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Mi hermana

Mi hermana

Me llamo Paula, y soy de Santa Fe, una provincia Argentina.

En este relato les voy a contar una historia que me paso el mes pasado, y que me gusto tanto que tengo ganas de contárselas a todas.

Bueno, primero déjenme presentarme.

Les cuento que vivo sola.

Trabajo, soy modelo, y además tengo un negocio de ropa propio (ropa de mujer, obviamente).

Soy lesbiana desde que tengo 17 años, y me encanta serlo, pero todavía nadie de mi familia lo sabe.

Tengo 22 años, y no es por ser soberbia ni nada de eso pero soy muy linda, por eso soy modelo.

Soy rubia, con el pelo largo, hasta la cintura y lacio, mis ojos son bien celestes.

Mido 1,78, soy delgada, tengo lindas piernas y un gran físico.

Mis medidas son 94-61-91. tengo los pechos bien redonditos, medianos y paraditos, con unos hermosos pezones.

Mi cola es bien redondita y muy parada, por lo menos es la parte que más me gusta de mi cuerpo.

La historia que les voy a contar me sucedió el mes pasado.

Resulta que los primeros días de noviembre me llamó mi madre.

Ella me dijo que junto con mi padre se tenían que ir de viaje a EE.UU. y que si por dos semanas no podía tener en mi casa a mi hermana.

Yo acepté, lógicamente, la noticia al principio no me había caído bien, porque pensé que tendría que cargar con mi hermanita (yo le digo así pero tiene 18 años), pero luego pensándolo bien acepte, porque hacía mucho que no estaba con ella, y dos semanas juntas vendrían muy bien.

Durante los dos días antes de que mis padres viajaran, preparé todo para recibir a mi hermana, ya que quería que se sienta bien, y que no se sienta ella una carga.

Por eso deje en el negocio a una encargada, y le dije a mi representante como modelo que me tomaría ya los dos meses de vacaciones, para estar las dos semanas con mi hermana, y para ya aprovechar todo el tiempo, ya que estaba agotada.

Limpié toda la casa, que por cierto estaba muy desordenada, le preparé un cuarto a mi hermana, lo arregle muy lindo, le puse la computadora ahí para que se divierta, televisor, revistas, ropa de regalo, en fin, todo para recibir a mi querida hermana.

Llegó el día.

Mis padres vinieron a la noche, dejaron a mi hermanita, y se fueron.

La recibí con un fuerte abrazo.

Le mostré toda la casa, su cuarto y todo para que se acomodara bien, ella quedó fascinada.

Salimos a comer a un restauran y aproveché para que me cuente todo sobre ella.

Esa primera noche la pasamos muy bien.

Cuando llegamos se dio, una ducha y nos fuimos a dormir.

Antes de continuar déjenme presentar a mi hermanita.

Se llama Natalia, tiene 17 años.

Es muy bonita también, pelo negro lacio, ojos café, una linda cara, buen cuerpo para su edad, es un poco más baja que yo, delgada, pechos medianos, casi como los míos, una linda cola, en fin, es una muy linda chica.

Al otro día nos levantamos, desayunamos y se fue al colegio.

Ya había terminado las clases, pero tenía que rendir algunas materias.

Cuando llegó no tenía muy buena cara.

Le pregunté qué pasaba, y me dijo, que la profesora de matemáticas la había reprobado y que dentro de 5 días le tomaría su recuperatorio, pero que si salía mal, repetía de años.

La calmé un poco, y le dije que yo la ayudaría a estudiar, ya que soy buena en las matemáticas.

Los 4 días antes de la prueba fueron de puro estudios.

Nos levantábamos y estudiábamos, comíamos y estudiábamos, cenábamos y estudiábamos.

Prácticamente no salimos de casa.

En ese tiempo disfrute mucho de mi hermana, la conocí, y me contó muchas cosas.

Un día se nos dio por hablar de sexo, y me contó algo que me sorprendió.

Ella todavía era virgen, pero me dijo que no era porque no quisiera ni porque no tuviera oportunidad, me dijo que sentía algo raro dentro de ella, y que cada vez se fijaba menos en los chicos, y con algo de vergüenza me contó que sus amigas empezaban a excitarla.

Yo al principio reaccioné como si nada, pero luego a la noche pensé mucho en ella.

