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Calentón en la oficina

Soy un chico de Sevilla, tengo 20 años y desde que estoy trabajando en una oficina, me están pasando una serie de cosas alucinantes.

Estaba estudiando, pero como resultado de mis malas notas y del enfado de mi padre con mis malos resultados académicos, decidimos que lo mejor era que dejara el instituto y que empezara en el mundo laboral.

Mi padre tiene una oficina de seguros, él es el agente y debido a que lleva bastante tiempo en este negocio, tiene una cartera de clientes bastante buena.

Él ya tenía una empleada para la gestión de la misma, pero debido a su continuo crecimiento, esta empleada necesitaba ayuda, así que mi padre decidió que quien mejor que yo que en un futuro cogería las riendas del negocio.

Esta chica es muy bonita. Es alta 1.70, moreno de pelo largo y liso ojos grandes de color marrón, labios sensuales y carnosos, no tenía un pecho muy grande, ya que podrías acogerlo con una mano, pero su estrecha cintura de avispa, acentuaba aún más sus preciosas posaderas y esos enormes labios de su coño amenazaban con tragarse todo lo que se acercara a su agujero negro.

El primer día, la chica se mostró distante hacia a mí, debido a que es una chica muy tímida y yo al ser un desconocido no se sentía segura. Mi padre es el encargado del tema comercial, así que se pasa todo el día en la calle, haciendo visitas, ofertando productos, cobrando recibos devueltos del banco…, en fin, que en la oficina estábamos solos principalmente, la empleada y yo.

Como he dicho el primer día estuvo distante, pero debido a que yo soy una persona bastante extrovertida y abierta ella tomo confianza enseguida.

Era mus simpática y alegre y muy pero que muy cariñosa, así que con el tiempo me fue enamorando, ella me superaba en 4 años (pero no en experiencia como comprobé más tarde), pero eso no me freno, y estuve esperando el momento en el que pudiera hacerme cargo

Esta chica protagonizaba mis más deseadas fantasías y era la anfitriona de innumerables pajas a su salud.

Yo siempre trataba de que hubiera contacto físico entre ella y yo, y siempre que estábamos próximos ayudaba a que nuestros cuerpos se rozasen o aprovechaba para echar una miradita de cerca de su gran conejo, me encantaba ver esos grandes labios separados a cada lado del tiro del pantalón, debido seguramente a la estrechez de estos.

Un día mi padre anuncio con bastante antelación su inminente reunión con el director de la compañía, era fuera así que iba a estar ausente sin pasar por la oficina 3 días. A mí me encanto esta noticia, aunque no exteriorice mis emociones para no levantar ningún tipo de sospechas.

El martes de la semana siguiente mi padre salió hacia la ciudad donde se iban a encontrar todos los agentes y el director de la compañía. Aquí empezó mi plan para follarme ese chochito que tanto deseaba.

Por aquellas fechas mi padre me había pedido que ordenara el archivo y que implantara un orden, porque estaba hecho una absoluta guarrería.

Yo estaba ordenando esta estantería, cogiendo papeles de la otra, triturando papeles para dejar más espacio, como era verano y en el archivo no hay aire acondicionado y desde la calle tampoco podrían verme, decidí quitarme la camiseta y aflojar bastante mis pantalones quitando el cinturón y desabrochando los 2 botones más altos de mis pantalones, dejando ver así a cualquiera que se asomara, una gran verga protegida por unos minúsculos slips blancos.

Ahora estaba totalmente a merced de cualquier curiosa que quisiera contemplar mi cuerpo atlético brillante debido al sudor que emanaba de mis poros.

Estaba ocupándome de la estantería más alta y como estaba cansándome de hacer un gran esfuerzo para mantener mi cuerpo lo más estirado que podía decidí salir y pedirle la escalera a la secretaria, pero para mi sorpresa estaba muy bien acompañada por la hija del jefe de una frutería que está enfrente a la oficina.

