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Arreglando su computadora I

Grande fue mi sorpresa cuando note que esta chica no tenia ningún pudor y más allá de cerrar las piernas ante mi presencia me dejo ver su tanguita blanca. Yo no me di cuanta que ella me estaba mirando porque me quede embobado y en eso me pregunta muy sensualmente si había visto el cable que se había desconectado, encuentro el cable lo conecto, y salgo de debajo del escritorio, cuando me estoy despidiendo para retirarme me pregunta

El dentista I

El pantalón que llevaba me quedaba un poco ajustado, por lo que mi paquete resaltaba bastante y evidentemente que él doctorcito se percata, y por un instante me pareció que se quedo en el aire, porque su ayudante le despertó diciendo, doctor va a comenzar.

Despertar de seducción

En realidad no creo ser un tipo difícil.Simplemente soy un esclavo de mi trabajo y de mi tiempo y como no tengo margen de error, los retrasos debidos a otros me desquician.Máxime si se trata de la empresa de luz privatizada que me cobra la energía mas cara del mundo.

Sexo en Londres – versión femenina

"Mi padre me prohibía llegar a casa después de las diez, justo a las diez que es cuando empezaba la gente a ser divertida.... Recordé aquella carta que mi padre me descubrió cuando yo tenía 14 años, (era una carta de amor, sin maldad), recordaba sus guantazos en mi cara, sus gritos, y las discusiones que tuvo con mi madre reprochándole que ella me había educado muy mal y que ella era la culpable... Y todo, por una simple carta..."

Marisa

Marisa es la secretaria principal del director, la protagonista de esta historia , tan lejos de la tranquilidad de su trabajo, hoy tiene 26 años, su cuerpo , quizás un poco entrado en carnes, pueda inducir a decir que es gorda, les puedo asegurar, que sus carnes están firmes y esos senos , no estarán a la moda pero para esto del sexo, son espectaculares.

Calentón en la oficina

Yo después de comprobar que la cavidad más deseada de la frutera estaba bien empapada, me cogí de las caderas de la secretaria, oriente con una posición bastante rara, mi gran rabo hacia la cavidad rebosante de flujo de la frutera y de una embestida, entro entera, después de un rato no muy largo me corrí dentro, cuando la saque vi como salían borbotones de mi leche del coño de aquella guarra.