Realidades y fantasías muy especiales con mi secretaria

Hablando de claves el archivo de P. F. con el que identifico a este relato es obvio.

En respuesta puedo decirte que me encantó tu relato, la verdad fue un excelente inicio, tal como lo fue (y como lo expresas tú en correctas palabras) la primera vez que hicimos el amor, yo lo diría, en palabras más vulgares, la primera vez que cogimos.

Ese día también es para mí muy especial.

El antecedente y como bien hiciste referencia en alguna ocasión, lo fue cuando tuve que ir a presentar datos y papeles para una identificación a la que te pedí que me acompañaras para que me auxiliaras en caso necesario, la verdad esa petición fue del todo intencional.

Recordaras que con anterioridad ya nos saludábamos cordialmente pero a raíz del cambio de trabajo, al lugar que ya sabes, incluso empezamos a saludarnos y despedirnos de beso en la mejilla, esa situación alentó más mis fantasías y propósitos contigo.

Las alentó no porque me hubiera fijado en ti en esos momentos, sino que, desde que fuiste mi ayudante por primera vez, advertí en ti a una persona de muy buena presencia y de muy buen cuerpo (que pude comprobar en todos los sentidos y por todos tus agujeros), que mejoró considerablemente después de tu embarazo.

No te miento al contarte que fuiste en esa época parte de mis fantasías sexuales, pues si supieras y ahora lo sabes por que me atrevo a contártelo, me masturbaba frecuentemente pensando en ti y en como sería realmente todo tu cuerpo, tus senos, tus nalgas, tus piernas; me gustaba como te vestías sobre todo con un pantalón azul que se te pegaba al cuerpo, que en determinadas posiciones y estando sentada se notaba que tenías muy buenas piernas y mejores nalgas, también con una falta negra larga que estando parada resaltaban tus nalgas bien paraditas, falda con la cual, si mal no recuerdo, fue con la que te dije en una ocasión que te veías muy bien.

Si por mí hubiera sido y hubiera sido más atrevido, la verdad desde esas épocas me hubiera gustado estarte cogiendo.

Él hubiera no existe y no se dieron en ese momento las condiciones, tal vez fue lo mejor.

Aunque quiero decirte con esto que desde esos momentos ya me gustabas para meterte la verga en tu boca, en tu vagina y sobre todo, en el lugar donde más me gusta a mí, en tu culo, el cual como siempre he comprobado con mi lengua y con mi verga, es exquisito y aguantador.

Tampoco quiero dejar de contarte que en esa época compre un vídeo pornográfico, en el que aparece una muchacha morena que en el cuerpo, me imaginaba, se parecía mucho a ti. Viéndolo más pensaba en ti fantaseando que eras tú y el hombre era yo.

De las imágenes de dicho vídeo es de donde saque otra de mis fantasías, hacer el amor en la mesa de tu comedor y en tu casa, despedida que por cierto aun me debes.

Parodiando las imágenes, apareces recostada y con las piernas bien abiertas y apoyada en la mesa, yo me encuentro inclinado realizando una mamada, por un buen rato en tu vagina, lamiendo y mordiendo tu clítoris hasta que alcanzas el orgasmo mientras gritas y pujas de placer; luego en esa posición te penetro en la vagina con mi verga para bombearte por un rato, sin eyacular; te levantas y te inclinas sobre el respaldo de una silla (empinada dirías tu conforme al sueño donde me viste con tu amiga -cosa que me excitó mucho-) y por atrás penetro nuevamente tu vagina, imagen esta donde me imaginaba como serían tus nalgas, bombeándote nuevamente por un rato y en esa posición antes de alcanzar el clímax saco mi verga de tu cuca, tu te das vuelta, te arrodillas y me mamas el pito bien rico, con la mano me acaricias y al eyacular te tragas todo mi semen.

Espero que todo esto se haga realidad.

