Terminamos por hacer el amor en la posición del 69 lo cual fue muy agradable para mí, aproveché para meter uno de mis dedos en su culito; posteriormente nos metimos bañar y ahí dentro seguimos con el intercambio de caricias y besos pero nada más.
Después me tendieron en la cama frente a la cámara y abriendo mis piernas le mostraban a mi esposo mi cuca bien abierta , después cada uno me la lamía mi cuca mientras yo me retorcía de placer pues sabían usar muy bien su lengua, estaba tan arrecha que quise mirar a mi esposo y cuando lo vi que tenía en su mano su verga de un gran tamaño, como a mi me fascina vérsela súper erecta, no aguante y sin más me arroje sobre su verga y le di una gran mamada y el filmaba yo miraba la cámara y sonreía con la verga dentro de mi boca.
Después de un rato al ya tenerla completamente parada, la bese desde su base hasta la punta, saboreando su glande, nuevamente la bese y chupe incluyendo sus huevos a quienes también bese y finalmente me lleno mi boca con más semen, que nuevamente saboree y trague. Qué rico sabor tiene el semen, sobretodo cuando lo depositan en tu lengua para que una lo disfrute y lo saboree.
En la Junta en la que me eligieron, recibí la invitación a cenar en casa de un matrimonio ya de cierta edad, que son los decanos del lugar. Por el aquel de no hacerme antipático, accedí, aunque no me apetecía. La realidad confirmó mis sospechas: yo era el único hombre sólo, entre media docena de matrimonios. Sé que se han celebrado otras cenas. Pero no he vuelto a ser invitado a ninguna de ellas.
Una noche recorriendo unas de las ciudades de la playa, nos metimos los tres a un bar, y después de estar tomando bastante el se quedo totalmente borracho entonces nos fuimos al hotel lo acostamos, y nosotras nos fuimos a la alberca ya que hacia un gran calor nos parecía bueno estar en el agua fresca, como no había nadie alrededor empezamos a jugar nosotras y así estuvimos tocándonos abajo de nuestros bikinis, al irnos a los vestidores me encontré con dos amigos también guías y recordé que ellos me habían hecho trampa para que tuvieran relaciones conmigo
La nueva esposa me puso en cuatro, su busto recaía sobre la cama, con sus manos tomaba mi pene y con sus boca, succionaba mis testículos, sus rodillas se apoyaban sobre el lecho y su cadera estaba levantada y erguida sobre la cama, mi amigo sin pensarlo dos veces la tomo de las caderas y la ensarto enseguida, yo note al ínstate que eso surtía efecto en la arrechera de la tía, porque inmediatamente fue en calibrada, procedió a gemir y a mamarme la verga.
Le agarré del cuello y lo metí en la habitación y comencé a desnudarlo yo misma. Nuestras bocas no se separaban mientras tanto y pronto se quedó en calzoncillos. Era un hombre compacto, apenas más alto que yo, pero tenía pinta de ser un semental. Su pecho cubierto de bello. Se bajó los pantalones y ví un cipote bastante largo. Me empezó a quitar el camisón. y pronto quedé en bragas.
Me puse a pensar en Emilia. Aunque Kuka encontrara antes las bragas, se las daría a Emilia para que tuviera que comerle el sexo. Mi única alternativa era que no encontraran nada. Emilia era una chica parecida a Kuka de estatura. Su pelo era marrón lacio y era muy morena de piel, de cara redonda y nariz respingona.
Se la empezó a meter despacio y cuando el negro sitió que entró la cabeza le dio un empujón que le metió casi la mitad. Mónica gritó en señal de dolor y yo le dije al negro que no la lastimara. Después ella sola se empezó a mover poco a poco. Cuando le entró más o menos la mitad, llamó al otro, para que la penetrara por la vagina. En ese momento empezó a gritar como nunca.
Salí del baño y fui a la recamara a esconderme, entré a al closet y esperaba que siguieran ahí. Ella entró sola a la recamara y estuve tentado a salir pero mi excitación era más fuerte que mi orgullo y dejé que siguiera el momento.
Aquí comienzan las aventuras de una profesora que acompaña a sus alumnos durante el viaje de fin de curso.
Pasé a su oficina y me saludó muy amable, la única mención a la noche anterior fue preguntarme sí había sido una noche agradable, con mi respuesta de que lo había pasado muy bien, solo quedo ponernos a trabajar y así lo hicimos hasta la hora de almuerzo, entonces me invitó a almorzar, supuse que iríamos con Adriana, pero ella no podía acompañarnos ya que esperaba unas llamadas para Nelson, así que nos fuimos los dos solos, almorzamos en un restaurante cercano, fue muy agradable, Nelson era un hombre muy interesante y su compañía era placentera.
Eso calentó un poco la charla y mojo algo nuestras vaginas, me levanté como para vestirme, quite la toalla y quede desnuda frente a Adriana, ella me miró y me dijo que tenía un cuerpo hermoso, yo le dije que ella también era muy bella, entonces se aproximó a mí y me beso fuerte en la boca, fue apasionado, nuestras lenguas enseguida se buscaron y se entrecruzaron en mi boca, ella lentamente fue bajando sus besos por mi cuello, hasta llegar a mis pechos, mis pezones ya estaban totalmente duros, sentí su boca recorriendo mis pechos hasta llegar a mis pezones, los puso en su boca y los chupo fuerte, los apretaba y me los estiraba con sus labios, mi concha se humedecía con esa boca que chupaba mis pezones erectos y excitados
Pensé que lo mejor era convencerla de una vez, así que insistí con mi propuesta y siguió negándose, por lo que le dije que el día menos pensado se encontraría con otro u otros tipos en la cama además de mí que la harían gozar como nunca. Me sonrió y me dijo que estaba loco, lo que me dio pie para jugármela.
Entré en el servicio, me acerqué a ella y esta me acarició el paquete por encima del pantalón. Sin pedirle permiso me agache y le pedí que empezara a mear. Quería tocarle el coño mientras sentaba se meado en mis manos.
Llega el final del misterio en torno al asesinato de un hombre en el transcurso de una tórrida orgía, tras una investigación no menos caliente...
Llevaba tiempo saliendo con mi actual pareja, Fermín. La verdad es que la cosa iba bien, pero tenía la sensación de que la relación se estaba estancando un poco, y sobretodo en el tema sexual. Los momentos apasionados del principio se estaban acabando y cada vez parecíamos más un matrimonio al uso.
Nuestro matrimonio se vuelve a reunir con Juan, en busca de otra excitante experiencia...
En el sexo se cuidaba mucho pero cuando se dejaba llevar por el ambiente y la química, podía terminar en cualquier lado con cualquier tipo. Era una noche de esas, era un momento de esos y no iba a parar.
Ella se me acercó y comenzamos a besarnos, comencé a acariciar su espalda hasta llegar a sus nalgas, ella se estremeció cuando las sintió y se excitó más cuando mis dedos comenzaron a buscar su culito.