Capítulo 2
- La historia de mi infidelidad I
- La historia de mi infidelidad II
- La historia de mi infidelidad III
- La historia de mi infidelidad IV
La historia de mi infidelidad II
Sabía que tarde o temprano eso iba a acabar, que llegaría un momento en que las cosas explotarían y perdería todo pero no me importaba, estaba viviendo algo extralimitado pero que me mantenía con más vida.
Esperaba a Gabriel en cualquier parte, deseando que me sorprendiera y me llevará con él para amarnos. Lo extraño de todo es que puedo decir con sinceridad que seguía amando a Paco y eso a la vez que me excitaba me provocaba un gran remordimiento.
Dos días después de nuestra cita en el hotel, Gabriel me encontró saliendo de casa de mi hermana, estaba cayendo una lluvia torrencial y corrí para entrar al auto, entré toda mojada y me abalancé sobre él sin darme cuenta que venían dos de sus amigos en la parte trasera, él empezó a besarme y me quitó el vestido gris que traía todo mojado, quedé con el liguero negro y las medias y los zapatos altos que llevaba, sin pensarlo pasé a la parte trasera y dejé que ellos me hicieran lo que querían, Gabriel empezó a manejar mientras sus amigos me devoraban sin ningún pudor, me hacían el amor con sus lenguas dentro de mí, las metían hasta dentro, uno en el culo y otro en mi concha, podía sentir cómo se tocaban entre ellos dentro de mí y duraron todo el trayecto hasta que se detuvo enfrente de mi casa.
Gabriel pasó a la parte de atrás y se incorporó a mi cuerpo poniendo su lengua en mis pezones.
La lluvia seguía cayendo y por un impulso empecé a sonar la bocina del carro, vi que de inmediato Paco se asomó a la ventana pero era imposible que supiera que yo estaba ahí.
Ahí permaneció y eso me excitó muchísimo, el carro estaba polarizado y me sentía totalmente desinhibida, me senté en uno de los hombres poniendo su verga en mi vagina y me abrí toda para que otro me la metiera por ahí mismo, eso fue riquísimo, sentir las dos vergas en mi concha, apretadas y metiéndose desesperadamente mientras veía a Paco un poco inquieto esperando a que llegara.
Me volví loca haciendo eso, me sentía como la mujer más deseada del mundo y sentía como esos tres hombres estaban locos por mi cuerpo, dejé de ser la mujer de la casa, la mamá perfecta, la esposa ordinaria y seguí siendo eso pero totalmente satisfecha en mi vida sexual.
Empecé a gritar dentro del carro -«cogánme más fuerte, destrócenme el culo entre los tres, soy de ustedes para que hagan lo que quieran»- uno tras otro sentí los orgasmos que se precipitaban sin control, ellos me besaban en la boca y me hablaban al oído cosas que me transportaban a otro estado, me sentía en el cielo apretada por esos tres hombres y no tardaron en venirse todos en mi cuerpo, me dejaron toda mojada desde el pelo hasta las piernas.
Me vestí para salir a casa pero antes empecé a masturbarme con mis pantaletas y luego se las dejé en el sillón, los miré a los tres agradecida y luego besé por largo rato a Gabriel, mientras lo besaba miré que los otros dos empezaban a masturbarse con mi prenda, la extendían sobre su verga y empezaban a frotarse hasta que se vinieron en ella y me la devolvieron.
Salí despeinada y adolorida del cuerpo, aun excitada y con los pezones estirados por el frío, cuando entré a la casa Paco intentó detenerme pero le dije que estaba cansadísima y fui a la ducha, tardé un largo rato dentro del baño masturbándome con las pantaletas llena de semen de otros y fui a la recamara decidida a decirle a Paco lo que pasaba.
En la noche entendí que no podía seguir igual y me decidí a acabar con ese juego oculto, creo que escogí la forma más arriesgada y peligrosa de todas, pensé en hacer que Paco se enterara de lo que pasaba dándole evidencias e indicios de que lo engañaba, de esa manera sería él el que decidiría lo que haría y no tendría que tener un enfrentamiento con él de palabras y pretextos, era también la forma más cobarde pero simplemente así lo hice.