Volviendo al antecedente inmediato de ese día especial, recuerdo que en el camino de regreso al despacho aproveche algún momento para tocarte pero no paso de lo que pretendió ser una caricia en la cintura; en el edificio y al estacionar el coche te propuse que me dieras un beso a lo que tu estabas reticente pero que al fin, con nerviosismo por parte de los dos accediste y no lo disfrute porque fue breve; generalmente por rapidez siempre subía por las escaleras y en esa ocasión te dije que esperáramos el elevador, fue con la intención y como efectivamente sucedió de que no hubiera nadie al momento de entrar, y fue con el propósito de estar solos y no paso de darnos nuevamente un beso y acariciarte el trasero.

Los días posteriores no pasó de saludarnos con un beso breve en la boca.

Si mal no recuerdo con el pretexto de festejar mi cumpleaños te dije que te invitaba a comer a lo que también accediste, y por fin llegó lo que fue el día especial.

Siento que te vestiste y arreglaste muy bien, llevabas un vestido completo negro sin mangas y de falda corta tipo minifalda con medias negras, te veías sensacional pues tus piernas y tus nalgas resaltaban sensacionalmente y llevabas incluso un peinado creo yo especial, alcance a escuchar a una secretaria que te decía que ibas muy guapa y que si ibas a festejar algo, a lo que dijiste que no.

Comimos en un lugar de carnes asadas y posteriormente empezamos a dar vueltas tipo paseo por esa zona, estacionados en una calle nos besamos nuevamente y yo te proponía que llegáramos más lejos, a lo que tu decías que no; te comente que como era un lugar no propio que mejor fuéramos a un motel, a lo que tu volviste a decir que no, pero te insiste diciéndote (aquí si falsamente) que no intentaría nada y que era únicamente con el propósito de estar más cómodos y platicar, cosa que según yo nunca creímos los dos, me gustaría que me contarás en un relato sobre este aspecto y me digas si en efecto lo creíste o bien lo deseabas tu también.

Siempre recordaré a ese primer motel al que fuimos aunque no fue nuestro favorito para encuentros posteriores.

Tenía cama matrimonial y un lugar donde sentarse, ahí estuvimos y seguimos en la plática, te dije que te sentaras en mis piernas y así lo hiciste, nos empezamos a besar y comencé a acariciarte, a lo que tu dijiste que te había prometido que estaríamos ahí únicamente para platicar.

Nos paramos seguimos besándonos y empecé a desnudarte, te quite el vestido y quedaste en brasiere negro y pantimedias, no recuerdo bien si llevabas únicamente estas últimas y si llevabas también pantaletas, en tu relato que te pido hagas y si recuerdas ese detalle dímelo.

Seguimos acariciándonos, te quitaste el brasiere y en la manera en que lo hiciste me pareció muy sensual, pues primero te bajaste los tirantes, pusiste las manos sobre tus senos y bajaste lentamente las copas, siempre que imaginaba como serían tus senos, y ahí pude ver con ese movimiento que hiciste creo yo, lenta muy lentamente, que son sensacionales.

De buen tamaño y bien colocados y con unos pezones ligeramente oscuros, no sabes como los empecé a disfrutar pues los bese y chupe cosa que siempre desee y que por fin se me estaba cumpliendo.

Te quitaste las medias y quedaste completamente desnuda, te acaricié, te recostaste y yo lo hice sobre ti, te bese en la boca, en tus ojos, tu pelo, tus orejas, tu cuello, baje a tu pecho y en tus pezones me entretuve un rato pasando de uno a otro continuamente, lamiéndolos, mordiéndolos suavemente.

Bese tu vientre y seguí bajando, pase por tu vagina sin dedicarme todavía a ella, seguí por tus piernas a las que besaba y acariciaba, llegue a tus pies bese tus dedos, ahí empezó el ascenso recorriendo nuevamente tus piernas, lentamente, llegando a tu vagina a la que ahora si bese, empecé a recorrer sus pliegues con mi lengua, saboreándola, gozando de tu sabor y de tu olor, cosa que como te he dicho me encanta y podría estar mucho tiempo y de manera interrumpida haciéndolo, buscando tu clítoris.

