Siempre he estado abierto a explorar nuevas cosas con mi cuerpo, esta no fue una estimulación como las otras, tuvo algo nuevo para mi, algo que me hizo terminar distinto.
Si te gustan los relatos de autosatisfacción, ven a leer, te cuento una divertida sesión matutina con mucho detalle, llena de lujuria y el disfrute de mi propio cuerpo.
Os voy a contar la historia de cómo comenzamos en el mundo del nudismo y las experiencias tan bonitas y excitantes que nos regalaron. Y uso el plural porque esta no es solo mi historia sino la historia de cómo una madre y una hija se inician en el apasionante mundo del nudismo y el placer.
Hace unos meses un amigo mío me invitó junto con más amigos a una fiesta que darían unos primos de el, yo decidí ir. La fiesta transcurrió normalmente, mucho baile, bebidas, y algunas otras cosas que puedes encontrar comúnmente en una fiesta loca, mientras transcurría la noche noté que la prima
Cuando encontré la mirada de mi pareja supe que debía probar ese polvo que usan animales en el altiplano. Lo hice de curiosa pero también por lo de adrenalina que tiene esta relación con cuatro hombres.
En el primer capítulo no hice una buena introducción. Os pido que leáis la primera parte antes de leer la segunda. Todo lo que cuento lo he vivido. Y esa fiesta fue el sumum del vicio. Encontraréis de todo: sexe anal, sexo oral, sexo lésbico, uro, dobles penetraciones. Disfrutadlo.
Nos criamos desde pequeños en el pueblo y vamos descubriendo nuestro cuerpo con naturalidad y confianza. Mi prima me pide ayuda con el chico que le gusta.
Vivo solo, tengo una profesión bastante estresante y al llegar la noche, para relajarme leo algún relato como he hecho esta misma noche, los leo totalmente desnudo y me encanta de vez en cuando al tiempo que leo mirar hacia abajo, y ver como mi pene va cogiendo tamaño sin tocarme
Desde los primero años de mi adolescencia siempre me ha gustado mucho masturbarme, lo he hecho de muchas maneras y en muchos lugares diferentes, esto no es nada del otro mundo pero la anécdota que les voy a contar a continuación, ocurrió en uno de mis lugares favoritos para masturbarme: el baño.