Últimos relatos calientes:

Como lo prometido era deuda

0,00 (0 votos)
María se balanceaba sobre sus pies los dedos hacían de ejes y su pubis se bamboleaba al unísono con su excitación, solo había una cosa que le sacaba de quicio, no poder hacer nada en tal postura, sus pechos estaban tan solos y desentendidos que su propio contoneo le producía placer.

Fantasía con Pandora

0,00 (0 votos)
Salimos, es verano pero se puede sentir un ligero viento y yo te doy mi chamarra en lo que llegamos al auto, poniéndola sobre tus hombros, te abrazo por la cintura y llagando al auto abro la puerta del carruaje que te llevara a tu palacio.

Carta íntima III

0,00 (0 votos)
No dejaría de darte placer, de ver como te mueves, de sentir tus espasmos provocados por mí, de escucharte mientras te hago mía, pidiéndome que siga, repitiendo mi nombre y rogando que no parara,te oiría y me darías mas fuerzas, mas ganas de tenerte, de provocarte, de hacerte llegar a lo mas alto por mis besos, por mis caricias, por mí.

Tremenda cogida

0,00 (0 votos)
Al consumirse mi cigarrillo fui por otro a mi camarín y entonces fue que vi en el del frente, a escasos 140 cm. un excitante tipo, barbón, alto, fornido, con un pecho deliciosamente poblado de negros pelos ensortijados, aureolas canela fondeando sus ricos pezones, piernas peludísimas y pies muy grandes, ojos negros de mirada penetrante y calculadora. todo un ejemplar.

Mis aventuras con Balma y Luis III

0,00 (0 votos)
Apoyé mi cabeza contra la almohada y pasando mis manos por entre mis piernas lo cogí de los huevos dándole un masaje especial que hizo que enseguida se corriera llenándome el culo de esa lava hirviendo, y provocando un tremendo orgasmo de mi parte, que contribuyó a multiplicar el charquito.

Humo sagrado I

0,00 (0 votos)
La besa profundamente y luego la hace situarse de cara al cristal. Desde atrás la abraza, acaricia su cuerpo, desde sus tobillos finos hasta su largo y rubio cabello. Juega con él, peinándolo entre sus dedos, disfruta viendo la fluidez y limpieza con que cae, como un riachuelo.

El asilo de ancianos II

0,00 (0 votos)
De repente sentí la lengua de Juan en mi agujero, un rato, y después uno de sus gordos dedos, y mas tarde otro, yo me retorcía y como podía hacía equilibrios para poder chupar las dos vergas mientras Juan me trabajaba por abajo.

Any III: con una nueva amiga

0,00 (0 votos)
Muy despaciosamente y mirando con mucha atención, acercó como en cámara lenta, su mano a mi sexo... con la yema de su dedo tocó delicadamente mi abultado clítoris... una centella eléctrica corrió por mi espalda haciéndome cerrar de golpe mis piernas, como una tenaza, apretando su mano en mi sexo.