Estaba llena, de adelante y de atrás y encima algunos de los que quedaban o tal vez ya me habían cogido, me acercaban sus pijas a la boca mientras se masturbaban y yo como podía les pasaba la lengua.
Me puso boca arriba y comenzó a masajearme mis pechos, primero lo hizo suavemente, pero poco a poco se torno brusco y me los apretaba violentamente, me abrió la blusa y comenzó a chuparme los pezones fuertemente; el terror estaba cambiando a placer, nadie me había tocado de esa manera, y el saber que me encontraba a su merced lo hacia mas excitante.
No, mi niña, esto te prometo que no lo vas a olvidar en tu puta vida dijo el gigante y la sujetó de los muslos para separárselos aún más pese a que ya las chicas la tenían sujeta de los pies, apoyada sobre el cuello, de forma que María sintió que iban a partirla en dos.
Sentirle caliente y duro dentro de ella era una sensación de lo más maravillosa. Cerrando los ojos, ella casi podía sentir ese pene gigantesco palpitar dentro de ella; el pensar en el semen blanco saliendo a borbotones de ese pene grueso muy dentro de ella hizo que su cuerpo temblara de entusiasmo.
Pero también se dio cuenta de otras manos que le tocaban los pechos, mientras otra boca le mordía la espalda, lentamente volvió la cara, pero solo pudo distinguir unos ojos grandes y verdes, como los de una pantera, mirándola con una mezcla de furia y deseo.
Cuando llegue a la quinta de mis compañeros, todos estaban en traje de baño, me fui a cambiar y me uní a ellos en la pileta, me extrañaba como me miraban, cuando salimos después de secarme, sucedió lo que cambio mi vida.
De pronto comenzamos a latir juntos, de una manera casi salvaje, como si nuestras dos naturalezas se sumaran en un solo deseo y ella me mordió de una forma segura y definitiva y yo estallé dentro de ella deshaciéndome en un liquido interminable que se fue derramando a golpes haciéndome sentir sus paredes como lenguas ansiosas que me estrujaran.
Ella no es dada a probar nuevas experiencias, pero esta vez será distinto... no podrá resistir los impulsos sexuales que la provoca un hombre y se entregará a Él, mientras tanto su marido observa todo.
Aurelie, en cambio, gritaba de desesperación, al ser desposeída del conejo ingles, su único medio de entretenimiento. Gritaba "hijos de puta, que alguien se ocupe de mi!!", y cosas por el estilo. Trate de ayudarle con mi mano derecha mientras Jassica subía y bajaba frenéticamente sobre mi polla, de frente a mi y a Sara, cuya boca besaba de vez en cuando.
La esclava no dudo en hacer lo que se la había mandado y despojándose de su pobre túnica se trepo al lecho de sus amos. Por un momento Tut comparo el cuerpo grácil y oscuro de la etíope con la belleza rubia de Sue, cosa que lo excito más aún. -