Capítulo 4

Era Noviembre, hacia frío en la calle, acababa de cerrar un caso de estafa telefónica de un empleado hacia su empresa con excito y me disponía a tomarme unos días de descanso cuando sonó mi teléfono.

Sandra, detective privado, ¿dígame?.

Los clientes era un matrimonio ya cincuentón los cuales habían tenido una riña familiar hace unas semanas con una de sus hijas, Vanesa de 21 años, con motivo de este enfrentamiento se había marchado de casa repentinamente.

A los pocos días llamo por teléfono y dejo un mensaje en el contestador diciendo que estaba bien , que no se preocuparan por ella y a partir de entonces ya no habían vuelto a recibir noticias suyas.

La policía no tenia pistas y descartaban cualquier secuestro porque el matrimonio no era económicamente potencial, cosa que yo estaba de acuerdo… parecía un caso simple de abandono de hogar… no obstante, acepte el caso de intentar conseguir al menos noticias sobre su paradero.

El matrimonio me entrego la cinta del contestador, fotos de Vanesa e información sobre sus estudios y conocimientos.

Observe las fotos, era una chica delgada, de unos 50 kilos, metro sesenta y ocho aprox. Pelo castaño, cara alargada y con unas pequitas muy graciosas en la cara, era muy guapa y por algunas fotos que vi en bañador con un cuerpazo.

Sus estudios eran básicos, había trabajado en tiendas de ropa y tenia un carácter fuerte e independiente.

Lo primero que hice es ponerme en contacto con la compañía telefónica e intentar averiguar desde donde se produjo la llamada… era una llamada desde Madrid y al escuchar la cinta del contestador se percibía ruidos de fondo de trenes.

Siguiente paso… patee estaciones de trenes, enseñando la foto a mozos y taquilleros y ¡bingo!. Vanesa había sacado un billete cuatro días después de irse de casa dirección a una gran ciudad a la cual me encamine. Allí localicé a un taxista que la había llevado a una calle en concreto a la cual por una generosa cantidad también me llevo a mi.

Era una calle poco transitada, no había hostales, pensiones ni hoteles, en los bares a nadie le sonaba por la foto que les mostraba, por lo cual no era seguro estuviera por esa zona… así que tocaba vigilancia 24 horas., o sea, alquilar un piso y observar desde la ventana hasta que la viera si es que aparecía.

Eso hice, durante varias horas, mi espera no fue larga, esa misma noche, alrededor de las diez, vi a Vanesa salir de un portal y coger un taxi, estaba tranquila y no parecía le pasara nada… en teoría, con esto hubiera bastado para cerrar el caso, informar a sus padres y punto, Vanesa era mayor de edad y si había decidido independizarse pues muy bien… pero, sentía una especial atracción por este caso y por esa chica así que me dispuse a llegar un poco mas lejos.

Al día siguiente, también por la noche, a la misma hora del día anterior, Vanesa salió de su piso alquilado y cogió un taxi , yo hice lo mismo, la seguimos hasta una calle céntrica donde se bajo y entro por la puerta de un establecimiento en cuyo rótulos de neón decía «Salón de Masajes Estela».

El taxista me explico que era una Salón donde los masajes solían ser subiditos de tono, muy conocido por el buen nivel de masajistas que allí había y por sus precios no aptos para cualquier hijo de vecino…

Entre a tantear, la sala de recepción era todo un derroche de lujo, espejos biselados, plantas exóticas, muebles de algarrobo… en una mesa había una señorita muy maquillada, con grandes pendientes, rubia, bastante atractiva y con una sonrisa encantadora.

Buenas noches, Señorita, ¿en que puedo servirla?.

Buenas noches, pues vera -le conteste- me interesaría relajarme un poco, no se, ¿qué ofrecen ustedes?

Bueno, tenemos lo que llamamos un especial que consiste en un baño de burbujas tonificante, luego media hora de sauna y después un masaje muy relajante y placentero

Esto ultimo me lo dijo haciendo una muesca muy sensual …

Podría interesarme… lo único que me gustaría saber en manos de quien me pongo… comprenderá que…

¡no se preocupe!-me interrumpió- tenemos unos masajistas muy profesionales y muy cariñosos que se portaran divinamente con usted.

