Unas vacaciones inolvidables, playa, sol, descanso... Y de pronto las cosas se dieron así... Mi suegra y yo pegamos onda, y no pudimos dejar de coger en todas las vacaciones... y por supuesto... le desvirgué el culo!!!
Extasis, pasión, locura, morbo, son algunos de esos sentimientos que permanecen oculto dentro tuyo hasta que un día aparecen y hacen que tu vida empiece a florecer...
Mi nombre es Ángy, y si pensás que mi vida fue un cuento de hadas, andate a la mierda. Desde pendeja, en Rafaela, Santa Fe, mi concha y mis tetas se convirtieron en un puto negocio. Mi vieja, viuda y en la lona, me empujó a este barro y yo aprendí rápido lo que valía mi carne. Treinta años
Después de experimentar y sufrir la mayor vergüenza de su vida, Miguel intenta que todo vuelva a la normalidad y demostrar un profundo respeto y cariño inocente a su tía, pero las cosas no salen como él pensaba.
Rápidamente los besos se volcaron a una sesión de sexo en la que nuestros clítoris se tallaban uno con otro, Andrea rozaba su panocha contra la mía haciendo un delicioso ruido, resultado de la mojadez de nuestras vulvas...
Me puse de pie detrás de ella y coloqué mi pene entre sus nalgas, lo froté un par de veces, tomé con mi mano un poco de humedad de su vagina y lubriqué mi pene, puse la punta justo en su culo y comencé a…
Me senté a la orilla de la cama abrí mis piernas para dejarle el espacio libre y tenerla bien cerca, mi mirada estaba perdida viéndola hacer lo suyo, recogí su cabello un poco para poder observar mejor.
Lo primero fue darnos un largo y sentido abrazo, sentir sus tetas presionando mi pecho me erizo la piel. Te extrañe le dije mientras la besaba en la mejilla, sus manos me tomaron de la nuca y me miró detenidamente a los ojos, en lo profundo de su mirada sentí que lo que estaba por pasar...
No hace falta decir que, una vez que descubrí las delicias de la masturbación, cada vez que ocurría uno de estos episodios corría a mi habitación y me pajeaba hasta soltar chorros y chorros de lefa. Los sentimientos que me inspiraron esas sesiones de masturbación nunca disminuyeron; de hecho
Yo no hacia nada mas que mirarle las tetas, eso si disimuladamente, ella tenía una camiseta bastante ajustada, y un poco transparente, además tenía unos pantalones ajustados por lo cual se le notaba el tanga y me ponía a cien solo con mirarla, el caso es que me parecía raro que mi tía fuese ese día así vestida porque no suele ir de ese modo, pero en cualquier caso se lo agradecí, porque alegraba la vista.