Esta es una chica increíble, más aun que la secretaria, es altísima 1.90, larguísimas piernas muy maciza de carnes muy apretadas debido a sus abundantes esfuerzos dedicados a la gimnasia, tenía una larga melena roja con preciosos tirabuzones, ojos verdes, piel blanca, cara de ángel, un pecho inmenso, ya que como más tarde comprobé la talla de sujetador que sostenía esas enormes bolas era una ¡¡¡100!!!, era una diosa para resumir, pero era demasiado para soñar con ella, una mujer así nunca estaría interesada en ningún tipo de contacto con un tipo como yo, que aunque no soy feo, no valgo tanto como ese descomunal monumento.

Cuando salí a pedir la escalera y mi cuerpo, brillante y con los músculos tensos debido al gran esfuerzo que estaba realizando, me llevé una grata sorpresa al fijarme que las miradas de las jóvenes iban desde mi torso desnudo hasta mi paquete, que, aunque estaba flácido, abultaba cantidad ya que es muy grande incluso en estado de flacidez.

Pero se limitaron a mirar y no hacer ningún comentario. La secretaria se levantó, pidió disculpas y fue en busca de la escalera, que no le costó mucho encontrar ya que estaba en el cuarto de la limpieza que está muy próximo a la mesa de la secretaria.

Cogí mi escalera y le di las gracias, me disculpé y me retiré de nuevo a mi agujero donde me esperaban las montañas de papel que parecían nunca acabar.

Estaba limpiando la estantería del polvo acumulado durante años, después de retirar todos los papeles y llevaba un ritmo bastante frenético, tan frenético que le podría haber partido el culo a cualquier zorrita que se pusiera a tiro en ese mismo momento.

Estaba muy metido en mí que hacer que de momento sentí una electrizante sensación que subía desde mi rabo hasta mi cerebro, haciéndome estallar en un inmenso orgasmo (seguramente debido al gran calentón que había tenido pensando en aquella zorra pelirroja dominada por mi gran verga), soltando así una gran descarga de leche que sentía salir a propulsión, haciéndome daño incluso a su salida.

Quede quieto un instante y no comprendí porque no sentía chorrear esa enorme descarga por mi pierna, así que mire hacia abajo y vi a aquella belleza pelirroja, de pie con su cara muy cerca de mi rabo y toda su linda cara inundada por la abundante lechada que había soltado.

Me quede petrificado, pensando en que había podido pasar, la chica al ver mi cara de susto, se sonrió y me dijo

– No te he avisado porque no quería asustarte ya que estabas tan dedicado en tu trabajo que no te has dado cuenta cuando he bajado tus minúsculos slips, pero por lo que veo tenías algo muy bien reservado porque está hirviendo, incluso más que la de mi novio (eso me calentó muchísimo ya que me imagine a esa belleza siendo embestida con brutalidad, por esa masa de músculos que es su novio), vaya veo que te alegra oír mi voz cerca de tu verga.

Era increíble, no había pasado ni medio minuto desde mi corrida y mi rabo está dispuesto a seguir dando guerra. La frutera llamó a la secretaria, para que ella también disfrutara, yo aun asimilando lo que había pasado unos instantes no pude reaccionar, así que mi sueño me hizo bajar de la escalera en la que estaba subido cogiéndome del mango y dejándome solo fue a desnudarse con la secretaria, se desnudaron mutuamente y lo hicieron muy sensual, tanto que no pude evitar que mi mano cogiera mi rabo y le diera una cuantas sacudidas, pero en cuanto me vio la secretaria me dio una negativa a lo que estaba haciendo para que parase.

– Lo queremos todo para nosotras, estamos sedientas de tu leche, aunque por lo que veo ya has descargado bastante (sonriéndose).

Me quede parado sin mediar palabra, contemplando aquel cuerpo que estaba deseoso de coger. Sus pechos eran pequeños como ya dije antes, pero eran preciosos, redondos y tiesos con unos pezones no muy grandes, vientre plano y por poco me corro al ver ese tremendo conejo húmedo de excitación, dispuesto para ser penetrado con fuerza. Pero aún no había acabado con esa maravillosa vista, porque cuando vi ese gran cuerpo desnudo, no podía creer lo que estaba viendo, yo creía que esos cuerpos son simplemente exclusivos de play boy, pero gracias a dios no era así.

