Empecemos por encontrar una deliciosa excitación en que mi mujer se quitará el top del bikini en la playa. notar las miradas, casi siempre indirectas, disimuladas, de los hombres en sus senos nos producía una enorme calentura. En las noches, después de una tarde de playa, comentábamos una u otra mirada e imaginábamos cientos de hombres mirándola y masturbándose y, por supuesto, copulábamos como conejos.
Allí estabas, enfrente de un grandioso mural realizado con la técnica del óleo; representaba un muchacho, casi desnudo, que yacía sobre una cama de cabezal de hierro, rodeado de sábanas blancas y muchos cojines. Sobre sus blancas y bellas nalgas, apenas tapándole las caderas, una camiseta de seda color hueso, con muchos bolsillos, que le llegaba hasta las rodillas. Posición fetal de un bello durmiente.
Oh! Sabes que placer sentía, cuando tu lengua jugaba con mis pezones, haciendo circulitos... cuando jugabas a tragarte mis senos... como me excitabas.... y cuando mientras tenias mis senos en tu boca y acariciabas mi rajita, húmeda, hirviendo de placer... que grande sentía mis labios mayores a través de tus dedos... estaba completamente depilada para ti... y tus dedos se deslizaban por mi rajita arriba a bajo y luego penetrando un poco para acariciar mi clítoris que estaba duro y pulsante...
Entre cosa y cosa me fui acercando hasta él, ya cuando estábamos uno enfrente del otro sintiendo nuestras respiraciones le pedí me dejara sentir su estomago, a lo que no opuso resistencia. Al sentir yo aquel hombre moreno, duro como la roca, sentir su olor a recién bañado, sentir su calor corporal casi pierdo el control, lo único que alcancé a preguntar con mi mano en su abdomen fue
Katia seguía delante de mi con el rostro imperturbable. Angélica me miraba juguetonamente. En ese momento alguien toco a la puerta. Mire con cara de miedo a Katia, no parecía ni sorprendida ni enojada por lo que estaba viendo, aunque su rostro era de piedra, la chispa de sus ojos delataba el placer que sentía al verme así. Yo baje la mirada.
No me lo creía pero aquellos movimientos rápidos del animal me estaban haciendo gozar, que sensación, nunca las había experimentado, me estaban haciendo perder el control de mi misma, dejándome llevar por aquel macho que me llenaba plenamente todo mi ser.
Siento como entre empujones trata de con su mano retirar la mía la cual muevo ante su presión pero no la saco, siento como recorro su interior y llego a su nalga la aprieto, de ahí recorro hasta su raya y me hundo en ella su mano alcanza de nuevo la mía y con tímida voz me pide la retire.
Leonora intercambiaba su lengua por sus dedos y volvía a la carga con su lengua. Laura parecía trepada en un toro eléctrico, sin despegar la lengua del cuerpo de su madre logro cambiarse de postura, ahora su vagina chocaba directamente sobre el ano de Laura.
Mi hermana y mi novia. Todo era normal hasta que una noche mi hermana, yo y mi novia llegamos a casa un poco contentillos, yo como estaba cansado me acosté en mi cama y caí fulminado por el cansancio y mi hermana y mi novia se quedaron en el salón mirando la tele.
El cámara dedico un primer plano a la cara de María, que aprovecho para soltar los penes y dedicarse de lleno al de Juan. Le hizo de todo: Se la metió hasta el fondo, le chupo de arriba abajo, le comió los cojones. Lo dicho… La actuación de una profesional. Tenia la cara de vicio.
Hacia tiempo que iba a esta playa nudista de la capital tinerfeña, solo para ver a una mujer de aproximadamente 45 años, muy bien de cuerpo, unas tetas blancas (se notaba que hacia poco que empezó a hacer nudismo) grandes y muy bien puesta para su edad, con unos pezones rosaditos, culo firme, chocho depiladito haciendo un triangulo con pelos.
Lo más bonito de la fiestas es el pregón, ¡eso si que es bonito!, porque si además traen a un forastero famoso, de nivel eso sí: Jorge Javier Vázquez, Lina Morgan, Cristina Tárrega...y los reciben las autoridades del pueblo: la reina de las fiesta: la reina de las fiestas con su madre, las damas de honor con sus madres, los de la banda de música con sus madres... ¡Vamos, todas las madres del pueblo!!!
Yo le pregunte porque no un Martes, que es lo que realmente pasaba y de tanto insistirle me dijo que su ex pareja le había llamado el día Domingo y que lo había escuchado muy mal y que había hecho algo que incluso nunca lo hizo ni cuando andaban y era de que se había preocupado y por esa circunstancia llegaba éste cuate el día Martes y no tenia fecha para irse.( Para esto él es mayor que él y que yo y trabaja en el DF.).