El caso es que me gustaría que fuera una mujer quien hiciera este servicio….

En la cara de la recepcionista se dibujo una sonrisa picarona… y mirándome con una mirada penetrante me dijo:

por supuesto… no faltaría mas… además personalmente se lo aconsejo…¿quiere ver las fotos de las chicas?

Sii, me gustaría mucho.

Me entrego un álbum donde en cada pagina se veía la foto de una chica con una mini falda blanca y con un top blanco a juego muy justo y muy ceñido, todas eran preciosas y había de todas las razas, indias, chinas, de color, hacia el final del álbum localicé la foto de Vanesa… realmente impactante…

Me gusta esta… tiene cara de niña dulce.

Ahh, sii, Vanesa. Es preciosa – me dijo la recepcionista – Lo único es que es novata y todavía no ha hecho ningún servicio a mujeres.¿tal vez quiera otra con mas experiencia?

No, es perfecta… me quedo con Vanesa..

De acuerdo… pues le informo que el precio del masaje especial son 120000 pts que tiene que abonar ahora mismo y en unos minutos vendrá Vanesa y la llevara hacia su sala donde iniciaran el baño de burbujas.

¡120.000 pts!…¡la verdad es que con esos precios ya podían ser buenos!.pensé..pero como los gastos corrían a cuenta del cliente…¡pues a ello!.

Después de pagar con tarjeta…la recepcionista me llevo a una sala de sofás donde me dijo esperara unos minutos a mi masajista particular.

La sala estaba llena de cuadros en blanco y negro de chicas y chicos en desnudos artísticos, revistas muy provocativas y un bar con bebidas exóticas al servicio del cliente..

La hermosa recepcionista me sirvió un cóctel exótico el cual me dijo tenia propiedades afrodisíacas…el cual me tome gustosamente.

A los pocos minutos apareció Vanesa, llevaba una albornoz blanco atado a la cintura con una cinta, muy corto, acababa antes justo de tapar el culito, por lo que se le adivinaba el tanga también blanco que llevaba debajo, tenia el pelo recogido tipo geisha, con dos varillas de plástico sujetándolo, sus pequitas resaltaban su preciosa cara y su voz se torno dulce y algo nerviosa:

-¿Srta. Sandra?… Mi nombre es Vanesa y soy su masajista en este servicio..ante todo quiero decirle que si en algún momento no esta conforme con mis resultados puede cambiar automáticamente de masajista… así mismo le digo que es la primera vez que voy a hacer este servicio a una mujer… por lo tanto también le rogaría me dijera exactamente lo que espera de mi.

-Muy bien Vanesa, no te preocupes..lo único que quiero es que me trates igual que te gustara que te trataran a ti..lo demás viene solo…

Me cogió de la mano y fuimos a través de un pasillo hasta un cuarto de baño

enorme, todo mármol gris, en el medio una bañera grandísima empotrada a ras del suelo donde las burbujas del hidromasaje tocaban una melodía singular.

Al lado de la bañera, gel, sales de baño de todos los colores… al fondo una camilla especial de masajes y en un lado una puerta de madera con cristal que sin lugar a dudas conducía a la sauna.

¿es de su gusto la sala?-me pregunto Vanesa

perfecta… muy sugerente y acogedora.

Vanesa se puso delante mío y se despojo suavemente de su albornoz, dejo a la vista un cuerpo joven, con una piel tostada sin duda por los ultravioletas, sus tetas eran firmes, redondas… apetecibles, a la derecha del ombligo y aproximándose a su pubis un tatuaje de una rosa abierta y un tanga blanco que tapaba lo justo.

Se acerco a mi y empezó a desabrocharme muy despacio la blusa, después suavemente, casi con miedo la deslizo sobre mis hombros y me la quito, poniéndola después en una percha en un armario cercano… yo esperaba de pie, tranquila.

Continuo con mi falda, bajo la cremallera del costado y la deslizo hacia abajo agachándose dejando su cara próxima a mi sexo.

