La nueva esposa me puso en cuatro, su busto recaía sobre la cama, con sus manos tomaba mi pene y con sus boca, succionaba mis testículos, sus rodillas se apoyaban sobre el lecho y su cadera estaba levantada y erguida sobre la cama, mi amigo sin pensarlo dos veces la tomo de las caderas y la ensarto enseguida, yo note al ínstate que eso surtía efecto en la arrechera de la tía, porque inmediatamente fue en calibrada, procedió a gemir y a mamarme la verga.
Debo reconocer que mi físico no es para impresionar a nadie. Apenas llego al 1,70 y mi humildad económica no me permitió jamás lujos como el gimnasio o deportes que me tomaran mucho tiempo, pues desde los 12 años casi me sostengo solo, pues mi madre apenas puede con los gastos que generan mis hermanos menores y yo he tenido que trabajar de casi todo.
Cuando él se montó en mi auto me pregunto que para donde íbamos y le dije que no se preocupara que solo íbamos a dar una vuelta y luego lo llevaría de regreso a recoger su auto, pero el ajeno a mi plan se quedó tranquilo y no dijo más nada.
Desalentado, volví a subir a casa pensando que debía sosegarme lo suficiente para poder volver a dormir. Quizá miraría la televisión, quizá jugaría con el ordenador, o me abandonaría a la casi-vida virtual, o quizá escucharía algo de música y, casi con toda seguridad, me masturbaría con desesperación, en fin cualquier cosa que me serenase. Pero, mientras subía sudando los inacabables peldaños de la escalera, tramo tras tramo, la visión del delicioso balanceo del culito de la travestí más pequeña no abandonaba mi sobrecalentado cerebro.
A determinados niveles de poder económico se puede uno permitir disfrutar de un viaje en yate privado. Ese era el caso de Rosa y su esposo Rodrigo. Magistrada ella, Gerente de una gran empresa de asesoría financiera, él. Ambos decidieron relajarse y desconectarse de su estresante vida profesional y fletar, junto a dos matrimonios más, un precioso yate con su correspondiente tripulación, naturalmente.
En el camino me imaginaba que ella se agachaba y me mamaba la verga pero solo platicamos, al llegar a su casa me pase y ella comenzó a buscar la dichosa medicina, a veces pasaba y me acariciaba en eso entro a su recamara y me llamo, al entrar la vi hincada con el culo al aire, me dijo que si la ayudaba y al pararse choco su trasero con mi verga, a lo que comento que en que estaba pensando
Antes de iniciar este relato quiero aclarar que todos los personajes principales que intervienen en ella pertenecen a la serie Slayers (más conocida aquí como Reena y Gaudi, salvo la sacerdotisa Calis). Mi intención al escribir este relato basado en estos personajes es contar con un contexto ya desarrollado a partir de la serie para desarrollar mis propias historias.
Cuando mi amiga Patricia cumplió su mayoría de edad, la invite a almorzar y pasamos un buen rato hablando de todo tipo de cosas, obviamente el tema llego a hombres y sexo.
Se la empezó a meter despacio y cuando el negro sitió que entró la cabeza le dio un empujón que le metió casi la mitad. Mónica gritó en señal de dolor y yo le dije al negro que no la lastimara. Después ella sola se empezó a mover poco a poco. Cuando le entró más o menos la mitad, llamó al otro, para que la penetrara por la vagina. En ese momento empezó a gritar como nunca.
Salí del baño y fui a la recamara a esconderme, entré a al closet y esperaba que siguieran ahí. Ella entró sola a la recamara y estuve tentado a salir pero mi excitación era más fuerte que mi orgullo y dejé que siguiera el momento.
Como podéis imaginar no pudimos decir que no, y entre los dos volvimos a follarnosla una y otra vez, por delante, por detrás, por la boca, incluso llego a hacerle a Juan una paja con sus pies, pues al parecer mi amigo es muy fetichista y le rogó que le permitiese correrse en los preciosos deditos de sus pies.
Siempre mis compañeras y yo, jugamos a excitarlo. Por qué a su edad, pero se le puede observar el semejante tamaño del bulto que se le marca en el pantalón, hay veces de que tan incómodo se pone que no sabe cómo acomodarse el paquete que tiene.
Antes de iniciar este relato quiero aclarar que todos los personajes principales que intervienen en ella pertenecen a la serie Slayers (más conocida aquí como Reena y Gaudi, salvo la sacerdotisa Calis). Mi intención al escribir este relato basado en estos personajes es contar con un contexto ya desarrollado a partir de la serie para desarrollar mis propias historias.
Era un pene riquísimo, sentía como entraba todo hasta el fondo de mi vagina, incluso podría decir que me tocaba la matriz y estoy segura que entro todo porque sus huevitos golpeaban contra mí. Trataba de calmarme un poco y disfrutar el momento pero tener un pene en mi boca y otro dentro de mí, era incontrolable.
Mi deseo crece enormemente, y en el siguiente instante me encuentro pidiéndote cógeme ya, por favor... No siento que me escuches, así que junto fuerzas y te lo digo más fuerte, hasta que levantas tu cabeza y me preguntas si dije algo, separo mis muslos y con mis manos tomo tu cabeza y la jalo hacia mí, te incorporas un poco y mirándote a los ojos te digo como en un ruego: necesito sentirte dentro de mí.
Después de despedirme y cuando iba a bajar del coche, le dije que le tenía que decir algo, inocentemente se dio la vuelta y es ahí que le di un beso en sus hermosos labios, esperaba que no reaccionara bien, pero embargo, recibí la hermosa boca de Graciela que se abría para pudiera introducir mi lengua, entonces suavemente con las dos manos le acaricié la cara y nos fundimos en un larguísimo beso de lengua.