Me encanta ser mujer, me fascina tener las partes adecuadas para gozar y hacer gozar, hasta el límite, con esos hermosos hombres que te penetran con su miembro viril en los insondables tesoros del sexo palpitando y ardiente. Ser penetrada y recibir los jugos del macho, es uno de los placeres más exquisitos que nos ofrece la naturaleza.
Cuando ya se la había quitado dejó de besarme y la contemplé, y ahí estaba ella desnuda con un tanga rojo que me estaba volviendo loco. Me levanté del sofá y se sentó ella espatarrada. Yo me coloqué en cuclillas con mis manos le aparté en tanga y empecé a chupar su coño como si mi vida me fuera en ello.
Esto paso hace varios años, estábamos en un albergue y yo me escape por la noche para ir a follar, fui preguntando cuanto valía el completo y a la puta mas barata la pille, era una puta fea, pero tenia unas buenas tetonas, pero en ese momento tenia la regla y la tuve que dar por el culo sin parar, ella se corría de gusto como un puta zorra.
Nunca le conté esto a mi marido, porque no sabía cual podía ser su reacción, a pesar de que él es bueno y comprensivo, un pan de Dios, en fin que fue lo que me cautivó de el, siempre con buen talante para todas las situaciones.
Y así vamos creciendo y creciendo. Y vamos almacenando cada vez más muletillas, hasta que llega un momento en que tenemos muletillas para cualquier situación. Por ejemplo, cuando estamos en grupo y de repente se acaba la conversación, mientras pensamos algo que decir empezamos:
Se acerco a la nevera y cuando se agachaba a coger la leche perdí los papeles y le acaricie las piernas por detrás hasta llegar a su clítoris, el cual pude tocar a través del tanga que llevaba.
Aquél día, como tantos otros de verano caluroso y pegajoso, me encapriché con un vestido camisero de color ocre con flores silvestres que acentuaban la expresión de mi rostro; no así a mi cuerpo, algo metido en carnes por la dejadez y el paso de los años, que estaba pidiendo a gritos un buen reciclaje, empezando por la estética, que me pareció era lo mejorcito que podía hacer en aquellas fechas.
Todavía no había llegado nadie mas que mi novia y yo, estábamos poniendo la mesa en lo que se abrió la puerta y aparecieron sus hermanos con las respectivas, y la verdad es que alguna vez me había fijado en ellas, una de ellas tiene unos pechos de muerte es la que mas me excita y ando detrás de ella pero todavía no he conseguido nada y no sé si lo conseguiré, y la otra no está mal es delgada, pechos tirando un poco a pequeños y un culo de infarto.
En este momento yo ya no quería bajarme de la escalera, notaba cómo mi coño se mojaba por dentro y por fuera, porque me puso realmente caliente y cachonda, y seguro que él lo notó también, porque empezó a chuparme el coño con fuerza, metía en él su lengua, y me hacía gozar enormemente cuando lamía mi clítoris.
Como mujer, de paso en esta maravillosa ciudad, aventurera y trabajadora, soñadora y austera, me iba acercando por la Avenida de Andalucía hasta ver la primera escultura, en forma de cobijo- asiento rodeada de muchas ramas de hierro y metal en forma de hojas de higuera o parra que me sirvieron de aposento durante un buen rato.
Casi automáticamente, le acaricié con mi mano su hermosísima verga, diciéndole, "me la quiero comer, amor". Imagínense el espectáculo que estábamos dando en el lugar, por eso, le pedí que me llevara a donde quisiera, con tal que me cogiera y me dejara chupar ese bellísimo instrumento que le dio la naturaleza.
En ese entonces, trabajaba en una conocida empresa. Ahí conocí a Rodrigo, un compañero que, desde siempre, había querido llevarme a su cama, pero yo lo rechazaba, por mi situación de mujer casada y porque me parecía un tanto impertinente, ya que directamente me decía: "Como estás buena mamacita", "esas nalgas que tienes están apetecibles para una buena cogida", "me encantaría follarte hasta por la cola", "te propongo que le pongas los cuernos a tu marido", y cosas por el estilo.
A mis 17 años yo tenia el cuerpo ya casi completo de madurar, tenia mis pechos que crecían y se formaban redonditos y paraditos como yo deseaba y era caderona mi cintura llamativa a la vista de todos los hombres y lo que sí me enorgullezco son mis hermosas piernas que hasta luzco con felicidad, eran un par de piernas bien formadas con mis muslos que de pequeños a grandes hasta llegar a mi culo era algo bello verlas y causa de muchos problemas con los hombres por eso que no salía de casa muy seguido paraba encerrada sin salir.