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Un puntito de placer: El punto G

¿Qué es el punto G?

El punto Gräfenberg, comúnmente conocido como punto G, es una zona erógena del área genital de los hombres y de las mujeres. En el caso de estas últimas, el punto G se considera que está situado internamente detrás del pubis y alrededor de la uretra. En los hombres podría ubicarse en el ano.

En la mayoría de los casos, si el punto G se estimula adecuadamente puede incrementar la excitación y desencadenar el orgasmo y culminar con la eyaculación.

No todas las mujeres consiguen llegar al punto álgido del placer con el coito. Y no se tienen que sentir mal por ello. De hecho, algunos sexólogos aseguran que las paredes de la vagina son insensibles y muchas no han llegado nunca al orgasmo con la penetración, sino con la estimulación del clítoris, que se localiza en la parte superior y anterior de la vulva.

Hasta 1950 no se descubrió la existencia de un curioso punto en el interior de la vagina, que al ser estimulado puede ser el origen del clímax en muchas mujeres: el llamado punto G.

Los investigadores aseguran que está en la parte anterior de la vagina, donde la uretra se une a la vejiga. Para que este punto tenga su -efecto- es necesaria la verdadera excitación de la mujer -con ayuda de la pareja- para poder alcanzar esos segundos (desde cinco hasta todo un minuto) que puede llegar a durar el orgasmo. El punto G aumenta de tamaño si se le estimula, incluso hasta alcanzar el de una pelota de ping-pong.

La ignorancia de los hombres y la de las propias mujeres, que desconocen su propia sexualidad y que delegan toda iniciativa en su pareja, son las culpables de que se mantenga oculta para ellas esta forma de alcanzar el orgasmo.

Estimulación del punto G. Las buenas vibraciones orientadas al sexo

Meter un vibrador o consolador en la vagina puede ayudar a encontrar y estimular el Punto G, esto ofrece un sentimiento de plenitud en todo el cuerpo. Esto se puede hacer solo o conjuntamente con una estimulación anal o del clítoris. El Punto G se puede ubicar con los dedos, pero es difícil proporcionar una estimulación adecuada mediante la masturbación manual. Las mujeres que consiguen disfrutar con este punto normalmente lo logran mediante objetos no muy alargados.

Unos de mis métodos preferido para llegar a una estimulación placentera del Punto G, es metiendo en mi vagina un consolador curvo muy fácil de manejar, cuando lo coloco en su lugar lo muevo con una mano mientras que con la otra me estimulo el clítoris (esto te hace llegar a las nubes).

Los hombres también tienen Punto G

Es verdad, ellos podrían disfrutar de una parte de su cuerpo equivalente a nuestro Punto G, la glándula prostática, aunque no se suele estimular por el lugar en el que está (porque está escondido y porque ellos no se suelen dejar tocar ahí).

Esta glándula no está a la vista, y para muchos de nuestros compañeros nunca existirá porque no se dejarán tocar su Punto G. Para acceder a él hay que introducir un dedo en su ano unos cinco centímetros y presionar hacia delante (hacia su pene) un pequeño abultamiento que se debe notar a esa altura.

Quienes lo han probado no dudan en repetir, pero puede que tu pareja no quiera descubrir a este punto por miedo a que tú creas que es – maricón -. Todavía nos quedan estos tabúes, pero si tu pareja accede, acuérdate de cortarte las uñas, utiliza un preservativo u otra cosa para lubricar la zona y evitar hacerle daño.

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