En ese entonces contaba con 35 años y era el menor de una familia de ocho hermanos, todos casados sin embargo sin la fortuna de tener hijos pues mi mujer no había podido lo que fue el detonante para el divorcio, de mis siete hermanos y hermanas surgieron 16 sobrinos, 9 varoncitos y siete hermosas niñas, la más pequeña era sarita la cual contaba con siete años, de ahí seguían Lucia y Guadalupe con nueve años, Sofía de 10, Verónica de 11 y Susana y Daniela de catorce años; yo los quería a cada uno de ellos por igual y nunca me había pasado por la mente lo que a continuación detallo.
Pues como a las dos hora llegue al bar y me dirigí con él, estuvimos platicando, casi 15 minutos antes de salir el me invito una bebida llamada Kalua, la cual el había conocido porque yo se la había invitado anteriormente, pues en fin se terminó su turno y me dijo que acabase mi bebida de un jalón porque nos teníamos que ir y no podía sacar el vaso del establecimiento.
La raza es muy cabrona, y es obvio que tengo algo que ver con las tres, pero de la que más se rumora es de "F", ya que la mayoría del salón le ha visto los calzones y al parecer eso le gusta a ella. De "E" también se rumora, sobre todo desde aquel día que abrió las piernas cuando estaban tres compañeros dando clase, luego se notó porque no dejaban de mirarla y ella al parecer lo gozo mucho, pues nunca cerro las piernas y por el contrario las abrió más.
La respuesta fue que su único dedo libre se clavó en mi culo. Te gusta así...te gusta cómo te clavo el culo, muévete zorra, goza goza, me moví en forma inconsciente, donde llevara mi pelvis me introducía algo, adelante mi vagina explotaba en sus manos, atrás y mi ano se llenaba, me soltó y puesto sobre mí me introdujo de un sólo golpe su verga.
Seré cortés y servicial con mi amo. Cuando él decida, compartiré con otros mis habilidades y conocimientos, si él considera que esto le va a causar placer. Seré paciente con las sumisas nuevas que mi amo quiera que ayude a entrenar.
Creí que no lo haría, porque nunca me lo mama después de metérselo, pero estaba irreconocible, lo tomo y lo mamo, como loca, estaba fuera de sí. Lo que siguió no lo podía creer, el más alto le retiro la verga de la boca, y se acomodó detraes de Andrea, ella le dijo; -no, así no. No te preocupes, si te lastimo, me dices. Le toco los labios de la vagina, que se veían empapados, le metió dos dedos, junto a la verga del otro cabrón, y Andrea se movía como loca, le tomo la mano y se la empujaba, para que entrara más.
El azote es el castigo corporal más común. Consiste en golpear una o más veces las nalgas (nalgada), ya sea con la mano (palmada), con un instrumento o con la pelvis, denominado también "azote" o "disciplina" (cuerdas anudadas, látigo, vara, cinturón, fusta -fustigar-, flagelo -flagelación-). El azotado puede ser el mismo que aplica el castigo, que desea infligirse daño a sí mismo por razones sado-masoquistas (sexuales).
Ellas me contaron que el chico se había ido pero que estaba cerca de allí y había quedado esperando la llamada de ellas, la cual por supuesto ya habían realizado, por tanto en menos de 20 minutos el estaría en la portería del apartamento esperándonos, yo no sabía qué hacer, me parece que si yo tenía algún tipo de relación con este sujeto que me podría pasar, una enfermedad venérea, de pronto mi novio se enteraría y me abandonaría, un embarazo no deseado
Se marchó a su depto. Me quedé en la puerta mirando esa hermosa silueta. Tenía puesto un vestido muy corto de esos que se abotonan por delante, lo que dejaba ver unas piernas robustas y como le quedaba bastante justo, permitía apreciar su voluminoso busto.
Luego Diana, empezó a moverse también y sus sonidos de dormida se transformaron poco a poco en gemidos silenciosos, pero rápidos. No tardaron más de dos minutos en detenerse. Daniel se giró para el otro lado y después Diana se movía lentamente debajo de la cobija, supongo que buscando sus calzones. Después que se los puso, hizo un estiramiento de brazos y un bostezo fingido. Yo hice como que me desperté y Me dijo que, qué pena, que se había quedado dormida. Me dio un beso y se fue a su casa.
Me acerqué a donde estaban Lety y Abril quienes estaban masturbándose una a la otra, de inmediato Abril me pidió que se la metiera por la vagina y separó sus piernas, comencé a introducirla lentamente en su sexo hasta que entró toda ella gozaba como nunca y esperaba que siguiera cogiéndola con la verga que tenía puesta; de repente, sentí otro pene de látex en mis nalgas y era Zulema quien me dijo que me iba a coger por detrás mientras penetraba a Abril, acepté y esperé a que ella me metiera el pene en mi ano
Yo en esos momentos era una hembra en celo, que sólo deseaba ser follada hasta no poder más, hasta que se calmara mi enorme excitación, que cada vez era mayor. La situación, el estar siendo follada por otro hombre delante de mi marido me daba un morbo increíble, y el recibir placer por todas las partes de mi cuerpo hacía que me sintiera en la gloria… Cuando Sergio por fin empezó a follarme y sentí su polla dentro de mí sentí una explosión de placer enorme.
Como mis padres trabajaban, al salir de clase continué yendo a casa de mi abuela, donde merendaba y hacia los deberes hasta que mis padres venían por la noche a recogerme, muchas noches incluso me quedaba a dormir con ella. Pasaba más tiempo con ella que con mis padres, yo la quería a ella más que a los dos juntos, la verdad es que mis padres nunca fueron muy cariñosos.