Síguenos ahora en Telegram! y también en Twitter!

De como follamos la tía de mi mujer y yo en un local nocturno

Su tía es una mujer madura por aquel entonces debería de tener 45 o 46 años casada, vivía en nuestro mismo edificio, no era alta mas bien bajita, algo rellenita, pechos chiquititos aunque no caídos a pesar de haber tenido dos hijos, y lo mejor un culo impresionante, grande como a mi me gustan, es decir era la típica mujer madura que a mi me encantan, y yo soñaba a veces con ella, haciéndome unos pajotes terribles.

La conocí en el casino

Poco a poco fui viendo su abundante pelambrera. Parecía su coño una selva de lo frondosa que estaba. Pelos rizados, abundantes, negros y duros. Metí la mano por debajo, un poco a ciegas, y noté que estaba encharcada. Dio un alarido espeluznante. Le había rozado la vagina.

Una cuestión delicada

Quedé destruido en la cama. No me podía mover y él me pidió el último esfuerzo. Yo ya no entendía nada ni quería nada, pero había gozado tanto que no podía dejar de hacerle un favor, aunque no podía pensar que me pediría eso. Me pidió que me ponga boca abajo y limpió toda la sangre que corría por mi culo. Me puso una crema refrescante que me hizo muy bien ya que era fría y mi culo era el mismo infierno.