Me imaginaba a mi hermana solo para mi, todo su hermoso cuerpo virgen junto a mi acariciándola, besándola, pero al mismo tiempo pensaba que era mi hermana, y que ella nunca iba a aceptarlo.

Así me quede pensando hasta muy tarde, casi ni me di cuenta, y cuando mire el reloj eran las 2:00 AM.

Fui al baño, pero cuando pase por el cuarto de mi hermana, sentí ruido, me acerqué y aproveché que la puerta estaba entreabierta para espiar.

Me asomé con cuidado y lo primero que vi fue a mi hermana, acostada, con su mano por dentro de su bombachita, acariciándose su coñito, al mismo tiempo que estaba viendo una película erótica en la TV.

Esa escena me excitó mucho, tanto que me quedé espiándola largo rato, estaba muy excitada, pero justo cuando empecé a tocarme ella no se porque, pero repentinamente paro, apagó la TV y se durmió.

Yo volví a mi cuarto pensando, muy excitada.

Al otro día, ya todo fue distinto.

Mientras estudiábamos no podía concentrarme, la mirada se me iba hacia ella, sus labios, su hermosa cara, no podía ni sumar 2+2., pero por suerte ese era el último día de estudio.

Al otro día ella se fue a rendir, y me quedé esperándola.

Cuando volvió, entró con una cara muy mala, yo le pregunte como le había ido y me dijo que mal.

Yo me senté desilusionada, pero cuando la miré de vuelta su triste cara se transformó en una gran sonrisa, me gritó:- mentira.

Me fue bien!!!!!, y se lanzó sobre mí, me abrazó fuertemente.

Ella estaba arrodillaba frente a mí abrazándome, y en un momento entre tantos abrazos sentí que su coñito se apoyó en mi panza, sentí una excitación enorme.

Cuando se salió de encima de mí recién la observe entera.

Y estaba más hermosa que nunca.

Estaba con su uniforme de colegiala… y estaba infartante.

Tenía una pollera azul, muy pegada al cuerpo, que le hacía notar su hermosa cola, la pollera era a cuadros, corta, por arriba de las rodillas, tenía también medias blancas hasta las rodillas, una camisa blanca, y una corbata azul, que tenía desajustada.

Nunca la había visto tan linda.

Cada vez me excitaba más, y cada vez lo podía disimular menos.

Encima, a mi hermanita no se le ocurrió mejor idea que dejarse su uniforme puesto todo el día, “para festejar” decía ella.

Y todo el día la tuve que estar viendo con ese uniforme que me excitaba muchísimo.

Después de almorzar, yo me fui a dormir siesta, ya que estaba algo cansada por la noche anterior.

Fui a mi pieza, pero un pude cerrar los ojos, estaba muy caliente.

No pude resistir mas y me empecé a masturbar, lo más silenciosamente posible.

Todo el tiempo pensaba en Nati, en su uniforme, en ese abrazo, en ella, y tuve un orgasmo fenomenal.

Luego, por fin me pude dormir.

Me desperté como a las 7:30 p.m.

Me vestí lo más simple posible y salí de mi cuarto.

Fui hacia la cocina a preparar algo para comer.

En la heladera, había un cartel de mi hermana, “salí a comprar la cena, vuelvo en un rato”.

Ya que no iba a tener que preparar la cena, me fui a dar un baño.

Llene la bañera con mucho agua y espuma, y me metí.

Ni un segundo pude dejar de pensar en Naty, me estaba volviendo loca, no podía quitarla de mi mente.

Llegué a la conclusión de que en la semana que nos quedaba juntas, algo iba a tener que pasar, o si no me terminaría volviendo loca.

Además de que yo no veía el momento para tener a Naty entre mis brazos, y hacerle mil cosas.

Por eso decidí esperarla lo mejor posible.

Salí del baño.

Fui a mi cuarto, me perfume toda.

Me vestí lo más sexy posible, ya que le iba a decir que saliéramos a cenar para celebrar. Busque en mi armario la ropa más sexy que tenía.

Me puse primero un conjunto de ropa interior muy sexy, eran unas medias hasta la mitad de los muslos, rojas y con portaligas, una bombachita de encaje roja también, la parte de atrás era una tirita muy chiquita, que dejaba ver muy bien mi cola, arriba me puse un bra de encaje rojo.

Luego me puse una falda negra de cuero, que llega por arriba de las rodillas.

