Por lo que veía, le encantaba que la forzasen. Uno de ellos la ato a la cama mientras se la tiraba, así que la idea de violar a su hermana empezó a rondar por la cabeza de Raúl. Seguro que la muy puta lo esta deseando, pensaba muchas veces. Además su hermana cuando no follaba, tenia a bien con masturbarse en la cama, metiéndose uno o dos consoladores.
Se encontraron en el baño y tuvieron una conversación de lo mas excitante, ofreciéndose ella a saciar su calentura ya que su esposa no se encontraba en la casa y los dos estaban muy cachondos.
Viendo que yo aún no tengo mi orgasmo, se levanta y se hecha hacia atrás de manera de quedar de rodilla frente a mí y con mi verga a la altura de su rostro, la toma y se la traga completamente, para después empezar un sube y baja sobre mi instrumento que en pocos segundos logra el ansiado clímax, en medio de un borbotón de semen que la pilla sorprendida y le cae en el rostro y entre los senos.
Las envié donde tus abuelos porque deseaba tener esta conversación a solas contigo" y empezó a decirme lo mala que había sido mi comportamiento la noche esa y que lo que yo había hecho no tenía nombre pues me había aprovechado de mi propia madre, lo que era antinatural y que lo sucedido nunca podría saberlo nadie, pues entonces el nombre de ella quedaría manchado ya que lo que le había hecho a ella era una degeneración, pues no podía ser que un hijo violara a su madre.
Mi madre, escondida tras unos arbustos, quedó sorprendida con el tamaño de mi instrumento y la invadió una desazón que recorrió todo su cuerpo. No podía apartar la vista de ese aparato que se exhibía impúdico, lleno de venas colmadas de vitalidad, de un tamaño que la sobrecogió, en parte porque mi sexo es más grande que lo normal y en parte porque hacía muchos años que no veía uno. La curiosidad fue más fuerte en ella y en lugar de salir a enrostrarnos nuestro proceder siguió callada observando mi herramienta que se aprestaba a trabajar.
De pronto nos llegó el orgasmo casi al unísono y nos apretamos, nos hundimos uno en el otro, como queriendo fundir nuestros cuerpos, mientras nos regalábamos nuestros jugos en un intercambio de placer que agotó nuestras fuerzas. y acabamos entre besos, mordiscos y promesas de amor y deseo.
Conecté la corriente programando el transformador de tal forma que descargará alternativamente en una o en otra cerda. Una recibía la descarga y sentía el dolor de ésta, se revolvía y eso tironeaba de los pezones y de los labios de la otra y ese movimiento volvía a castigar a la primera y pocos segundos después la descarga se invertía y el juego se repetía en el otro sentido.
Le levanté las piernas, las apoyé en mis hombros y dirigí mi glande a su ano, que había untado con saliva, la penetré despacio, muy despacio, hasta metérsela entera y luego empecé a bombear cada vez con más fuerza mientras le mordía los pezones, no rechisto, solo pedía :"Follame más, no pares, ábreme el culo, no te corras todavía"
Mi hermana de 24 años se casó con una ricura de hombre de su misma edad, el mismo que se quedó viviendo por casi cuatro años a mis trece años él ya me gustaba mucho y siempre me sentaba en sus piernas y podía sentir su polla haciendo presión en mis nalgas y a esa edad me mojaba y se me calentaba mi conchita, pasó cuatro años y mi cuñado salió de nuestro hogar y se fue a vivir a otro lugar fuera de nuestra ciudad, salí de vacaciones de mi colegio y mis padres me preguntaron que a donde deseaba pasar mis vacaciones
Con estas frases ya no pude más y cuando ya sentía que descargaba toda la crema le hice señas con la cabeza de que ya venía y ella me excitaba más con sus palabras: "ya te vas a venir mi rey, échame todos tus mocos, todas tus cremas para que me los coma" y descargué tanta leche que me dolieron los testículos pero mi comadre jadeaba al lamer y succionar todo ese chorro de leche caliente y siguió lamiendo y limpiando con su boca hasta que la verga se hizo pequeña y pidió un rato de reposo para volver a templarse y meterse en la pepa de mi comadrita.
Volvió a arrodillarse delante de mi pene, introduciéndose en la boca, masturbándome con sus pequeños labios de adolescente. Su movimiento de arriba a abajo me estaba volviendo loco, estaba deseando correrme de nuevo en su boca, quería ver como mi semen desbordaba sus labios y caía por su cuello. Pero esta vez quería que mi hermana disfrutara. "Para para... si sig... si sigues me voy a correr y ho... hoy quiero otra cosa para ti, cariño".