Eran unos enormes pechos blancos con una aureola casi invisible por la igualdad de color entre esta y la piel y un precioso botón rosa que hacia la función de pezón.

Yo me senté en el suelo debido al gran sofocón que tenía entre el calor y aquella impresionante vista, a lo cual aprovecho mi secretaria favorita para acercarse, abrir las piernas tanto como pudo, se puso en cuclillas y acerco esa inmensa cueva a mi largo falo, era increíble el calor que despedía, parecía que estaba acercándose un hierro incandescente.

Cogió mi rabo erecto, para orientarlo a su rajita, yo creía que me moría, me moría por penetrarla, pero un momento ¿dónde estaba la frutera?, giré la vista y ahí estaba acercándose para un poco más tarde poner su gran potorro en mi boca, en el trayecto pude comprobar que, aunque estaba muy rasurado, el bello de esa parte era más rubio de lo normal, cosa que me excito mucho.

Cuando de repente un bello púbico de mi querida secretaria, rozo en mi glande, tuve que contenerme para no estallar pero después de este roce, sentí como algo suave y cálido acariciaba mi glande, era lo que siempre quería hacer con ella, nos estábamos intercambiando caricias con nuestras partes más íntimas, debido al calor y la excitación ella dio un grito ahogado y empecé a sentir sus jugos chorrear por mi falo y como yo no podía más, protagonice una tremenda corrida que fue hasta el culo de la frutera.

Yo aun con el coño de esta en la cara no podía ver nada, pero no tardó mucho en cambiar el sitio con la secretaria, la secretaria acerco ese rico manjar tan deseado para mí y que chupe con gran desesperación, la frutera de rodillas empezó a mamar, para limpiar mi polla de los jugos de su amiga y de restos de leche y en unos instantes, mi preciosa arma secreta se alzó de nuevo anunciando que estaba lista para desgarrar por dentro a cualquiera que ose a ello, así que decidimos cambiar de posición, hicimos una improvisada cama con montañas de papeles, acosté boca arriba a la frutera, la secretaria se puso encima de ella, sentándose en su estómago y recostada, para hacerle una comida de tetas inmensa.

Yo después de comprobar que la cavidad más deseada de la frutera estaba bien empapada, me cogí de las caderas de la secretaria, oriente con una posición bastante rara, mi gran rabo hacia la cavidad rebosante de flujo de la frutera y de una embestida, entro entera, después de un rato no muy largo me corrí dentro, cuando la saque vi como salían borbotones de mi leche del coño de aquella guarra.

Esperando una pronta recuperación por mi parte ellas siguieron jugando mientras yo me puse de rodillas para comerle el culo a la secretaria, era un manjar riquísimo, toque mi rabo y comprobando que ya estaba listo para el siguiente asalto, dilate el esfínter de mi querida secretaria y después de endurecer mi rabo tras una suave paja que me practicaba desde lo alto, cogí otro montón que me ayudara a subir hasta su culo, puse mi punta en su culo, ella se negó porque decía que aún era virgen por el culo, pero yo estaba muy decidido y tras convencerla en que si le hiciera daño me lo dijera que pararía, ella acepto, empecé a empujar y tras meter algo menos de tres centímetros, empezó a gritar y a pedirme que parara, yo ya no estaba dispuesto, así que hice caso omiso, ella empezó a darme palos en el muslo, la frutera salió de abajo y la tranquilizo, cuando todo estuvo dentro, me pidió que fuera despacio ya que aún no lo tenía acostumbrado, así lo hice y después de un rato, note que ya estaba listo para un bombeo frenético, así que me puse manos a la obra, mis huevos daban en su clítoris, pero no por mucho rato ya que la frutera se puso atrás para practicarnos un cunnilingus a mi amiga y a mi mientras era ensartada por el culo.

Después de un rato me corrí y creí que se hinchó, pero fue de aire, ya que ella también se corrió debido al inmenso gusto que sentía a causa de mis embestidas y de la lamida de coño que le practicaban al mismo tiempo.

Después de un rato nos limpiamos como pudimos nos vestimos y fuimos cada uno a nuestros que haceres.

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