En la siguiente semana hicimos la fiesta de cumpleaños de nuestro hijo, fueron varias personas a la casa, entre ellas Gabriel y uno de sus amigos, no tuve tiempo de hacer nada hasta que empezó la celebración en el patio y yo quede sola en la cocina preparando unos platillos, Paco estaba en el patio jugando con los niños que habían venido y preparaba la piñata, desde la cocina se podía ver quién se acercaba y sólo esperé que llegara Gabriel, al rato entró presuroso y se sentó en una silla, se bajó el pantalón y yo me senté en él sintiendo como entraba su verga hasta dentro de mí, sacó mis pechos y empezó a chuparlos mientras acariciaba mis piernas levantando el vestido largo que traía, de pronto entró el amigo que venía con él y Gabriel me abrió mis nalgas para dejarle libre el camino de mi culo, yo lo levanté para facilitarle la entrada y él empezó a penetrarme poco a poco hasta que la metió toda y pude sentir esas dos vergas dentro de mí, eso se había vuelto una obsesión, necesitaba dos hombres para quedar satisfecha, y ellos me hacían tan dichosa penetrándome así, -«así putita rica, aprieta el culo y detén mi verga hasta adentro, estás tan rica y tan buena que me gustaría robarte y tenerte solo para cogerte, comete nuestras vergas, sabemos que te gustan tanto, así muévete ricura, tu esposo puede llegar y verte así entre los dos, cogiéndose a su esposa en su casa, ¿te gusta eso no?»- me decían mientras se movían y me besaban el cuello y los labios sin detenerse, en eso una persona que no alcancé a ver se detuvo en la puerta de la cocina perplejo ante el espectáculo que veía y luego se retiró cuando yo volteaba.
Pensé que era Paco y deseé que lo fuera para que acabara esto.
Ellos terminaron en mi boca y los chupé hasta dejarlos secos. Luego salí al patio y fui directamente hacia Paco.
Él no supo nada.
Al paso del tiempo hice muchas cosas con la doble intención de que él supiera y de que no nos descubriera para seguir gozando. Todo acabó el día de año nuevo.
Hicimos una reunión en nuestra casa, vinieron mi hermana, mis padres, dos familiares de Paco y dejamos a nuestro hijo en un campamento que hicieron en su escuela, también vinieron Gabriel y dos supuestos hermanos que saldrían junto a él en la madrugada a otra ciudad.
Me vestí con un vestido corto rojo, medias y liguero del mismo color, la noche transcurrió tranquila hasta que empezaron los abrazos de año nuevo, sin importarme la presencia de nadie le di un largo abrazo a Gabriel mientras le decía -«no puedo esperar a que me cojas mi amor»- luego hice igual con sus supuestos hermanos a los que abracé al mismo tiempo -«están listos para cogerme corazones, les tengo una sorpresa debajo del vestido, ¿quieren cocharme entre los dos y venirse en mi boca juntos?»- luego abracé a mi padre y a mi hermana y al final a Paco sin decirle nada.
Cuando estábamos en la sala les hice una seña a los tres, me paré y subí a la recamara, no me importaba ya nada, Paco me preguntó que a dónde iba y no le contesté.