Le levanté las piernas, las apoyé en mis hombros y dirigí mi glande a su ano, que había untado con saliva, la penetré despacio, muy despacio, hasta metérsela entera y luego empecé a bombear cada vez con más fuerza mientras le mordía los pezones, no rechisto, solo pedía:"Follame más, no pares, ábreme el culo, no te corras todavía"
Y ella digiera que verga tan linda (mide 18 cm) y comenzara a estirarla de arriba abajo, haciéndome sentir un inmenso placer pero después de unos minutos se situó delante de mi verga y comenzó a mamarla como una verdadera puta, la mamaba tan rápido como nunca me lo habían hecho, tanto que tras unos minutos no aguante más y me vine dentro de ella, que trago parte de mi leche como si fuera un manjar, pero aun la cosa no quedaba ahí ya que todavía ni siquiera la había visto desnuda, que fue lo que precedí a hacer sacándole la camisa azul que llevaba y desprendiéndole el sostén blanco, quedaron ante mi unas pequeñas y hermosas tetas acompañadas con un par de grandes pezones
No pude darme cuenta que ella estaba casi desnuda, sus pechos erguidos como apuntándonos, apenas cubierta con una bombacha mínima y transparente; tampoco me dí cuenta de sus pezones, sus maravillosos pezones con sus areolas que se ofrecían a nuestra vista mórbidos, turgentes... dispuestos y deseosos de ser tomados.
No presté más atención al asunto pero con el correr de los minutos me di cuenta que el perro buscaba insistentemente a mi hermana olfateando por cualquier parte del cuerpo que le quedara a mano. Al principio interpreté esto como un pedido del perro para salir pero luego me di cuenta que apuntaba su nariz directamente a la vagina de mi hermana aprovechando que ella tenía puesto unos pantalones cortos de jean.
Juliana me sacó de mis pensamientos cuando me dio su respuesta a lo que le había pedido; me dijo que todas sus pertenencias se encontraban en su domicilio y, que por obvias razones no podía ir, pero que con una de sus amigas tenía guardado un televisor y algunos libros los cuales me los daba como garantía del préstamo. Tomé una bocanada de aire tratando de calmar los nervios y le dije que ese no era el tipo de garantía que yo necesitaba, que lo que le solicitaba era otra cosa
Se separó, y se abrió de piernas tumbada sobre la cama, y le hizo un gesto a su hermana, que se agachó, y acomodándose cogió uno de sus pechos y empezó a frotarlo arriba y abajo de la vulva de Mónica, que mostraba una sonrisa en la que se adivinaba el placer que sentía en ese momento.
Mónica lo cogió y empezó a oler profundamente el perfume que emanaba, al tiempo que su vulva empezó a segregar gran cantidad de líquido. Se estaba poniendo realmente cachonda, por si eso fuera poco Susana había empezado a deleitarla con expertos movimientos de lengua en su conejito. Susana estiró un brazo y cogió algo de entre la ropa y se lo tendió. Eran unas bragas de seda, color crema, las palpó, sus pezones se endurecieron más aún; se acarició interponiendo las bragas entre su mano y su piel. Sus poros se iban abriendo al contacto de la suave tela mientras con la otra mano acariciaba el pelo de Susana y la atraía más hacia sí.
Una noche estábamos los dos solos, mis padres estaban en una cena de negocios, y ella entro a bañarse. La situación de por si siempre me excitaba, mi hermana y yo solos en casa, y ella desnuda bañándose a pocos metros mío. Estaba por ir a mi cuarto para masturbarme, cuando se me ocurrió por fin espiarla para hacer real así mi fantasía de verla desnuda. Así lo hice. Espere a que dejara correr el agua en la ducha, sabía que le gustaba llenar la bañera con agua caliente para luego relajarse en ella.
Llego al fin a su habitación, entro y cerró la puerta, yo estaba con el corazón en un puño, pero al final salió y se dirigió a la cocina a comer algo, en ese momento aproveché yo para entrar y llevarme la cámara apagada a mi cuarto... Termino y se fue a su habitación.
En los días siguientes mi actividad sexual con Sofía y catalina me mantuvo muy ocupado, pero logre satisfacer a ambas plenamente, ya que mi despertar sexual había sido tan imprevisto que solo podía pensar en coger, pues no veía nada más interesante en la vida que el sexo. Y lo tenía con dos hembras como mis hermanas que no se satisfacían fácilmente, las cuales también vivían tan intensamente como yo el frenesí sexual en que nos habíamos sumergido.
La sorpresa de sorprender a Claudia masturbándose pronto fue cambiada por el deseo que despertó en mí ver sus piernas al aire y uno de sus senos que se había librado de su prisión y se mostraba impúdico, mientras los suspiros se hacían cada vez más profundos y el masaje más frenético.
Me quedé cavilando en lo que había hecho mi hermanita y mientras más pensaba en ello más a gusto me sentía con lo sucedido. El recuerdo de mi instrumento raspando el calzón de Sofía mientras se metía en su grieta me excitó y me vi de pronto tomándome la verga y masajeándola hasta lograr una total eyaculación.
Sorprendida tumbada en la cama leyendo un libro erótico y masturbándose, su hermana le chantajea amenazando con contárselo todo a sus padres. Terminarán montando un número de masturbación y placer mutuo difícil de olvidar.
Un hombre corre a reunirse en el chalet de la playa con su esposa y la hermana de ella. Al llegar se encuentra con un tórrido cuadro en la cama del dormitorio.
Nuestro protagonista propone a su novia que llame a su hermana para que le dé unos masajes en los pies, mientras él, escondido en el placard del dormitorio, observa la escena que empieza a tomar tintes muy calurosos entre las dos hermanitas.