De tu culo no me ocupe en esa ocasión, la dejaría reservada para otro día.

Tu estabas al borde de la cama con las piernas abiertas y yo seguía besando y chupando tu vagina, aproveché para quitarme la ropa.

Cuando estuve desnudo me incorporé, tu te recorriste un poco al centro de la cama, me arrodille entre tus piernas, tome mi verga con la mano, la dirigí y puse la punta de la verga a la entrada de tu vagina, y llegó ese momento que considero mágico y que por muchos años desee en el que te penetre por primera ocasión.

También lo considero sensacional.

Tu abierta de piernas, yo sobre ti, penetrando tu vagina con mi verga, moviéndome sobre ti, con un mete y saca de verga con la finalidad de que disfrutaras y de disfrutarte.

Estuvimos haciéndolo así por un rato, creo que después puse tus piernas sobre mi pecho y seguí metiéndote la verga, creo también que cambiamos y te pusiste en posición de cuatro, y te penetre por otras, te tomaba por la cintura y arremetí con mi verga tu vagina, creo que en esa posición seguimos hasta que arroje todo mi semen y acabe dentro de tu vagina, realmente no sabes como lo disfrute lo que tantas veces fantasee, soñé y que por fin se estaba cumpliendo.

Entraste al baño a limpiarte, yo te espere recostado, regresaste y té recostarte a mi lado, estuvimos platicando sobre el trabajo.

Era tanto el deseo que empezamos a besarnos, y hay cosas que no recuerdo con todo detalle, no recuerdo si fue en esa ocasión donde por primera vez me mamaste la verga, pero cuando me des tu versión detallada de ese primer día dime si así fue; si recuerdo que te subiste un momento sobre mí en la posición que a ti te gusta, fue breve, pues cambiamos de posición para estar yo nuevamente sobre ti, con tus piernas abiertas y disfrutando mi verga en tu vagina, no recuerdo al detalle como concluyó esa segunda penetración pero creo que fue nuevamente en la posición de a cuatro y yo penetrándote por atrás.

Nos bañamos, nos arreglamos y mientras lo hacías tu frente al espejo, te contemple y pensé en la buena hembra que eres y que ya me había cogido.

Recuerdo, como siempre trate de hacerlo, de acercarme a ti y mientras te arreglabas, acariciarte tus pechos aunque estuvieras vestida.

En otras ocasiones aunque ya vestidos se me despertaba nuevamente el deseo, en otras palabras, se me paraba la verga, y aunque ya estábamos vestidos, en esa posición acariciándote por atrás tus pechos y mientras tu seguías arreglándote te levantaba la falda, bajaba tu calzón, sacaba mi pene del calzón y del pantalón y te penetraba nuevamente y comenzaba a metértela y sacártela, tu te recargabas sobre el mueble para disfrutarlo y aunque era más rápida esa penetración también la disfrutaba mucho.

Arrojaba todo mi semen dentro de tu vagina, nos componíamos la ropa y seguías en tu arreglo.

Al salir, como siempre tratamos de hacerlo, nos dimos un beso tierno cuidando el bilé que te habías puesto.

No sabes como disfrute de todo lo que se dio en esa ocasión.

Tu te acuerdas de cómo fue nuestra segunda salida. Si te acuerdas es tema para que hagas un relato.

Otro tema que te propongo para relato es cuando me mamaste la verga y eyaculé por primera vez en tu boca y te tragaste todo el semen.

Cómo fue, donde fue, ¿te acuerdas? Para mí eso también fue sensacional.

También me gusto por la situación que se presentó cuando en el despacho me acompañaste a conocer el cuartito de entrevistas, donde no sabíamos si había puerta de comunicación pero aproveche para penetrarte en el baño que está ahí.

También has un relato de este encuentro aunque sea breve.

