Haciéndole la cola a mi señora Alejandra
Espero que este relato salga publicado antes, de fin de mes fecha de su cumpleaños.
Alejandra tiene 38 años, es muy agradable, una cara muy bonita, y un cuerpo muy sensual.
Mi sueño siempre ha sido hacerle la colita, asunto que vengo insistiendo desde nuestra noche de bodas, pero sin suerte.
Nuestros primeros años de casado fueron de gran actividad sexual y un sin número de juegos eróticos, producirnos nuestras películas eróticas, sacarle fotos desnudas en poses dignas de una estrella porno y todo lo que se puedan imaginar.
Estos últimos años, las cosas no funcionaban como entonces hasta que sucedió lo que les voy a contar, su padre enfermó y lo tuvieron que operar, como resultado de ello quedó en las primeras horas con cierta parálisis, como la veía muy desahuciada por esta situación, le dije «vas a ver que va a salir bien de esta, y vos como contrapartida te vas a comprar un lindo conjunto con portaligas y no te va a quedar un solo agujerito sin semen», cabe agregar que hacía como dos años que no usaba portaligas, aduciendo que los chicos….., que estaba un poco gordita…..y un montón de excusas de esas que nos tienen acostumbrados las mujeres, lo cierto que su padre mejoró, pero esta se negaba a cumplir su promesa, aunque por otro lado había vuelto a uno de los mejores festines, que era comenzar a olerme el pene y luego empezar a sobarlo como quién toma el más delicioso helado, para luego introducírselo hasta la garganta, con un nuevo agregado que era el de saborear la lechita hasta la última gotita y luego seguir jugando con el pene chiquitito hasta que uno se lo sacaba pues no paraba más, cuando salía de esta posición me mostraba su dulce cara pues es muy linda y sus labios llenos de lechita. A esta actividad le agregamos lo que le bautice «hacerme una paja en su boca», le introducía el pene en su boca y me pajeaba hasta que no me quedase ni una gotita de leche!!.
Lo cierto que ha ella le gustaba también que yo la oliera y le comiese su coñito, el cual quedaba verdaderamente encastrado, lo cierto que un día ante su insistencia, yo hacía mucho que no se lo comía me insistió y yo le dije «vos tenés una promesa incumplida, si querés que eso pase debes cumplir».
En su trabajo, como maestra tiene unas compañeras muy sexys, y a veces me comenta sus diálogos, una de sus compañeras, que está muy buena, se ve que es amante del buen sexo y empieza a encuestarlas a quién le habían hecho el orto y que ella era del clan, junto con su madre de «las mujeres con el culo roto», mi señora le dice que yo solo le había metido la puntita , pero que le dolía mucho.
Cuando me hizo este relato me calentó mucho y se ve que a mi señora también así que le dije «vamos a relajar todos los días tu esfínter», pues el día de tu cumple, le vas a decir a Patricia, así se llama su amiga, que vos también permaneces a ese club. Entre metidas de dedos y vaselina, se me ocurrió que quería ver a Alejandra con portaligas, una tanga minúscula color lila y se lo hice saber.
Durante una semana la actividad fue diaria entre cogidas y aflojadas de culito. El pasado viernes, nuestros hijos se quedaban a dormir en la casa de mis suegros, y luego de salir con mi señora, nos pusimos en la cama a besarnos y ver un canal porno, lo que nos puso a mil. Inesperadamente, mi señora saltó de la cama y dijo «esperá que ya vengo», luego ante mi estaba con un conjunto de encajes, color lila, hecha una diosa, y en su mano derecha traía un consolador, simplemente me dijo «cumplí…y esto lo traje para que juguemos», acto seguido se tiro en la cama y abrió sus piernas 90 grado para que pueda ver el espectáculo y empezó a pasarse sobre la tanguita el consolador, yo me situé a escasos centímetros de su chocha para ver el espectáculo, y se nota que la éxito más pues, corrió el elástico de la bombacha, donde apareció su conchita perfectamente arregladita y empezó a introducirse el consolador hasta el fondo, se nota que estaba super excitada pues se lo fue introduciendo sin dificultad y a los pocos segundos empezó a emanar ese olor a hembra tan peculiar que tiene, yo me acerqué aún más, y ella comenzó a suspirar, quizás presintiendo lo que tanto deseaba que le huela su conchita y le introdujese la lengüita hasta el fondo, sentí la tela de su bikini mojada y mientras comenzaba a cumplir sus deseos le dije que se metiese el consolador hasta los huevos, esta lo introdujo de inmediato y comenzó a moverlo frenéticamente, salían los juegos por entre el consolador y ese olor tan embriagador, cuando comencé a introducir la lengua amago en dejar de lado el aparatito para concentrarse en la «comida de concha», le ordene que siguiese, mientras mojaba un par de deditos en sus jugos.
Cuando dirigí estos al canal de atrás o sea su orto, para mi sorpresa estaba empapado de las secreciones de su conchita que habían recorrido su humanidad hasta el canal posterior, sin pensarlo y un poco por la calentura de la situación decide forzar su entrada y sin muchos preámbulos o preparativos le introduje los dos dedos y comencé a movérselos en forma circular por su interior, ella seguía casi en un delirio y pidiéndome a gritos que le meta la picha en su chocha hasta el fondo, pero yo le dije que se ponga en cuatro como a perrita que era y que se siga dando con el consolador, que debía relajar su culito, que para algo le tenía que servir la semana de ablande!!
Cando la tuve en esa posición el espectáculo era digno de envidia con ese culo que me tiene loco todo para mí, con la bombachita lila húmeda y metida entre sus cachetes y con el consolador insertado hasta el fondo a más no poder, de solo verla así, me dieron ganas de correr su bombachita y empezar a comerle el agujerito de culo, empezó a delirar y este fue cediendo, ya jugaba libremente con tres dedos en su interior, me incorporé y en esa posición metí la cabeza del pene en la abertura, ella instintivamente se contrajo, le dije que era mi puta y debía acordarse de los masajes que veníamos practicando, se relajó, fui jugando con la cabeza hasta sentir que el estrecho canal cedía y comenzaba a cumplir mi propósito, cuando le introduje la mitad del pene, pareció que el orificio se abría, me detuve en forma instantánea, ella gritó «me duele sacámela», pero esta vez no estaba dispuesto a ceder, le dije «relajate, seguí jugando con tu consolador y aflojate».
Al rato el dolor pareció ceder y yo mantenía mi posición dentro del culo de Alejandra, sentía como gemía y como su bombacha se mojaba más y más , seguí penetrando lentamente hasta sentir que por fin mis huevos golpeaban contra los cachetes de su culo, había logrado mi sueño, ahora fue ella la que me dijo «el dolor está pasando…, movela!!!!….rompeme el culo bien roto por favor, dame toda la lechita», el ritmo fue frenético y el pene se movía en un canal más estrecho que en su vagina, lo que daba una nueva sensación, mientras apoyaba mis manos sobre sus pechos para cabalgarla mejor, hasta que me sobrevino una explosión tremenda de semen dentro de su estrecho canal y caíamos ambos hacia adelantes, mi mujer con el consolador y con la picha adentro, me dijo «no te vayas quedate donde estás hasta que se salga»…y agregó «ahora le voy a poder decir a Pato que formo parte de las mujeres con el culo roto», no sin antes agregar, eso sí quiero que dentro de un rato verifiques que tengo lechita dentro de mi culito para que veas que hoy cumplistes tu cometido!!!; a esa hembra «Feliz cumpleaños».