Un sábado por la mañana entre en una tienda de ropa. Me quería comprar unos pantalones. La chica que me atendía era rubia, alta, estilizada, muy bonita. Me di cuenta enseguida de que me miraba con ojos seductores.
Resulta que donde yo vivo es en la zona céntrica y por acá existen muchas plazas comerciales se podría decir que todas las mas importante siendo un chico que le gusta ir de compra y siempre estar en la vanguardia de la moda debía acudir con frecuencia a las tiendas es ahí donde conozco a Angie una esplendida mujer de 38 años
Yo era un joven universitario que para pagarse los estudios tenía que trabajar los fines de semana, pero por fin había llegado el verano y con ello las vacaciones, unas vacaciones relativas ya que tenía que estudiar para las asignaturas que me habían quedado y a la vez trabajar sirviendo copas.
Mariana así se llama la mujer de la tienda, ella tiene unos 42 años, es rubia con un cuerpo espectacular, mide unos 1.75 con una cola firme y sus dos tetazas bien firmes. Yo siempre soñé con ella y mas de una vez me pajeaba pensando en ella.
Los he contratado en varias ocasiones y saben que no me importa pagar una buena cuenta si cumplen mis deseos al pie de la letra. El encargo podía sonar raro pero era sencillo de realizar. Tenían que desmontar el espejo del cuarto de baño del pabellón de la piscina y hacer un agujero de 30 X 40 (los acompañaría un empleado mío para abrirles). La pared sobre la que estaba ese espejo daba a un cuarto almacén.
Todavía no había terminado de hablar y ya se había introducido la polla de Arnol en la boca empezó a chupársela de tal manera que Arnol tardo mas bien poco en correrse Sandy con carita de viciosa lo miraba mientras de deleitaba con el placer que le daba tragarse todo el semen de su amado.
Una vez me masturbé detrás del mostrador, me saqué las bragas discretamente y con la mano izquierda empecé a masturbarme, ese día había mucha gente en la tienda esperando para comprar pero yo erre que erre con la manita, al rato la saqué de mi vagina chorreante que desprendía un olor muy fuerte y de tan perceptible que era ese perfume de sexo tuve que ir a lavarme al mano a la trastienda
Esta vez te va a quedar mejor que la anterior – entonces tomo mi cara entre sus manos y me paso la lengua por toda la boca, después me soltó y se empezó a desvestir, yo ya estaba desesperada por ver sus tetas de nuevo pero me acorde de la otra muchacha que estaba atrás y le pregunte
Acércate para ayudarte, ese sostén no se pone así, quítatelo para yo ponértelo. – me lo quite y le dije que me daba pena que me viera así y entonces ella me dijo no hay problema déjame quitarme la blusa para que no sientas pena.
Los dos estábamos sudados cuando frente al mostrador esperábamos que la dependienta me cobrara el precio del corset y lo envolviera para llevarlo a casa de Adela, por eso no me extrañaba su sonrisa ni sus miradas.
Su clítoris estaba durito y puntiagudo y el brillo de la humedad recorría todo su coñito. Seguí lamiendo alternando lametazos con el ensamble de mi lengua dentro de su agujerito cada vez mas abierto.