Tomé mi pija y se la fui acercando a su cola muy lentamente, fue algo de otro planeta, estaba viendo cómo la cabeza de mi verga se perdía en ese agujero que parecía interminable.
Me quitó la mano del coño y se echó sobre mí tapándome con su cuerpo. Aceleró sus movimientos. No respondió a mis súplicas y sentí su leche caliente inundar mi sexo.
Ya mientras nos encontrábamos en su cama, ella se prendió de mi pedazo de pichula, y la empezó a mamar de campeonato, esta volvió a levantarse rápidamente ante tanta, calentura por parte mía.
Soy profesora de enseñanza secundaria, de la asignatura de Cultura clásica. Tenía por aquel entonces 36 años, no soy fina más bien llenita, con unas anchas caderas y un culote redondito, mis pechos son bastante llamativos y despiertan pasiones por los que he podido comprobar.
Era el primer verano que salía fuera de mi casa, y sólo conseguí permiso para pasarlo con una amiga de mi madre en la ciudad. Fue un viaje con muchas expectativas, yo tenía 18 años y había vivido en un pueblo relativamente pequeño, salvo esporádicas visitas a la casa de esta amiga.
Raquel e Inés, la maestra y la alumna, estaban dejando en mí sensaciones de todo tipo. No pretendía nada más que desear que aquella historia no acabara nunca. Temía pellizcarme o despertar de esos sueños que a veces se tienen para descubrir que lo que me ocurría no era real
Nuestro protagonista relata el principio de una aventura en la que una recién conocida chica le empuja en brazos de su tía, una madurita muy apetecible y marchosa.
Un muchacho va a casa de su novia a comer. Por la tarde ella se marcha dejándole con su madre, que tiene en mente seducir al chico y que le eche un buen polvo.
Un joven se esconde bajo la cama mientras su futura suegra se desnuda y se baña. Después conseguirá meterse entre esos muslos codiciados y llegar los dos a una cadena interminable de orgasmos.
Nuestro protagonista hace el viaje de luna de miel con su madura esposa en un crucero de placer, donde varios acontecimientos inesperados empezarán a cambiar el talante de su relación.
Un joven relata su experiencia junto a una mujer madura que, tras una experiencia sexual vivificante para la caduca hembra, le pide que viva con él e incluso se casan.
Un profesor de gimnasia disfruta con el sexo con mujeres maduras. Una de sus alumnas le pide clases particulares. Después de los ejercicios en su casa se desnuda y se ofrece a él.
Desde la adolescencia un joven soñaba con follarse a una compañera de estudios de su madre. Pasado los años hace realidad su fantasía, posee a placer a la mujer, ya madura pero muy apetecible, y hace de ella su putita particular.
Nuestra protagonista está hambrienta de sexo después de su separación. Ha iniciado una relación con el hijo de unos amigos, mucho menor que ella, que si bien es muy satisfactoria desde el punto de vista sexual, le trae problemas que requieren consejo.