No creo que se enteraran de cuando me fui. Caminé tranquilamente hasta un parque cercano y me senté allí. Recordé haber estado con anterioridad aquí. Puede que con Santi. No quería pensar en nada, porque si lo hacía, sabía que me dolería. Él quería que volviera. Quería seguir conmigo. Y yo, aunque no le había dado una respuesta, sabía que quería volver a estar con él.
Sentí la dura verga de mi marido en mi vientre, él se dio cuenta que yo intentaba agarrar su pene, me pego un par de palmetazos muy fuerte – quédate quieta maldita ramera … ya te lo voy a dar por el choro … ya sé que quieres que te joda la concha … ya vi que tienes el chocho todo mojado … solo una putita como tú goza por todos lados … te haré bramar ese chochito tuyo … eres mi puta no te olvides − mi vagina estaba en total ebullición, lo único que quería era que él me lo metiera en lo profundo de mi chochito y hacerme acabar con él.
El cura tomaba mis pechos y los masajeaba, dejando pasar mis pezones por entre sus dedos … mi blusa y mi sujetador desaparecieron … estaba desnuda de la cintura para arriba y juntando mis piernas con mi coño excitado al máximo … comencé a gemir y a mover mis caderas …
Mis tetas en plena libertad tremaban y se bamboleaban de lado a lado, cuando logró correr mis bragas y me metió un dedo sobre mi clítoris … ¡oh! padrecito … mas que una súplica, me salió como un incentivo a sus caricias … me tenía tremendamente caliente ...
En esta posición en cuatro, se colocaron o la colocó de perfil, y me dijo "esto es para que veas todo lo que se está comiendo tu mujercita, saco toda su tranca, me la mostro, y de verdad que era enorme y gruesa, la colocó en la entrada de la vagina de Claudia y se la clavó toda de un solo golpe, mi esposa grito, y así siguió sacándola y metiéndosela de esa manera, no acababa pienso que era por la droga que creo debió consumir, Claudia estaba completamente exhausta, sudada y no tenia fuerzas.
Y que se acerca el otro chavo y entre los dos empiezan a quitarme lo poco que me quedaba de ropa, dejándome totalmente desnuda con mi sostén y mis braguitas en el piso, a mis pies. Mientras el jefe me daba de lengüetazos en los pechos el otro exploraba con sus dedos mi sexo.
Fuimos a una discoteca, nos tomamos unos tragos, bailamos, bueno nos dieron las tres de la madrugada, y mi amigo ya con unos tragos de mas, me dijo que tenia sueño y me pidió favor de ir a dejar a su novia y a la amiga, que el se retiraba a su casa.
Cuando acabó la visita fuimos juntos al hotel. A su habitación. Mientras estábamos sentados a la mesa y le explicaba sus dudas recorría su cuerpo con mi vista y cada vez me empalmaba más. Entonces para tomar no sé que nota se levantó hacia delante de tal manera que me presentó su culo delante de mi boca. Allí tenía su culo, redondo, dentro de ese pantalón que le marcaba todo.
Mis caricias se hicieron más ardientes… mi propia fogosidad era evidente… continué besando sus senos, su vientre, hasta que llegué a sus labios vaginales… forcé su fisura con mi lengua, tocando su clítoris… ella movió sus caderas hacia atrás temblando… dejo caer la ducha teléfono...
Nos cuenta que a Pamela se la topó Francisca en el Instituto cuando daba su examen de rol dramático interpretando a Marguerite Gautier en La Dama de las Camelias. Así que en ningún modo era desconocida para ellos. Francisca quedó muy impresionada con su actuación. En cuanto al guión, este básicamente trata sobre dos chicas que despiertan simultáneamente en dos puntos distintos de un mismo laberinto.
Las confesiones de mi compañera de trabajo me incito a escribir nuevamente sobre el tema sabiendo que no me podré apartar totalmente de mis vivencias, Moira tiene 24 años un cuerpo hermoso, 1,70 de altura, caderas bien formadas, senos normales, una cara tipo "Nefertiti", llena de vida y misterio, en dos años de trabajo, nunca me dio problema alguno sobre sus tareas, su necesidad de contar su vida, sus cosas, me acerco nuevamente a mi vida sexual, que tanto quiero esconder en el trabajo.