Un amigo y su acompañante se hospedaron en mi casa. Con lo que no contaba es que un juego terminaría de la forma más inesperada, alterando mi plan inicial.
Cuando la puerta sé cerro, indicando que el cliente había salido, se pusieron de pie y Magdalena con sus bragas, se limpio los muslos y acto seguido, procedió a limpiar el cipote del dependiente.
La terrible experiencia de haber sido forzado a observar la violación de que fue motivo mi esposa por tres asquerosos sujetos.
Comencé a besar y a chupar y a morder su jugosa conchita, olía a recién bañada, perfumada de mujer, ella se arqueaba, sentía los espasmos que le provocaba, gemía y dejaba de mamarme para disfrutar de mis caricias, cuando yo frenaba ella reiniciaba su deliciosa labor de darle lustre con su lengua a mi pene.
Y me hablaba de humedades, de su piel cálida, de la forma como movía sus caderas y sus muslos y sus brazos y me hablaba de longitudes y de grosores y de sensaciones de profundidad y de temblores que la habían recorrido y de la forma como ella se fue dando sin premuras y que casi no hablaron que todo era labios y ningún dolor
Cuando volví a la habitación, vi que Mara estaba acurrucada en un almohadón a unos metros de la cama y Luciano se desparramaba boca arriba en el gigante colchón. La luz del baño me dejó verlo desnudo, sin miedo.
Luego Maria se atrevió a chupar tan largo y hermoso palo y yo de decidí chupar las cucas de mis primas nadie se atrevía a se penetrada pues todas éramos vírgenes ya había perdido el miedo me decidí, me ubique de forma que me penetrara, mis primas ubicaron ese vástago en mi cuca y lo metieron
No sabía si estaría ya en casa, pero entré sin hacer mucho ruido, como con mala conciencia y llegué a la cocina para prepararme algo de comer, cuando escuché ruidos en el piso de arriba, a la altura de nuestro dormitorio.
Una vez que terminaron de vestirse, él fue a sentarse tras de su escritorio y de nuevo adoptó aquella actitud profesional hasta que la bella mujer, pasándose un cepillo por el espléndido cabello oscuro, se detuvo frente a él.
Imprimí entonces toda la fuerza de que era capaz a mi ariete, ella se movía a una velocidad increíble suspirando y rechinando los dientes, de pronto lanzó un alarido que debió escucharse en la calle cuando yo no pudiendo aguantar más comencé a lanzar chorros de esperma en el fondo de su útero, el orgasmo fue simultáneo y esplendoroso