relatos eróticos masajista

7 relatos

Masaje especial

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Cuando abrió las piernas para facilitarle la tarea el masajista le introdujo la verga hasta el fondo. No tuvo inconvenientes porque ella ya estaba húmeda. La tomó de las tetas y empezó a moverse con toda velocidad buscando el orgasmo como un desesperado cuando se dio cuenta que la mujer estaba por acabar y le pedía que se la metiera fuerte. Al unísono acabaron gimiendo y gozando salvajemente.

Temores y alegrías

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Sé que es incómodo para el masajista que el cliente esté sobre una cama (tiene que estar doblado) así que "inocentemente" le propuse que no tenía problemas en que se sentara sobre mis piernas para masajearme mejor la espalda.

El masajista

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Hacía 4 meses que no tenia sexo, salvo alguna que otra calentura que arreglaba masturbándome. Mi vida estaba en una rutina ya cansadora, del trabajo a casa, mi estado de animo tampoco era muy bueno, y por mis 20 años algunas de mis amigas no lo veían normal. Soy bonita de cara, linda cola, no muchas tetas, 1,65 de altura, me considero atractiva, pero siempre fui muy conservadora y vergonzosa.

Masaje especial

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Una amiga le comentó de la masajista a cuyo departamento estaba por entrar. Le había dicho que la iba a pasar muy bien, que era una excelente profesional y que realizaba un "masaje especial" que no se iba a olvidar.

La masajista

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En cierta oportunidad en la que estábamos tirados en la cama jugando al juego que más nos gusta me dice que debía irme ya que estaba esperando a su masajista, mientras me vestía llegó la masajista... una mujer de unos 54 años, un tanto rellenita, pechos muy voluminosos y caderas bamboleantes; instantáneamente sentí deseos de tener sexo con semejante hembra.

El enorme miembro viril de mi masajista

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Lo más atrayente de él era, como ya he dicho, el magnetismo sexual que se desprendía de todo su cuerpo. Fue tan grande el impacto sexual que me produjo que sentí como mi vagina se humedecía y contraía, como preparándose para una penetración que ella, antes que yo, deseaba.