Relatos eroticos orgias

Sexo entre varias personas.

447 relatos

Detrás del cristal: mi esposa IV

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El protagonista comparte a Susana con los vecinos. Cristina la toca y la provoca, el joven se corre en su boca, y finalmente el viejo la penetra salvajemente en el baño, desatando gemidos intensos que confirman su entrega total al morbo compartido.

La celda I

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Mi primer experiencia en una celda a los 18 años con 8 hombres y dos chicas transexuales

Paz, animando al equipo

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Paz es una mujer morena y curvilínea con enormes tetas, era la esposa de Luis Manuel. También era la madre de dos jóvenes jugadores de fútbol americano, Isaac y Joseph. El equipo estaba perdiendo el torneo nacional juvenil y Paz decidió tomar medidas drásticas para motivar a los jugadores.

El tanguita de Elena

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Esta abrió la boca buscando aire. Nunca había sido doblemente penetrada y menos por semejantes pollas. Notaba como dentro de su coño la polla del negro entraba y salía rozando las paredes de su coño, dilatándolo, como nunca nadie lo había hecho

Sexo y vino

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Sábado por la noche en una quinta a las afuera de la capital federal un grupo de pareja se reunían a comer un asado, los dueños de casa Ana y Jorge junto a Florencia y esteban esperan que llegue julia y Martin (la pareja que faltaban), lo hombre vestían con bermuda y remera.

Una mansión que acoge infinidad de orgías XVI

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Vega no pudo evitar orgasmar en tres ocasiones viendo lo guarros que somos. Sonia se folló en todas las posturas el trasero de Anthony (perra, misionero, de lado, ella sentada y él sentado sobre ella, de pie en diferentes modalidades, etc.), a Anthony le quedó el ojete bien horadado y escocido.

Una mansión que acoge infinidad de orgías XV

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La segurata observa que en la entrada de la mansión están dos peculiares personajes: mi chica Sonia y el que escribe estas líneas, Jonathan. Desde que nos hablaron de la existencia de este lugar no podíamos perder la oportunidad de hacerle una visita. Yo pedí a dos amantes asiáticas y mi esposa...

Una mansión que acoge infinidad de orgías XIV

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Jorge, trabajando en la Mansión El Edén, pudo comprobar, casi como un estudio sociológico y estadístico, que lo que dice en sus artículos la consejera matrimonial Margaret Morgan Clark, es extraordinariamente cierto. De hecho, en la mansión, son muy demandados los chicos que prestan estos servicios.

La quedada II

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Eva se corría sobre la mano de la loba, a la vez que yo tenía que hacer verdaderos esfuerzos para no correrme. Una vez se hubo corrido Eva, fue “la loba” quien se amorró a mi polla comiéndola con gula y frenesí. Menos mal que tenía la boca más pequeña y me clavaba sus muelas, así aguantaría mas.

Una mansión que acoge infinidad de orgías XII

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Por los alrededores del recinto se presenta Lucas. Cumplió con su decisión de aparecer al día siguiente para comprobar por sí mismo si Araceli se tiraba o no a Jorge. Lucas se acerca a una ventana y observa qué ocurre dentro. Ve a Araceli de rodillas manducándole la polla a su compañero.

Una mansión que acoge infinidad de orgías XI

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A la pelirroja le tocó hacer el papel de esclava, de sumisa servicial. Sus compañeras se ensañan con ella. Le escupen en la boca unos considerables gargajos verdosos, le mean en la cara, le mandan que les lama sus respectivos traseros con sus rajas sucias. Caminan descalzas por la habitación y...

Una mansión que acoge infinidad de orgías X

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Cuando el cura ya tiene la polla bien alojada y acomodada en las entrañas de Rafael, le pide a Ana que se suba al “andamio”. Ana se inserta el falo de su padre de una sola clavada y comienzan a follar los tres a buen ritmo. Martirio se acerca y le pega buenos lametazos al conejo de su hija.

Una mansión que acoge infinidad de orgías IX

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Lourdes ideó una sesión peculiar de sadomaso. Ata a la pared a sus clientes, a unas argollas, totalmente desnudos. Ella se dedica a darles patadas en su entrepierna. Primero descalza y luego cambiándose de calzado, desde el más suave (como unas alpargatas), hasta el más rudo (como zapatones).

Una mansión que acoge infinidad de orgías VII

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Un grupo de chicas mete sus pies en una tinaja llena de agua caliente. Se cortan las uñas de los pies, cuando comienzan a ablandar. Con una lima se van deshaciendo de las pieles muertas de los talones. También aprovechan para cortase las uñas de las manos. Todo ello lo echan en la tinaja.

Una mansión que acoge infinidad de orgías VI

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Las chicas, en grupos de 15 en cada sesión, escogen la polla a su gusto, y colocándose en cuclillas montan sobre ellas. Pero el ritmo de las sentadillas no lo marcan las chicas a su voluntad. Hay una persona, que utilizando un gong va marcando el tempo. Con este ejercicio tonifican muslos y glúteos.

Una mansión que acoge infinidad de orgías V

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Este Cónclave lo componen magistrados, catedráticos, nobles de rancio abolengo, burgueses con grandes desembolsos en acciones de Bolsa, etc., etc. Todos y todas ellos ultraconservadores, como no podía ser de otra forma, pues tienen todo un tinglado burocrático y de intereses de clase que conservar.

Una mansión que acoge infinidad de orgías IV

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Don Alfonso es físicamente más repugnante que su falta de ética. No supera el 1,60 m y pesará unos 120 kg. Por si fuera poco, aparte de seboso tiene una halitosis que se percibe a dos metros de distancia. Es extremadamente asqueroso. Un sexagenario que aparenta ser septuagenario.

Una mansión que acoge infinidad de orgías III

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En esta habitación, los tres ocupantes estaban aún vestidos cuando el segurata los interceptó haciendo zapping. Don Benedicto es rechoncho y lleva su habitual sotana y está sentado en una butaca. Enfrente de él, de rodillas como si estuvieran en confesión estaba el matrimonio.

Una mansión que acoge infinidad de orgías I

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Hay una central de control ubicada en una garita (a la entrada de la finca), con 61 monitores, uno por cada habitación. Cuando se selecciona un número de una alcoba, esta se ve en una pantalla de plasma de 84 pulgadas. En esta sala como guarda de seguridad trabaja una chica de 34 años.

Cuando no puedo ser más deseada

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Solo una persona sabe mi delicioso secreto de libertad sexual: mi amiga Laura. Ella es mi compañera en mis días de aventura y hoy es uno de esos días.  Es viernes y tengo planeado ir a bailar con mi amiga. Me encanta bailar, es una de las cosas que más amo… pero no tanto como una apasionada noche.

Pijama de amigas

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Una pijamada refuerza nuestra amistad A medida que la noche avanzaba, el alcohol y la excitación comenzaban a tomar el control. Sofía se acercó a mí y me susurró al oído: "¿Lista para algo diferente?" Me mordí el labio y asentí. "Sí, estoy lista."

El anuncio XII

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¡Hey, tíos... esta rubia quiere un traje! - gritó Juan, soltando los últimos goterones en la frente de la rubia. Los otros hermanos seguían dale que te pego follando a sus respectivas chicas y Helena gritaba de gusto, mientras se sentía llena a tope con esa polla en su culo.
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