Al rato ellos se levantaron y dijeron que iban a revisar unas cosas que necesitaban, eso a Paco naturalmente se le hizo muy extraño pero no hizo nada, ellos entraron con una urgencia excitante a la recámara, me tumbaron en la cama y me quitaron el vestido mientras me manoseaban y me besaban en la boca -«si mis amores, coganme aquí en la cama de mi marido, no se detengan por nada y cochenme hasta que se cansen, soy suya, métanme sus vergas hasta adentro y no se detengan»- era demasiado pero no podía controlarme, me hicieron de todo y al final empezaron a penetrarme uno por uno, estaba en cuatro patas ofreciéndoles mi culo y ellos se turnaban para cocharme mientras a uno le mamaba su verga el otro me penetraba y me hacía gritar, entonces pasó lo que esperaba, Paco tocó a la puerta y preguntó que qué pasaba, Gabriel me tapó la boca y empezó a embestirme más fuerte, sólo se oían los gemidos apagados de dolor y la puerta que Paco seguía tratando de abrir, había llegado demasiado lejos, afuera estaban mis padres y mi esposo y algo que me excitaba era ese romper con la autoridad y con las reglas que ellos imponían, Paco desistió y sin hacer escándalo bajó de nuevo a la sala comprendiendo lo que pasaba, les dijo que me sentía mal y que estaba acostada mientras arriba me penetraban dos al mismo tiempo en nuestra cama y sólo se oía el sonido de la cama, y los gemidos de los cuatro.
Acabaron en mi boca los tres al mismo tiempo -«así puta comete toda esta leche»- y yo con el semen de los tres en mis labios y en mi lengua.
Acabaron y se fueron al baño de arriba. Yo salí con ellos y empezamos a bañarnos los cuatro juntos, ahora dejé la puerta abierta y oí a Paco al lado de la puerta de la bañera oyéndonos como hablábamos -«si mi amor, entiérramela toda, cojeme rico, los dos disfrútenme, son increíbles, métamenla al mismo tiempo y no acaben nunca, los amo, amo sus vergas»- duramos horas en la bañera, todos se fueron a dormir y nosotros nos quedamos cogiéndonos bajo el bajo el agua, Paco no salió ni un momento y supo todo por lo que decíamos.
Al final ellos se fueron y yo salí con ellos, volví al amanecer toda cogida como nunca en mi vida, me hicieron de todo lo imaginable y cuando entré a la recámara Paco sólo me miró y no pidió explicaciones de nada, salió temprano y regresó en la tarde con nuestro hijo como si nada hubiera pasado, cambiaron muchas cosas de esos días a hoy pero puedo decirles que esta historia (que es totalmente real aunque parezca imposible e inverosímil) no acabó del todo mal, sé que no es algo que se pueda recomendar ni una forma de vida para muchas personas pero la vida es tan corta para perderla en falsos prejuicios y escondiendo nuestra verdadera sexualidad, muchos me verán como una puta cualquiera pero yo me veo como una mujer diferente que necesita este tipo de sexo, el único error que cometí fue no hablarlo desde el principio con Paco, por lo demás no me arrepiento de esto porque me siento realizada en mis fantasías y eso me ha ayudado a mucho.
No volví a ver a Gabriel hasta dos semanas después en la presentación de la revista.
Mi marido y yo nunca hablamos de lo que pasó, era innecesario, él entendió que yo necesitaba esas relaciones sexuales para satisfacer mis deseos y yo entendí que él, aquella noche detrás de la cortina de la bañera mientras oía mis quejidos y veía como me cogían entre los tres hombres, estaba excitado y no quiso arruinar lo que podría ser muy estimulante para los dos, al fin y al cabo acabamos por sincerarnos y entendimos que los dos necesitábamos eso aunque nunca lo platicamos.
La noche de la presentación llevé a mi hijo a casa de mi hermana, regresé temprano para vestirme y me puse un vestido negro largo, una pantaleta de seda casi transparente y unos tacones muy altos, me solté el pelo que caía hasta mi cintura y me pinté discretamente.. Paco llegó un poco tarde y yo estaba impaciente de salir, cuando me vio me dio un largo beso mientras acariciaba mi busto y apretaba mis pezones con sus dedos en forma de tijeras, no me dijo nada sólo salimos y en el carro silencioso los dos podíamos escuchar la respiración excitada de cada uno.