Unos zapatos de taco alto y arriba un top, apretado de color negro, para que resalten bien mis pechos.

Luego me maquille para quedar lo mejor posible.

Así me puse a esperar a Naty.

Cuando llegó y me vio, pude notar en su cara que le gusto mucho, me miró de arriba abajo.

Ante de que diga algo le dije: – anda y cámbiate, que salimos a cenar.

La espere mientras se cambiaba, mientras hice las reservas en un restaurante, está en un pueblo cerca de donde vivo, es medio lejos, pero es un lugar hermoso, y la comida es sensacional.

Cuando Naty salió, nuevamente quedé sorprendida de lo linda que se veía.

Se había puesto unos jeans bien ajustados, que levantaban su cola hermosa, arriba tenía puesta una remera apretadita.

Estaba muy bien maquillada, en fin, hermosa.

Salimos hacia el restaurante.

El viaje duró 40 minutos.

Pasamos una noche muy buena.

Comimos muy bien, bailamos, hablamos de todo.

La pasamos muy bien.

En un momento de la cena, Naty me dijo que si estaba de novia con algún chico, yo le dije que no, haciéndome la disimulada.

Pero ella no se quedó callada, al contrario, me siguió diciendo cosas, sobre esto, de que casi nunca me había visto de novia, de que tampoco me veía nunca con hombres, y que porque era eso.

Yo no tuve más remedio que decírselo.

Y así fue, le dije que era lesbiana.

Ella lo tomó mejor de lo que yo creía:

– En serio? Me dijo – bueno, qué sorpresa.

Eso fue lo único que dijo al respecto.

Pero todo siguió muy bien.

Como a las 2 de la mañana, se largó una lluvia torrencial, casi no se podía ni ver por la ruta.

Como pudimos llegamos al auto.

Yo iba a manejar hasta mi casa, pero Naty me dijo que no lo haga, que era peligroso, y que mejor buscábamos un hotel para pasar la noche.

Eso hicimos. Justo a una cuadra del restaurante había un lindo hotel y decidimos pasar la noche allí.

Fuimos y nuestra mala suerte se presentó.

No habían habitaciones.

Así recorrimos tres hoteles más hasta que por fin, en un quedaba una habitación:

– pero es con una sola cama, matrimonial por supuesto – nos dijo el conserje. No importa, la alquilamos igual.

Cuando entramos vimos que la pieza era enorme.

La cama también lo era, tenía baño con jacuzzi, TV, sala de estar, en fin, era una habitación que por lo que habíamos pagado, era mucho.

Estábamos muy cansadas, y nos fuimos a dormir.

Entramos a la pieza y nos desvestimos. Yo no tuve problema, porque traía ropa interior, pero Naty, riéndose me dijo:

– hay un problema

– Que pasa? Le dije

– Nada, un pequeño detalle, solamente tengo puesta unas mediecitas estilo soquete, y una bombachita, nada más.

Cuando dijo eso el corazón me empezó a latir más fuerte.

Yo ya me estaba imaginando lo que en ese mismo momento les podría estar haciendo, no podía aguantar más.

– No importa, somos hermanas, yo no te voy a comer

– Este bien, de todos modos, cuantas veces me viste desnuda, pero antes me voy a dar una ducha.

Yo ya estaba metida en la cama cuando escuché el grito de Naty desde el baño.

Salí corriendo a ver qué pasaba.

Cuando entre al baño, vi a Naty subida al inodoro:

– hay una araña ahí adentro, me dijo.

Cuando me asomé a ver, la araña era chiquitita, indefensa, no podía creer que le tuviera miedo a eso, pero Naty siempre le había tenido miedo a las arañas, y era común que se asustase.

Mate la araña y recién tomé conciencia de lo que ahí tenía.

Estaba Naty toda desnuda y mojada, era una hermosura.

El cuerpo se me estremecía de solo verla. :

-Bueno, ya esta, ven que te seco y vamos a dormir.

Senté a Naty en el inodoro y la calmé un poco.

Tome una toalla y envolví a Nati en esta.

La empecé a secar.

Lo hacía lentamente, tratando de que ella entre en calor.

Cuando llegaba a sus pechos o a su cola refregaba bien, estando un tiempo ahí, en esos hermosos pechos, esa linda cola.

Pero lo mejor estaba empezando.

