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Como a una chica guapa que me gustaba un imbécil me la quitó

Como a una chica guapa que me gustaba un imbécil me la quitó

Si tal como suena. Me la quitaron.

El relato o la anécdota que me ha animado a contar esta historia, es el morbo que me produce ahora.

Ya que dicho suceso paso hace casi 20 años, y en su momento me produjo una enorme depresión.

Pero como se dice, no hay nada que el tiempo no cure, para bien, o para mal.

Mi relato empieza por decir que era y soy un chico de pueblo, que tenía mucho éxito con las chicas.

Ha todas les gustaba mucho.

En eso que un verano llego una rubia alemana dieciochoañera, es decir de mi edad.

Todos quedamos prendados de ella. Rubia, ojos azules, muy mona de cara, altita, delgadita. Bueno como algo nuevo.

Como pueden suponerse, yo como guaperas empecé a ligármela.

Me la lleve a bailar, cenar etc… Era la admiración de mis amigos durante un mes.

Digo un mes porque, al cabo de un mes no había pasado de los típicos morreos, magreos, sin llegar a nada.

Cuando llegaron las fiestas de mi pueblo, unos amigos por cierto muy envidiosos, me dijeron que me dirigiera a los cochecitos de atracciones.

Quede estupefacto. Allí vi a la chica que tanto había querido para mí morreándose con un tío, el cual había estado en los bares del pueblo.

Y aun puedo describirlo: un melenudo, hortera, en una palabra un perdido.

Mi reacción fue de desesperación. Es decir me fui al bar de dichas atracciones a hartarme de cubatas. Pero mi humillación aun no había llegado.

Estando en el bar de dichas atracciones mis colegas, muertos de ganas de decírmelo, me dijeron que no me perdiera el espectáculo de mi alemanita. Dicho por ellos, en la parte trasera de las atracciones.

Cuando llegue allí, es decir en una apartado para las alternadoras de corriente de dichas atracciones.

Estaban haciendo un 69 a ella, se le veía, para mi suplicio de entonces, como el tío le abría el coño para lamerlo con la lengua, también se le podía ver todo el agujero del culo, de tanto que el tío la abría.

El tío no era ningún tonto, se veía a la legua. Empezó sobándole los labios del coño, y poco a poco le introducía la lengua en su coño.

Por su parte la chica tenia toda la boca metida en la polla e iba subiendo y bajando. Podíamos oír los jadeos y los ruidos de la mamada que se estaban dando.

Mis amigos disfrutaban mientras alguno ya se pajeaba.

En eso que para más inri la pareja se incorporo.

La tumbo en una hamaca de playa que estaba por allí, y la abrió de patas, pudiendo todos los mirones presentes ver a esa rubia preciosa despatarrada.

¿Qué te ha parecido el relato?


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