También no sabes como me excitaba cuando te hacía el amor en el despacho (te cogía pues) sabiendo que estaba tu marido cerca, a pocos pasos, a pocos metros, prácticamente ante su presencia.

El relato que te había prometido para esta ocasión, es la narración de una fantasía que ya te adelante por teléfono, eso tiene su origen los relatos que leí en las páginas eróticas de Internet y que a últimas fechas compartía contigo, ello con la finalidad de buscar opciones y ocasiones que resultaran atrevidas y excitantes.

También el antecedente es cuando al saludarte en una ocasión en el despacho, ( como en una última etapa lo hacíamos) esto es te presentabas en falda con la orden generalmente acatada, de que estuvieras sin bragas, ello para que estuvieras siempre dispuesta y disponible a mis deseos para tocarte, acariciarte, lamerte y chuparte tanto tu vagina como tu culo.

Como me excitaba pensar que todo el día estuvieras así, y comprobar que siempre lo estuvieras.

Ahora es de las cosas que más extraño con el cambio.

En esa ocasión te encontrabas vestida con el uniforme gris, en falda, te estaba acariciando tu vagina cuando sonó el teléfono, te dije que contestaras en el privado, lo hiciste pero al saber que era una llamada a quien ya sabes, mientras hacías el enlace y le decías que tenía una llamada, aproveché para acariciarte nuevamente tus nalgas y tu vagina.

Fue muy breve pero muy excitante.

Precisamente eso es lo que alenta más mi fantasía, tener un encuentro en el que iniciemos despacio, disfrutándonos, acariciándonos, chuparte tu vagina, tu culo, ubicar tu clítoris y lamerlo, morderlo, penetrarte en tu vagina, que me mames la verga, mis huevos, mi entrepierna, incluso más abajo, cosa que te confieso me encanta sobre todo viniendo de ti y que realmente hiciste poco.

Preparar tu culo con mi lengua en la posición que me encanta, que estés de a cuatro, besar tus nalgas, los pliegues de tu culo, lubricarlos con mi saliva, penetrarte lo mas que se pueda con mi lengua para ir abriendo camino, hacerlo con mis dedos, y cuando estés más dispuesta, incorporarme, arrodillarme atrás de ti con mi verga bien parada, dirigirla y colocar la punta de mi pene en tu culo y comenzar la penetración de manera lenta, acoplándonos, disfrutando poco a poco del dolor, con la finalidad de que se convierta en placer.

En ese ascenso, y mientras estés en condiciones de hablar lo más normal que sea posible, que realices en ese momento una llamada telefónica a quien ya sabes y con cualquier pretexto, me excita pensar que pueda estar contigo, penetrándote con mi verga el culo (lado que más me encanta y que dices y considero de mi exclusividad) y que al mismo tiempo te encuentres hablando con él, sin que el se imagine lo que está pasando.

Otra situación morbosa que también me encantaría, y como variante de lo anterior, es que se presentara el encuentro, penetrarte el culo, que realices esa llamada, que él sepa lo que estamos haciendo y que incluso le detalles lo que estamos haciendo, en que posiciones, lo que estas sintiendo y que incluso escuche el momento en el que llegues al clímax, a un orgasmo intenso, cosa que yo también disfrutaría mucho.

También me gustaría penetrarte y tener a la vista a tu marido pero sin que el se diera cuenta de lo que estamos haciendo, en una posición estratégica o bien en un lugar donde existiera un cristal oscuro por un lado y de espejo por el otro, para que lo estuviéramos viendo, para que lo estés viendo tú y que te sientas penetrada por otra verga por tu vagina, por tu culo.

Claro esas situaciones ya serían una total locura.

Pero te las cuento como fantasía.

De qué más situaciones te acuerdas tu que hayan resultado excitantes, o de fantasías que a ti se te ocurran, y si de por sí tratamos que estuvieran fuera de lo común, que fueran todavía más atrevidas y sobre todo que disfrutáramos.