Cuando llegué a su entrepierna y la empecé a secar, lo más lento posible, para que se excitara, pude notar que se había depilado, pero que habían quedado algunos vellos esparcidos:

– Te depilaste? Le pregunté

– Este… si porque? Me contestó avergonzada

– Mira, no es por nada, pero, no lo has hecho muy bien

– Lo que pasa es que lo estaba haciendo justo cuando apareció la araña

– Ahhhh, que justo. Bueno mira. Si quieres…..

– Que piensas ayudarme a hacerlo? Dijo cortando mi anterior frase

– Y, si no te molesto, me gustaría, tu que dices?

– Ok, me encantaría, de paso me enseñas bien, porque yo todavía no lo se hacer muy bien.

Cuando Naty dijo eso, yo ya estaba segura de que algo iba a pasar.

Era la oportunidad que había estado esperando desde que me abrazó luego de que había rendido.

No había podido quitarla de mi mente, y esta era mi oportunidad.

Tome a Naty y le lleve a la cama.

Ahí sería más fácil.

Puse unas toallas sobre la cama para no mancharla y le dije que se acostara.

Llené un balde con un poco de agua.

Humedecí una esponja en el agua y le empecé a pasar por su coñito.

Lentamente lo hice hasta que estaba bien mojado.

Luego le puse una crema que había encontrado en el baño, para que no se le irrité, y me dispuse a depilarla.

Comencé por la parte del pubis, pasaba la rasuradora suavemente tratando de que se le haga lo más placentero posible.

Cuando termine, pase la esponja, y vi que había quedado muy bien.

Luego seguí por la parte que está entre las piernas y su coñito.

Para esto le dije que abra las piernas, a lo que accedió sin problemas.

Ahí por fin pude ver su hermoso coñito virgen, todavía cerrado gracias a su inocencia, una hermosa rajita, pequeña y rosadita, perfecta para mí, pensé por dentro.

Así la seguí depilando toda.

Me llevo 20 minutos hacerlo, pero porque quería que lo disfrute, que empiece a sentirse caliente.

Y me parece que lo logré.

Cuando termine de depilarla, le saque todo el jabón, le mojé de vuelta la rajita para dejarla bien, luego, cuando la estaba secando, levanté la vista un momento, ya que me había olvidado de Naty, y note que estaba muy callada.

Levanté los ojos y la vi, con sus ojos cerrados, mordiéndose los labios y tocándose suavemente los pezones.

No la quise interrumpir.

Termine de secarla, pero Naty no se dio ni cuenta.

La toqué para llamarle la atención, y cuando abrió los ojos se puso colorada:

– Ya está, terminé -le dije

– Estemm……. bueno, sí… gracias

– Qué te pasa? Le pregunté sabiendo que estaba avergonzada

– Nada, es que….. bueno….. recién

– Que paso? Te excitaste un poco?

– Bueno, si

– Esta bien, no te preocupes, sabia que te iba a pasar, aparte es normal, no todos los días te depila otra chica – le dije tratando de que no corte su calentura

– Si pero….. vos

– Si soy tu hermana, ya se, y que?

– No nada, esta bien

Ella se paró todavía algo avergonzada, me ayudó a acomodar todo, y nos fuimos a dormir. Se volvió a poner sus mediecitas y su bombachita, y se metió en la cama.

Afuera todavía llovía a cantaros.

Cuando estábamos en la cama le pregunte que si estaba bien, dijo que si, pero dijo que cuando yo la estaba depilando había sentido una sensación rara, un escalofrío, y que eso fue lo que la había excitado, y me dijo todavía lo seguía teniendo:

– Mira Naty, te voy a decir algo- tome coraje, me acerqué a ella

– Que, que pasa? Respondió

– Mira, desde que llegaste a casa que me empecé a fijar en voz me excitas mucho, no se como te cae a ti, pero te lo tenía que decir.

– Pues bueno, yo te tengo que decir que también me fije mucho en ti, que me encanta tu cuerpo bien sexy, y que siento cosas dentro de mí cuando estoy contigo.

Luego de estas palabras no hubo que decir mas nada.

Mire a Naty a los ojos, acerque mis labios lentamente a los suyos y la bese.

Fue el beso más tierno de toda mi vida.

Nos besamos un tiempo, luego mis manos empezaron a recorrer su suave piel, recorriendo su abdomen, sus piernas, y en algunos momentos sus nalgas.

