Lo primero fue darnos un largo y sentido abrazo, sentir sus tetas presionando mi pecho me erizo la piel. Te extrañe le dije mientras la besaba en la mejilla, sus manos me tomaron de la nuca y me miró detenidamente a los ojos, en lo profundo de su mirada sentí que lo que estaba por pasar...
No hace falta decir que, una vez que descubrí las delicias de la masturbación, cada vez que ocurría uno de estos episodios corría a mi habitación y me pajeaba hasta soltar chorros y chorros de lefa. Los sentimientos que me inspiraron esas sesiones de masturbación nunca disminuyeron; de hecho
Yo no hacia nada mas que mirarle las tetas, eso si disimuladamente, ella tenía una camiseta bastante ajustada, y un poco transparente, además tenía unos pantalones ajustados por lo cual se le notaba el tanga y me ponía a cien solo con mirarla, el caso es que me parecía raro que mi tía fuese ese día así vestida porque no suele ir de ese modo, pero en cualquier caso se lo agradecí, porque alegraba la vista.
Yo me encontraba de pie junto a la cama totalmente desnuda, y la rubia pequeña empezó a tocarme las tetas desde atrás con sus dos manos, mientras la morena se arrodilló y empezó a pasar su lengua por mi ombligo, bajando, bajando hasta llegar al clítoris. Me puse como nunca. Todavía no habíamos empezado y ya estaba a punto de correrme.
Mi historia de hoy tiene que ver con un viaje reciente a Islas Canarias, estuve un rato de compras, aprovechando las rebajas de la temporada, hacía rato que no me probaba tanta ropa y verme con prendas pequeñitas me había puesto un poco caliente... así que decidí ir a la playa y admirar a las hermosas niñas que se asolean en topples...
Los días siguientes fueron una verdadera tortura; en las noches mientras estaba acostada al lado de mi marido pensaba en Alfredo, en cómo me había hecho el amor y deseaba que volviera a pasar pero estaba consciente que estaba mal aún pensarlo.
Me cansé de que constantemente me la metiera sin motivación, que se moviera un poco y me soltara su leche cuando le pedía un poco de variación; y me cansé de tal modo que le tuve que ponerle los cuernos, sin proponérmelo…
No sólo por su avanzada edad, en que había que pararle el pene a fuerza de besos y mamadas; sino que encima de eso, había que adaptar el cuerpo desnudo a todas las posiciones ridículas que venían en el maldito libro.
La experiencia que voy a relatar es real y ella desconoce que lo voy a hacer, aunque en alguno de nuestros lujuriosos días la haré participe para disfrute mutuo.
Todo empezó cuando cerca de mi casa abrieron un videoclub nuevo, lo observe por fuera y decidí entrar, era un videoclub bastante pequeño, independiente, no pertenecía a ninguna cadena de videoclubs como el blockbuster u otros de ese tipo, bueno estaba mirando las películas y los videojuegos
En verano me bastaba con bajar a la playa, tontear con alguna guiri e invitarla a tomar un cerveza y a fumar unos porros en el apartamento para acabar follando como un descosido, además variando que eso de cambiar de mujer a menudo, digan lo que digan, es lo mas estimulante.
Morbo extremo. Más que hermanas, más que amor entre nosotras. Compartiendo nuestros morbos, compartiendo nuestros vicios.Compartiendo semen, compartiendo pollas, compartiendo amantes. Dos mujeres actuando como una, dos cornudos patéticos.
Después de todo ese ajetreo sexual yo estaba a tope, me dolían los huevos por la erección tan tremenda que no tuvo satisfacción alguna y el corazón se agitaba cuando la veía pasar frente a mí.
Mi madre me dijo que si quería satisfacerla tendría que aguantar mucho mas y que no me preocupase que practicaríamos mucho y que me haría todo un maestro.
No pude más que empezar a chupar sus dedos. Olían a sales de baño, por lo que pude deducir que o mi hermanastra siempre estaba preparada o aquello no era espontáneo.
Por la falta de una figura paterna mi madre tubo que hacer de madre y de padre durante la complicada etapa de la adolescencia lo cual hizo que fuera naciendo entre nosotros una estrecha relación de complicidad.
Aquella mañana mi jefe me había anunciado que vendría a verme una clienta a la que el no podía atender por que tenía que hacer gestiones fuera del despacho. No le di mas importancia, ya había ocurrido otras veces; pero esta sería diferente.
Las secuelas de la actitud de mi padre fue mi timidez y mi soledad y también la de mi madre. Ella sabía que a mí me costaba salir con chicas. Y yo sabía que mi madre no disfrutaba con mi padre.
Ella se levanto se quito el camisón y dejo a la vista esas enorme tetas que tiene adorables su cuerpo estaba fantástico se acerco a mi y me rozo con sus pezones mis cabellos, te gusta así hijo, te gustas mis tetas decia mientras se las apretaba y tocaba sus pezones.
Ella me miraba fijamente, sin apartar su mirada y eso hacia que mis nervios saliesen mas a flote así como mi lívido que luchaba con mis ojos para no bajar mi mirada en dirección a su escote.