Hermanas lesbianas
Una revista de sexo lésbico y una masturbación a solas en mi cuarto descubre que éramos hermanas lesbianas xxx.
relatos eróticos
Relatos e historias xxx para disfrutar sólo o en compañía.
Una revista de sexo lésbico y una masturbación a solas en mi cuarto descubre que éramos hermanas lesbianas xxx.
Para eso yo tenía una amiga de mi madre muy joven de unos 28 años, casada y con un cuerpo que cualquier envidiaría, está siempre me desnudaba con la mirada y varias veces me pidió que hiciéramos el amor y una vez platicando con ella, me acorde de la película y le pregunte que si ella se atrevería a hacer el amor con dos hombres a la misma vez; no podré olvidar su sonrisa de reto.
Sonia me relata lo que sucedió en su cita de trabajo…
El restaurante First Dates estaba lleno de expectación esa noche. Entre las mesas elegantemente decoradas, dos corazones anhelaban el encuentro que cambiaría sus vidas para siempre. Él, Diego, un joven escritor de novelas románticas y eróticas, con una sonrisa encantadora y ojos que reflejaban sus más profundos anhelos. Ella, Sofía, una mujer de belleza deslumbrante, con un aura magnética que atraía todas las miradas al entrar.
Después de ver a mi tía Juana y a mi primo Diego en esa lujuria, yo la veía de otra manera. Para colmo que ella se había dado cuenta que los vi.
Me llamo Marta y tengo 33 años, alguna de vosotras ya me tendréis presente por explicar alguna experiencia mía en esta comunidad. Para los que me leen por primera vez, sólo comentaros que mi primera experiencia lésbica fue a los 17 años con una chica de servicio interina que había en mi casa, y que supuso una relación de más de 2 años.
Dos íntimos amigos van conversando y contándose sus experiencias morbosas con sus correspondientes mujeres, hasta que se calientan en exceso y deciden ir a casa de unos de ellos a ver a Ana.
Me gustaría compartir con vosotras mi iniciación y convencimiento de mi lesbianismo. Vengo de una familia burguesa bien posicionada de Barcelona, es decir, educación eclesiástica (Colegio de Monjas) y poco ó nulo contacto con chicos.
Seguidamente comenzó a quitarme la ropa dejándome solo en slip; ligeramente toqué mi pija que ya me estaba empezando a doler de tan hinchada que estaba, y enseguida sentí como apoyaba su verga tiesa sobre mi culo. Me tomó de la mano y me llevó hasta el cuarto, me hizo parar frente a la misma y él se recostó boca arriba.
Me dirigía al taller mecánico porque a mi carro le estaban fallando los frenos y quería que se los revisaran, hacía mucho calor ese día y entonces me vestí como es mi costumbre muy sexy con un vestido escotado y unas sandalias muy cómodas, me encanta andar ligera así que no me puse bra y solo llevaba una fina tanga negra de encaje.