Al llegar a la recepción él me sujetó la mano fuertemente como temiendo que me fuera pero yo lo solté y fui por una copa, buscaba con la mirada a Gabriel que debería estar en algún lado, Paco se perdió entre la gente que asistía a la presentación y yo sólo me senté en un sillón de la pequeña sala, era evidente mi excitación sobre mi vestido, mis pezones parecían salirse del vestido y estaba totalmente mojada.
Gabriel se presentó a los veinte minutos. Iba guapísimo, de traje negro igual que Paco y se incorporó a la gente de la prensa y a los asistentes.
Cuando lo vi sentí una emoción excitante, fui al baño y empecé a masturbarme duramente tras la puerta, metía mis dedos y mi pantaleta en mi vagina, estaba demasiado caliente, de pronto llegó Gabriel y sin decirme nada me quitó el vestido, me arrancó la pantaleta y la puso en su nariz y en su boca, la olía desesperadamente mientras me apretaba las caderas y me recorría las piernas de forma suave para acabar en mi vagina depilada y meter sus dedos hasta dentro, estábamos en el baño, yo totalmente desnuda y eso era muy arriesgado, me levantó tomándome del trasero y me metió a uno de esos compartimentos pequeños y difíciles que hay en los baños de los salones de recepción, yo me abrí todo lo que pude para que me penetrara libremente, me quitó el pelo que me caía sobre toda la espalda y me besó desde el cuello hasta mi culo, me mordía dulcemente el culo mientras metía un dedo en mi vagina y yo me estiraba los pezones y los chupaba con mi boca, se levantó rápido y de una embestida me penetró con su verga hasta adentro, no pude evitar gritar de la excitación y el gemido se oyó en todo el baño sin poder salir y quedó retumbando mezclándose con los ruidos de nuestros cuerpos al chocar, era riquísimo sentir su lengua en mi oído y sus manos apretándome el pecho.
De pronto entró al baño una mujer y sin importarme seguí jadeando y hablándole -«así mi amor no te pares, sigueme cogiendo, cochame fuerte y no detengas tu verga»- la mujer que entró disimuló que no escuchaba y entró al siguiente compartimento, no nos importó su presencia y seguimos cogiéndonos libremente. Gabriel se sentó en el respaldo del retrete y yo me senté encima de él dándole la espalda, me penetró por el culo y luego metió sus dedos en mi vagina al mismo tiempo, tuve dos orgasmos seguidos y luego me paré y empecé a chuparlo con fuerza, metía todo su pene en mi boca, devorándomelo sin descanso, levanté su caso y camisa hasta su pecho y lo masturbé con fuerza hasta que terminó y su semen se esparció sobre todo su abdomen. Luego empecé a limpiarlo con mi lengua y a comerme todo ese jugo blanco y dulce hasta dejarlo limpio.
Se paró apresurado y fue a la ceremonia. Yo me quedé un rato en el baño y justo cuando salía, la mujer que había entrado al baño me miró con algo de vergüenza, yo la conocía, era una mujer que trabaja en la editorial que Paco trabajaba, me miró sorprendida y tuve una sensación extraña al saber que ella le diría a los demás lo que había pasado.
En parte me excitó y en parte me desconcertó porque empecé a pensar que esto se estaba escapando de mis manos, y más por mi hijo, deseaba disfrutar todo lo posible del sexo pero aun tenía esa capa moral que me hacía sentir sucia cuando pensaba en lo que pensaría mi hijo.
No pensé más en ella y salí para reunirme con Paco.
La presentación siguió en el mismo tenor que siempre y a media noche se acabó, se despidieron todos y sólo quedaron Paco y Gabriel hablando de la revista, me excitó verlos juntos, creo que hubiera dado cualquier cosa porque esa noche me cogieran entre los dos pero sabía que eso difícilmente pasaría y de pasar cambiarían muchas cosas.
Paco fue por sus cosas a la recepción y me quedé un momento a solas con Gabriel, pensé en pedirle que me llevara pero él se me adelantó, era ya demasiado, me tomó del brazo y nos dirigimos a la salida, casi al salir vi a Paco mirándonos desde la recepción un poco contrariado y angustiado, sólo lo miré a los ojos y salí con Gabriel, entramos a su carro y nos besamos largo rato recorriéndonos con las lenguas y las manos nuestros cuerpos.
