Le tocó el turno a Carla. A Jorge le costó el desenfundarla de sus vaqueros tan ajustados. Cuando por fin lo consiguió, se acercó a la entrepierna de Carla. Entre las lorzas de la barriga, la grasa acumulada en el pubis y sus muslazos anchotes, a Jorge le costó el abrirse paso para manducar...
Alberto estaba en un dilema moral: o se iba para casa solo y se la pelaba (como lleva haciendo desde la muerte de su esposa); o se enrolla con Harry, que aunque es un hombre, tiene un buen chocho depilado y muy húmedo esperando a ser penetrado por su gorda polla.
Las chicas, en grupos de 15 en cada sesión, escogen la polla a su gusto, y colocándose en cuclillas montan sobre ellas. Pero el ritmo de las sentadillas no lo marcan las chicas a su voluntad. Hay una persona, que utilizando un gong va marcando el tempo. Con este ejercicio tonifican muslos y glúteos.
Es la historia de una de las veces que compartí a mi novia con un amigo suyo y su novia.
Salí de antro con un chavo y despues al hotel, donde me hizo fisting y discutimos. En venganza mostró mis fotos y videos con su mano dentro de mí.
Todo paso en una cama de una casa ajena sin pensarlo.
Entonces ella, sentándose sobre la tapa del váter se bajó los pantalones y me dijo que deseaba que le hiciera una buena comida de coño. A simple vista se le notaban las bragas humedecidas. Le palpé la tela y efectivamente estaban empapadas. Le bajé las bragas y...
Este Cónclave lo componen magistrados, catedráticos, nobles de rancio abolengo, burgueses con grandes desembolsos en acciones de Bolsa, etc., etc. Todos y todas ellos ultraconservadores, como no podía ser de otra forma, pues tienen todo un tinglado burocrático y de intereses de clase que conservar.
“¿Me la está comiendo un maricón?”, “¡Joder, qué vicio tenéis algunos!”, exclama el mocetón. Nerea le explica que el chico tiene espinillas, y que el esperma se lo esparce por frente y mejillas.
En clase éramos veinte alumnos. Pero cuando Julia daba sus clases posaba su mirada en mí continuamente, como si yo fuera el único alumno de la clase. Estaba claro que me estaba haciendo ojitos. Pero, ¿cómo abordarla? En el despacho de profesores era imposible pillarla sola, siempre había alguien.