Son una pareja feliz y que se ama. Pero el muere de deseos de verla siendo la puta de su padre. Si. del suegro de Marianela, el progenitor de Josué quien sus ganas de ser cornudo ya se les escapan por los poros...
Esta historia ocurrió hace muchos años. Yo era joven y mi madre veintiocho: morena, de curvas pronunciadas y un culazo de infarto.
Agosto en la playa, un piso alquilado, el calor pegajoso de la costa.
Al parecer a mi alumna le gustaba verme coger con la maestra de inglés, y cuando la descubrí espiando... Bueno, era inevitable pedirle que exhibiera su pequeño cuerpo desnudo ante mí y la tuve que enseñar a coger
El futbol y en especial mi equipo de platense es mi pasión, por él he conseguido las mejores y las peores cosas de mi vida. Por ejemplo, en mis visitas al estadio conocí a la otra pasión de mi vida, mi esposa Luciana, que a pesar de que no le gusta al futbol me supo robar el corazón.
María lo ha preparado todo y recibe a Martín, su hijo - Después de años de jugar al gato y al ratón, pretendiendo no saber quién es su hijo en Internet, María ha decidido regalarle al chico una follada histórica en el Mundo Real (tm), grabarlo todo y mandárselo a su ex marido.
Siguen las historias en Femdonia, el paraíso de la Dominación Femenina, en este caso se juntan dos Amas con sus sumisos, y claro, pasa lo que tiene que pasar.
Os voy a contar la historia de cómo comenzamos en el mundo del nudismo y las experiencias tan bonitas y excitantes que nos regalaron. Y uso el plural porque esta no es solo mi historia sino la historia de cómo una madre y una hija se inician en el apasionante mundo del nudismo y el placer.
Esta practica siempre me ha parecido excitante además de muy atrevida, sin embargo no soy un experto en ella ya que no he tenido muchas experiencias que tengan que ver con el exhibicionismo, pero les contaré lo poco que he experimentado.
A mi esposo lo adoro, estoy muy enamorada, pero el pobre siempre llega tan cansado del trabajo (es operador y trabaja en turnos, además tenemos un pequeño negocio de juegos electrónicos en casa) que me da poco sexo (una o dos veces a la semana pero siempre en fin de semana), así que entre semana estoy muy caliente. Pero como dije lo quiero mucho.
Este es el primer capítulo de una saga, en la que relato, todas las vejaciones por parte del cacique de su jefe, que tuvo que sufrir mi mamá, para poder conservar el empleo...
El peculiar estilo de dominación de don Claudio del Bosco... le llevará a conocer a la enigmática Mónica Gallardo... Sin saber que está entrando en la tela de la araña...
Mi nombre es Martha y vivo en Monterrey, Nuevo León, México. Soy muy bonita y tengo un cuerpo envidiable (Eso me lo han dicho montonales de veces hombres y mujeres que me conocen) actualmente estoy casada y si tengo algún defecto ese sería que soy extremadamente caliente, jiji.
Estando así siendo enculado públicamente, pude ver al viejo voyeur, como miraba con lascivia como me estaban dando por el culo, el muy cabrón estaba disfrutando, verle aquella mirada de lascivia viendo como yo estaba siendo follado, me excitó aún más.
Gran sorpresa me lleve al ver que en el cuarto que estaba detrás de la casa, donde dormía esta señora, también se encontraba la ventana abierta y como una cortina tipo visillo, con la cual con la luz prendida en el interior se podía ver perfectamente.
En una de las ocasiones en las que fui al aseo, entró Marcos, y después de magrearme el culo, me dijo que esa noche no me fuera que íbamos tener fiesta. Ya había avisado al viejo Venancio y que este estaba de acuerdo.
Me había cogido en sus brazos, y había terminado por meterme toda aquella polla dentro de mi culito. Y luego ver como miraban aquellos 2 jovencitos con aquella cara de asombro y lujuria, al ver como me daba por el culo aquella tremenda polla, que no me extraña que no pudieran aguantar las ganas de volver a pajearse.
Ufff, suspiré cuando me entraba aquella polla, ¡aaahhh! Ya la tenía toda dentro, ¡ooohhh! Que sensación más rica, notar como me entraba aquella polla en mi caliente culito, mmm, que delicia.
Yo disfrutaba de veras con las historias que Linda me contó sobre cómo ella y Sarah se paraban en topless delante de su ventana del dormitorio y fingían que no veían a los tipos caminando por la acera, sólo un piso bajo su ventana.