Al mediodía llame a Laura si tenia algún problema de pasar este fin de semana juntas, como buena amiga , su no te preocupes voy para allá, me calmo, cuando la jornada estaba en su meridiano no me extraño su llamada desde mi departamento (ella tiene llave) a partir de ese momento estaba segura que algo se nos ocurriría , entre dos es más fácil.
Entré en dos habitaciones ocupadas por parejas follando, hasta que, cansado ya de probar, me quedé en la tercera, ocupada por dos morochas infartantes que se estaban cepillando a un asqueroso pero seguramente muy adinerado gordo.
Allí todo cambió, él tomó la iniciativa, me sacó la remera, me estiró el brazo y se zambulló en mi axila. Eso me excito como nunca lo había estado y quise hacerle lo mismo.
Por otra parte, sentía que los chicos se asustaban, el tema del SIDA, estaba en su apogeo, virgen en realidad, me encontraba en una situación por demás alienante, los chicos que me gustaban creían que era una puta, los otros también , nadie creía en mi virginidad, ni mis amigas, puede ser que ellas, hubiesen creído todas mis fantasías, que había sacado de la televisión e Internet
Esto me desanimó, dada mi urgencia. Me dirigí al mostrador, me digeron que no había otra salida sino hasta cuatro horas después. No me quisieron devolver el importe, hice mucho coraje y el tiempo corrí. Fui a otra compañía y conseguí un servicio ejecutivo que demoraba sólo TRES HORAS.
A pesar de todo el sexo que tuvieron Sonia y su sobrino durante el día, aún les quedaban ganas para continuar estrechando sus "lazos familiares" en la noche.
Uno de esos días , Rodrigo me informa que su madre le había encargado decirme que la fuera a ver , que ella necesitaba hablar conmigo y que me esperaba a eso de las 6 de la tarde en su casa , el entrenamiento acabo a las 5 y me fui a bañar a mi casa pensando mil cosas y francamente con el instrumento bastante parado.
La conversación versó sobre diversos temas hasta que llegó casi la hora de despedirnos y nos intercambiamos teléfonos. Al anotarle mis datos me pregunta si ese es mi nombre y el título mi profesión.
Sentí que me llegaba un orgasmo e intensifique mis mamadas, sentí su verga hincharse más y pronto depositó en mi boca un chorro de leche, la cual me bebí toda y sentí como me llegaban mi turno y sentí como mi panochita se contraía y soltaba la miel.
No cumplía con mis tareas y trabajos extraescolares, el maestro, Martín, envió un recado a mi casa y tuve una llamada de atención durísima: cero dinero para gastos, cero permisos para jugar o ver T.V., total, empecé a cumplir y Martín, mi maestro, me empezó a tratar muy bien. Algo había en él que me agradaba, yo tenía 14 años y él unos 20, era gordito, tipo oso pero lampiño, para mi gusto guapísimo...