Paco estaba a dos carros del nuestro y sé que me estaba mirando, al rato me fui con Gabriel a una pequeña fiesta que organizó en su departamento, cuando llegamos estaban varias parejas y vi a dos de los hombres que me habían cogido junto a Gabriel, él me presentó como su novia y yo me sentí un poco incómoda por eso.
Bailamos y bebimos por una rato, eran casi las tres de la madrugada, me pidió que fuera a la recamara y lo esperara ahí, yo estaba muerta del cansancio y me recosté mientras llegaba, no sé cuánto tiempo pasó pero de repente sentí unas manos subiendo por mis piernas lentamente por debajo del vestido, el cuarto estaba todo oscuro, sentí de pronto una boca mordiéndome sobre la pantaleta y lo tomé del pelo apretándolo contra mi vagina, hizo a un lado la prenda y metió su lengua hasta dentro de mí mientras me apretaba el pecho, duró largo rato cogiéndome con su lengua y se paró de pronto, sentí que de nuevo alguien me hacía lo mismo y me día cuenta que eran varios hombres en la habitación, de pronto sentí de golpe que muchos pares de manos recorrían mi cuerpo, me tocaban por todos lados mientras se acercaban a mí hasta quedar pegados a mi piel, todos empezaron a besarme, uno besaba mis labios y otro metía su lengua en mi oído, otros dos chupaban mis pezones uno en cada lado, otro besaba mi ombligo y dos más besaban mis piernas y se turnaban para entrar a mi vagina, fue increíble, nunca había sentido eso, tuve sensaciones desorbitadas, y más porque no era algo brusco, estaban estimulándome lentamente en todos los rincones de mi cuerpo, no se si eran seis o siete hombres, había hecho el amor con tres hombres pero nunca con tantos.
Alguno de pronto encendió una lámpara débil pero que alcanzaba a dar luz a mi cuerpo y a mis amantes, no quise cerrar los ojos en ningún momento para grabar lo que estaba pasando, era riquísimo sentir la lengua de todos esos hombres sobre mi cuerpo, no tenía idea de cómo se acomodaban para besarme todos, me acosté de lado abriendo mis piernas lo más que podía para ellos, en esa posición uno me metía su lengua en el culo y otro en mi concha, otro besaba mi espalda sujetándome el pelo con una mano y otros dos seguían chupándome los pezones, lo más rico fue sentir que los dos restantes me besaban en la boca al mismo tiempo, sentía sus lengua adentro de mi boca, sus labios ocupaban la mitad de los míos sin tocarse entre ellos, era una perversión húmeda pero demasiado erótica, estábamos en un ritmo lento cuando de pronto me hincaron en medio de ellos y empecé a chuparlos desesperadamente, empezaron a turnarse para penétrame y mientras chupaba a uno otro me la metía de espaldas a mí, duramos horas haciendo eso, intercambiando posiciones mientras todos seguían masturbándose mirándome, me sentía en un cielo peligroso pero ineludible, intentaron penétrame tres al mismo tiempo por largo rato, yo ansiaba eso pero resultó ser algo difícil, en una ocasión pudimos hacerlo, al borde de la cama mientras me cogían dos al mismo tiempo nos acomodamos para que entrara otro y pude sentir como su verga friccionaba a las otras dos y se metía difícilmente en mi vagina ya ocupada, mientras ellos hacían eso yo me metía dos vergas en mi boca y otro se masturbaba tan fuerte que acabó en mi cara.
No pudimos hacerlo mucho tiempo pasó pero siguieron cogiéndome dos juntos hasta que terminaban dentro de mí, sentía su semen llenando mi vagina, un semen revuelto con el de los demás y cuando terminó el último nos quedamos dormidos todos, yo en medio de todos.