Después se dio la vuelta sobre mi y desabrocho mi sujetador, sentí alivio al dejar libres mis pechos, luego otra vez delante mío se agacho, y suavemente bajo mis braguitas, pero sus ojos no se despegaron de mi raja mientras lo hacia… el olor que mi sexo empezaba a producir invadía el ambiente…

Me agarro de la mano y me ayudo a bajar las escaleras de la bañera, me senté y deje que las burbujas hicieran cosquillas con mi piel.

Vanesa empezó a echar sales de baño en el agua y después con una esponja empezó a frotar mi espalda…con movimientos circulares y suaves, recorrió mi cuello, mis hombros…mi tripa, mis senos…yo percibía placer pero debido a la relajación, siempre con la esponja froto mis piernas..pies, muslos…mi monte de venus,mmmmmm.

-¿le gusta así, Srta. Sandra?

– Muuucho, Vanesa, y por favor tuteame.

El baño fue ante todo relajante, mi cuerpo estaba como en stand by, esperando algo mas impactante mas fuerte… Vanesa se comporto como una profesional..su labor fue bañarme… sus caricias por mi cuerpo fueron ante todo higiénicas, no intento en ningún momento darme algo mas..pero esa sugerencia a lo que se avecinaba me excitaba todavía mas.

Me puso de pie, salimos de la bañera y empezó a secarme con unas toallas realmente suaves, por todos mis rincones, me anudo una al pelo y otra en mi cuerpo, y me invito a entrar en la sauna… mientras ella prepararía el masaje.

Durante la media hora que duro la sauna, mis sentidos estaban disparados…estaba deseando que llegara la hora del masaje… mi cuerpo sudaba y las gotas se deslizaban desde mis hombros, pasando por mis senos y mojando mis pezones que estaban hinchados de excitación.

Cuando Vanesa me rescato de aquel baño de vahos, me quito las toallas y me tumbo boca abajo en la camilla, gire la cabeza y vi como Vanesa se despojaba de su tanga dejando ver un pubis depilado y una rajita que invitaba a ser motivo de pensamientos muy excitantes.

Note como echaba aceite sobre mi espalda, desde la nuca hasta la raja de mi culito, y luego note como sus manos empezaban a mover mis hombros, apretando para que mis músculos se destensaran, con movimientos circulares sobre mis omoplatos, extendiendo bien el aceite… sus dedos partían desde mi columna vertebral hacia fuera, masajeando toda mi espalda, yo estaba disfrutando solo con el tacto que me producían sus manos suaves.

Empezó a bajar hacia mis nalgas, las cuales empezó a masajear en círculos con cada mano, echaba mas aceite que notaba como penetraba por mi culo y llegaba a mi ano, luego note como eran sus dedos los que se abrían paso entre mis nalgas, recorriendo de arriba abajo la raja y rozando mi agujerito trasero.

-uhmm,ahhh. Gemía yo cada vez que sus dedos tocaban ahí.

Entonces Vanesa comenzó a meter uno de sus dedos por mi ano, el aceite permitía que esto fuera totalmente suave e indoloro, iba haciéndolo girando su mano y moviendo su dedo dentro de mi.

– ahhhh, siii, como me gusta¡¡¡, meteme otro Vanesa, por favor¡¡¡. Implore.

Oía como la respiración de Vanesa también era agitada, saco su dedo para automáticamente meterme dos, los metió bien dentro y yo notaba que me iba a correr de un momento a otro.

Vanesa metía y sacaba los dedos a la vez que los giraba y yo subía mi culo y lo bajaba al ritmo de sus acometidas…..

ssiiiiii,siiii,sigue, me corrrooooo¡¡¡¡¡¡

sentí como mis jugos vaginales invadían mi sexo….y como Vanesa sacaba lentamente sus dedos… me dio la vuelta….estaba realmente excitada…deseando que siguiera su trabajo.

Vanesa echo aceite sobre sus manos y después empezó a masajearse sus propios pechos, con movimientos sensuales, a la vez se mordía sus propios labios fruto de la excitación…entonces subió encima de la camilla, puso sus piernas entre mi cuerpo y apretándose las tetas comenzó a masajearme con ellas….empezó juntándolas con mis propios pechos..aplastándose unos contra otros..restregándose el aceite, nuestros pezones se rozaban erizados entre ellos, su respiración jadeante cerca de mi cara hacia que yo perdiera la razón…..disparándose todos mis sentidos….continuo bajando sus pechos por mi tripa y rozando sus pezones con mi pubis….mis muslos..mis piernas…la sensación era sobrenatural..

