cara descargada de la tensión, más cuando se enteró que todas conocíamos cómo se llevaba con el padre, su cuerpo perfecto estaba en ese instante como reflejando el goce que ella sentía en este amor incestuoso.