Mientras la seguía besando, lleve mi mano a su coñito, lo acariciaba por arriba de su bombacha, y ya podía notar su humedad.

Deje de besar a Naty y la puse boca arriba, y yo me puse sobre ella, arrodillada.

Mi lengua fue bajando lentamente, primero su boca, su cuello, su pecho, hasta que llegue a sus hermosos senos, los lamía intensamente, mordía suavemente sus pezones, mientras los primeros gemidos salían de la boca de Naty.

Mi lengua seguía mojando sus pezones, y mis manos bajaron para encontrarse con su entrepierna recién depilada.

Metí una mano sin sacarle su bombachita, ya estaba bien húmeda, mis dedos acariciaban su coñito, y Naty cada vez estaba más excitada.

Luego de un rato de acariciarla, mi lengua otra vez comenzó a bajar, por todo su abdomen hasta encontrarme su coñito.

Con mis dientes comencé a bajar su bombachita. Se la saque toda y volví a subir, esta vez, le abrí las piernas, y con mi lengua fue recorriendo desde los dedos de sus pies hasta su entrepierna.

Cuando llegue a los muslos, ya sentía sus temblores.

Y subiendo así, fue que llegué ahí, a su hermoso coñito virgen.

Comencé a lamerlo suavemente, pero a medida que pasaba el tiempo era más rápido.

Naty, gemía sin parar.

Y yo seguía con su coñito.

En un momento repentinamente, Naty se sentó, agarró mi cara, me beso, y tomó el control ella. Hizo lo mismo que yo con ella.

Me acostó, se puso sobre mí, y me empezó a besar.

Pero mi sorpresa fue cuando ella, llegó a mi coñito.

Saco mi bombacha, y lo empezó a lamer, pero a pesar de ser virgen, lo hacía fenomenal.

Era hermoso.

Mi excitación fue creciendo.

Naty estaba haciendo de mi coñito un mar de flujos, cada vez me mojaba más.

Luego, sus dedos abrieron mi coñito y empezaron a tocarlo y a introducirse.

Pero yo todavía quería jugar más.

Ahora la di vuelta, boca abajo.

Y me puse sobre ella acostada.

Lamía su espalda hasta que llegué a su ano.

Abrí sus piernas y comencé a acariciar su ano.

Luego la di vuelta.

Comencé a besarla locamente.

Y con mi mano comencé a separar sus labios.

Comencé a acariciar con más ritmo su coñito y ella se éxito muchísimo.

Baje nuevamente, pero esta vez mis dedos fueron los encargados de todo.

Primero metí uno solo, lentamente, y no entero, solo la punta, pero Naty igual se retorcía de placer.

Cuando mi dedo se mojó lo suficiente, lo lleve hacia su boca y se lo hice lamer.

Ella tomó mi mano y lamía mi dedo entero, lo chupaba completo.

Luego ese mismo dedo le volví a introducir a su coñito.

Pero esta vez con más ritmo, y lo introducía mas.

Naty ya estaba cerca de su primer orgasmo, y yo para excitarla más, acompañe a mi dedo con mi lengua.

Con la lengua le lamía el clítoris, mientras mi dedo se introducía ya entero. Su coñito estaba muy lubricado.

Sus gemidos se hacían más frecuentes y fuertes, y así fue que en un momento fue como una explosión, un fuerte gemido, ya pare repentinamente, y ahí estaba, un pequeño hilito de sangre salía desde su rajita.

Yo había desvirgado a mi hermana, lo que me llenó de gozo.

Volví a subir. La besé. Luego de unos minutitos de besos, roces, caricias, mas besos, ella dijo: – ahora me toca a mi.

Me beso y directamente fue a mi coñito. Sus dedos lo abrieron y se introdujeron rápidamente.

Esta vez lo hizo con dos dedos, mientras lamía mi excitado clítoris.

No pasó mucho tiempo para que yo tuviera un fenomenal orgasmo, Naty lo hacía muy bien, y la excitación era muchísima.

Luego de este orgasmo, nos besamos fuertemente. Me abrazó y me acariciaba todo el cuerpo. Así lo hizo hasta que se durmió.

Yo tarde un poco más en dormirme, porque me quedé pensando todo lo que vendría en los 5 días que todavía nos quedaban juntas.

Esta historia continuará…

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