Relación volcánica donde un joven marido tiene que atar corto a la potrilla de su esposa, a base de disciplina, como no podía ser de otra manera. Cada azotaina es mano de santo para ambos miembros del matrimonio.
Mi marido me llevó a ponerle los cuernos y me gustó. En la cama con mi marido, él suele calentarse si yo le digo que algún hombre me estuvo mirando o me insinuó algo, aunque todo esto era, en su momento, sólo una fantasía para excitarlo.
Sonia no pierde el tiempo y empieza a cumplir todo lo que la ordenó Mario, para transformarse lo antes posible en el tipo de mujer que el quería. Empieza a serle infiel a su marido, y tiene su primera experiencia sexual con una mujer.
Una mujer, conoce a un hombre que cambia su personalidad, pasando de ser una esposa y madre ejemplar, a convertirse en una prostituta de lujo, capaz de hacer cualquier cosa en la cama, con hombres o mujeres.
Muchos no sabrán que en nuestra ciudad hace muy poco tiempo se han abierto salas de cine porno lo que ha provocado una nueva oportunidad para cambiar nuestras conductas sexuales.
Éste no se hacía de rogar y le dedicaba a mi esposa las caricias más desvergonzadas, especialmente concentraba éstas en la firme grupa, veía yo cómo se perdía el dedo medio de Lalo entre las rotundas redondeces de Linda y como ella presionaba su culito contra la mano husmeadora, levantando la colita para facilitarle el camino.
Primero nos citamos en una confitería los dos, me pareció una chica muy agradable, tenía 31 años, soltera, pelo castaño claro con rulos, ojos marrones, muy buen cuerpo, profesora de gimnasia, unas tetas hermosas, y un culo bastante agradable, me contó que había formado varias veces tríos, y se mostró intrigada en mi idea.
Mi mujer y yo siempre hemos disfrutado del placer sexual sin límites, siempre nos complacemos mutuamente, ya les contaré nuestras vivencias más adelante en otros relatos. Esos días no fueron la excepción.
Si tuviera que describiros a mi esposa, os diría que es una mujer bastante atractiva, es morena con pelo largo y rizado, ojos verdes y figura delgada, con unos pechos muy bonitos y bastante firmes, aunque si tuviera que resaltar alguna zona de su cuerpo sobre las demás, sería su hermoso culo.
Lo cierto es que luego de mucho esperar por volver a repetir una rica sesión de sexo entre los tres, por fin se llegó el día en que nos volvimos a encontrar y nos dispusimos a entregarnos a la pasión sexual por tantos días reprimida, ya que nuestro amigo vive bastante lejos de la ciudad donde residimos y además es una persona bastante ocupada.
Ya me disponía a entrar al mencionado café cuando al frente de mí se estaciona un vehículo que coincidía con la descripción que aquel caballero me había hecho por teléfono y en el vehículo pude ver a un hombre desesperado tras del volante, quien empezó a hacer sonar la bocina del auto, como para llamar la atención de alguien que pudiera estar esperándole.
Ella puso algún reparo, porque vió que la cena era algo especial, (algunas noches cuando mi esposa sale temprano de trabajar, prepara algo suculento de comer, adorna la mesa con velas y se pone alguna prenda más elegante y algo de lencería, para romper la monotonía), pero le insistimos tanto que finalmente aceptó.
Para que se sitúen debo decirles que expliqué en un conocido servidor de relatos eróticos de la red las relaciones que había tenido mí esposa con su amante, un amigo de juventud al que reencontró tras casarse conmigo.
Ella insistió en que mientras yo la amara y la quisiera a mi lado, ahí estaría. Reiteración que yo necesitaba desesperadamente, pero también reconoció, que no se había esperado que Lalo fuera tan buen amante.
Mi amigo estaba verdaderamente desesperado después de los acontecimientos de aquella noche. Cuando salió apuradamente con su mujer de la casa donde habían mantenido relaciones con Fernando y Vero, solo tenía en mente averiguar por qué su esposa había disfrutado tanto con Fernando.
Esta es una historia de mi primera infidelidad, nunca en mis 15 años le he faltado a mi mujer, ni con el pensamiento, aunque les parezca raro, por lo que creo oportuno indicarles el porque sucedió.
Pidieron una foto en el aviso, así que les envié una muy buena, donde estoy desnudo de pie, las manos en la cintura con una gran erección, que una hermosa rubia sostiene con ambas manos, de rodillas frente a mí, me sonríe con labios húmedos y es muy obvio que va a meterse el enorme aparato en la boquita.
Por primera vez abrió la boca y comenzó a gemir fuerte, ya que obviamente ese pene era mucho mas difícil de soportar sin chillar que cuando la había penetrado mi yerno.
Entendí como de manera muy velada mi mujer me estaba casi pidiendo permiso para ir a encontrarse a solas con él y dejarle hacer lo que quisiera con ella.
El nos trajo dos tragos y salió del cuarto de baño, donde las dos permanecíamos detrás de la puerta de la tina. En ese momento intercambiamos los vasos y yo la bese como por impulso, ella se dejó pero estaba asombrada. Seguí tocándola y me di cuenta cuanto habíamos las dos deseado esa situación.