relatos eróticos cornudo

40 relatos

Su futura novia y su jefe

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Ahora está embarazada de 7 meses, pero sigue follando como si nada, ya sabemos que será niño y se llamará Carlos, como su padre, esta claro, aunque Blanca dice que es porque le gusta el nombre.

Su buen corazón para conmigo VI

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Me desató y me fue quitando las vueltas del cordel, cuando llegó a la polla, quitó sin ninguna contemplación el cello que unía mi polla al receptáculo de plástico, me aguanté las ganas de chillar, quería demostrarle que su cornudo también era un hombre y que podía aguantar aquello y mucho más.

Su buen corazón para conmigo V

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Su lengua hacía círculos de derecha a izquierda primero y luego al revés sobre su glande rosado y descomunal, se la sacaba y con ella flácida se la restregaba por la cara, como queriendo atrapar los restos de esperma que habían ido a parar a su cara

Su buen corazón para conmigo IV

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Ella que siempre me había considerado su atleta, su niño, su chico de complexión atlética y bien definido, y era verdad, todo era verdad, practicaba atletismo, era delgado, fibroso, complexión atlética y cara de niño porque aunque que tenia 29 años aparentaba 5 menos, había veces que dependiendo de como se vistiera ella parecía mayor que yo, pero bueno esa es otra historia que no viene a cuento ahora.

Su buen corazón para conmigo III

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Nos vestimos, su amante había regresado, ella no dejaba de besarlo y agradecerle con su mirada el despertar sexual de su nuevo agujero, como si yo no estuviera, como sino existiera; el me miraba a mi con prepotencia de saberse mi condición de cornudo sumiso consentido y humillado

Su buen corazón para conmigo II

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Me desataron las manos y volvió a advertirme que ni siquiera me tocara o el resto de velada la pasaría en el cuarto de baño a oscuras y de rodillas con las manos atadas por detrás a mi polla, mientras oiría sus jadeos desde la habitación.

Siempre hubo cornudos

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Esa noche fuimos todos a tomar unas copas y al quedar solos tal cual yo quería, me invito a su casa, como la verdad quería sudar, eso hicimos, utilice mi mejor repertorio, primero ya desnudos, me arrodille ante su miembro, mamándolo como su tamaño y mi calentura lo requerían, estábamos fornicando, cuando alguien toco la puerta de la quinta, sobresaltada interrogándolo con mis ojos, encontré un rostro de extrañeza, en el marco de la puerta del dormitorio, estaba una mujer de unos cuarenta años, morocha, ojos moros

Un trio con mi esposa

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Todo empezó hace diez años cuando le confesé varias infidelidades, para ella fue un shock pues siempre pensó que teníamos una relación especial, pura, por encima de la media. Pero es muy inteligente, entendió rápidamente que somos una pareja más, con sus problemas y crisis.