Entonces de repente bajo de la camilla..dejándome sobreexcitada, yo movía mi cuerpo y me arqueaba..necesitaba mas¡¡¡ y justo cuando iba a pedírselo, escuche una especie de ruido..como una vibración motorizada…apareció con un consolador plateado en su mano..de tamaño considerable y como adivinando mis anhelos comenzó a acariciarme los pies con el..sentía la vibración como movía mis músculos…lo subió por mis muslos..despacio, jugando con el..siguió por mis caderas hasta mis tetas y allí se perdió entre ellas…subiendo y bajando….haciendo vibrar mis aureolas, mis pezones que parecían que iban a estallar de los erectos que estaban., continuo por mi cuello…mis labios…me lo introdujo en la boca y yo saboree ese falo mecánico… luego cambio el consolador por sus labios…

Vanesa me beso apasionadamente introduciendo su lengua hasta en los rincones mas recónditos de mi boca, a la misma vez note como la punta del vibrante consolador recorría suavemente mi raja, con movimientos serpenteantes…encontró mi clítoris y lo masturbo con el aparato haciéndome gozar como una loca, ahogando mis gritos de placer con su boca, mamando mi lengua…entonces..cuando estaba a punto de desmayarme de gusto..introdujo el consolador por mi coño y empezó a follarme..metiendolo y sacándolo..girándolo sobre si mismo…a la vez con la otra mano tenia cogida mi cabeza por el pelo y su boca no dejaba de comerse la mía…

mmmmmm, me gusta, siiii, sigue, no pares..

Vanesa bajo su boca hasta mis tetas y empezó a devorarlas con ansia a la vez que no paraba de meter y sacar el consolador, yo abrí mis piernas todo lo que pude para dejar que aquello trabajara en toda su longitud…sentí que no podía mas..era inminente mi orgasmo..

me corrooooo, no puedo mas….ahhhhh, mmmmmm..ahhhhh¡¡¡

Todo se nublo en un momento…mi cuerpo se puso tenso mientras mi coño se mojaba con la oleada de flujos producidos..entonces Vanesa muy delicadamente, saco el consolador, lo apago después y con una toallita húmeda limpio todo mi cuerpo, rincón a rincón….

-¿estas satisfecha Sandra, ha sido de su agrado?. Pregunto.

– Ha sido perfecto!!, ¿seguro que era la primera vez que se lo hacías a una mujer?

– Si, pero he seguido su consejo, he hecho lo que me gustaría me hicieran a mi…

Vanesa me ayudo a vestirme y mientras lo hacia le conté quien era yo en realidad y que estaba allí por encargo de sus padres que querían saber su paradero y sus actividades.

– ¡ por favor, Sandra!,!no les digas lo que hago¡, se llevarían un disgusto.

– ¿a ti te gusta esto que haces?

– A mi si, pagan bien y además es muy placentero..y mas si los clientes son como tu…

Me despedí de Vanesa con un dulce beso, prometiéndole contar a sus padres una versión

diferente a la real..así mismo le hice jurar que cuando volviera a Madrid pasara a verme y me obsequiara con uno de esos masajes tan especiales..

A sus padres les dije que Vanesa estaba bien..que trabajaba en una empresa de cosméticos y que había prometido llamarles todas las semanas. No hubo problemas excepto por una cosa…

Srta. Sandra….me dijo el padre…¿ Este cargo de 120000pts en su factura a que se debe.? ¡.me parece un poco exagerado!

Ehhh, esto…vera..Señor.. para poder acercarme a la empresa donde trabaja su hija tuve que comprar algunos de sus artículos..ya sabe..cremas, gel, sales de baño..esas cosas.

¿Pero no es mucho?

Noooo, en absoluto..créame Señor…..lo que pague valió la pena.

No os perdáis mi próxima aventura……chao

Continúa la serie