Tarde de fútbol en casa

Era Sábado por la tarde y estaba en casa con mi amigo Luis viendo el partido de fútbol.

El se había traído una peli porno para dejarme y la metimos en el video para verla un poco en el descanso del partido.

Mi mujer había salido con una amiga que hacía tiempo que no veía. Iba muy sexy como casi siempre que salía con sus amigas, un vestido finito y muy cortito de color crema con un gran escote que ayudado por un sujetador de los que realzan el pecho y de media copa hacía que se le viera la mitad de sus grandes pechos (95 de talla).

Un tanguita negro brillante y unas botas negras de tacón alto y fino cumplimentaban el atractivo conjunto de mi mujer.

Me excite mucho viéndola así y me dejó bastante caliente ya que tenía prisa y no me dejó «jugar» un poco con ella antes de irse.

Después de un rato, llegó mi amigo y empezamos a ver el partido.

Estábamos tomando algo cuando llegó el descanso y comentando las jugadas pusimos la peli un poco.

En ella salía una mujer rubia con unas tetas bastante grandes que me recordó a mi mujer y lo excitante que estaba esa noche.

En la escena era follada por dos tipos fornidos que la hacían de todo.

En esto que oímos que se abría la puerta de la calle y cambiamos de canal, era mi mujer.

Nada mas entrar nos saludó alegremente y se dirigió al sofá donde nos encontrábamos Luis y yo.

Dio dos besos a mi amigo y al agacharse pude verla perfectamente las tetas ya que su amplísimo escote no escondía nada en esa postura, cosa que me excitó un montón.

Pasó delante de Luis y me dio un beso en los labios apoyándose en mi pierna y rozándome el paquete, momento en el que me miro picaramente y sonriéndome ya que noto mi bulto.

En esto que de reojo vi como a Luis se le iba la mirada a las tetas de mi mujer y a su culo redondo ya que al agacharse su corto vestido no podía taparlo por completo y se le veía el comienzo de las nalgas.

Después de saludarnos y dirigiéndose a la mesa del comedor que estaba enfrente para dejar allí su chaqueta se agachó y cogió una aceituna que se nos debió de caer durante el transcurso de la primera parte del partido.

Al hacer esto nos obsequió con una vista completa de sus nalgas separadas por la fina tira del tanga que llevaba.

Y vi como su tanga tenia unas manchas blanquecinas muy sospechosas que me hicieron tener un nerviosos sobresalto acompañado de una nueva erección.

Al bajar la vista hacia la aceituna culpable de que mi amigo se pusiera a cien con la visión de ese hermoso trasero, tuve otro sobresalto ya que sus botas también tenían alguna mancha que otra de color blanquecino y esas las conocía muy bien ya que alguna vez en nuestros juegos amorosos yo me corría en sus botas.

No había duda, mi mujer se había tirado a un hombre en su supuesta salida con su amiga.

Con todo esto Luis y yo estábamos muy excitados y calientes y yo estaba deseando que el partido acabara para quedarme a solas con mi mujer y desfogarme a gusto además de pedirle explicaciones del por que de esas manchas de semen.

Ella se dirigió al mueble-bar y se sirvió una copa mientras nos preguntaba que qué hacíamos.

Le respondimos que viendo un partido de fútbol en la tele y mientras ella se dirigía de nuevo al sofá donde nos encontrábamos nos pregunto que cómo es que teníamos el vídeo en marcha.

Con las prisas solo cambiamos de canal pero se nos olvidó para la cinta.

Según venía cogió el mando de la tele y cambio el canal apareciendo en la pantalla la escena de la mujer y los dos tipos que ya estaban en plena faena a lo que mi mujer dijo con voz sorprendida: ¿Anda, y esto?

Nosotros nos quedamos callados, Luis estaba muy cortado y yo solo le dije que era una peli que me había traído.

Ella sin inmutarse dijo: Que bien se lo está pasando esa chica, a mi no me importaría nada poder hacerlo con dos hombres a la vez.

Diciendo esto ella se sentó en el sofá, entre Luis y yo.

Creo que el escalofrió acompañado de una terrible presión en la entrepierna fue común en Luis y en mi al oír esto.

Yo no sabia que decir a lo que oía y Luis ni respiraba.

Ella estaba muy a gusto y tranquila.

Al sentarse puso la mano izquierda en mi pierna mientras con la derecha sostenía la copa que se había preparado.

Mientras se inclinaba hacia delante para dejarla en la mesa subió su mano hasta mi paquete apretándolo y sobándolo por encima del pantalón y mientras volvía a reclinarse sobre el respaldo del sofá volvió la cara hacia mi y sin perder la sonrisa dijo: UHF, parece que hace calor por aquí.

Yo estaba súper excitado y sin saber que hacer, se la veía muy segura y ardiente y parecía no importarla el que mi amigo estuviera allí.

Y nunca mejor dicho ya que al mirar hacia Luis y bajar la mirada vi que también el era sobado por la otra mano de mi mujer.

Esto me acaloro más y entre la excitación, el nerviosismo y no se que mas, ella me dio un morreo sin dejar de sobar los dos paquetes a lo que yo respondí agarrándole la teta por encima del vestido y nada más apretar su pecho salió por encima del escote a lo que me abalancé sobre su pezón tieso chupándolo y succionándolo.

Mi amigo Luis tenía cara de sorpresa y más cuando Ana que así se llama mi mujer, bajo su cremallera y saco la polla fuera masturbándosela lentamente.

Yo deje la teta y levante la cara, ella sonriendo me besó y dijo: Pues si, tiene que ser una gozada estar con dos hombres a la vez.

Y diciendo esto se inclinó hacia el paquete de mi amigo y se trago la polla entera. Jugaba con su capullo lamiéndolo con la lengua en círculos y de vez en cuando se la tragaba poco a poco mientras con la mano le masajeaba los huevos y le masturbaba la polla.

Así inclinada tenía el vestido por la cintura y me dejaba ver todo el culo.

Acariciándola las nalgas ella levantó la pierna poniéndome la bota a la altura de la cara y yo empecé a lamérsela cosa que me excita mucho ya que soy un fetichista del calzado de mujer.

Le fui quitando el tanga y separándola las nalgas le empecé a pasar la lengua por la raja del culo hasta llegar al coño.

Lo tenía muy húmedo y mi excitación fue máxima cuando penetrándola con la lengua el ano y el coño empezó a salir un montón de semen de los dos orificios.

Ahora ya las sospechas de que mi mujer había sido follada esa tarde por otro eran evidencias claras.

Ella se saco por un momento la polla de Luis de la boca y dijo con mucha tranquilidad:

¿Te acuerdas del novio de María? Estaba con ella y ha amenizado muy bien la tarde.

Yo me quedé boquiabierto, pero tras un momento de incertidumbre seguí lamiendo los agujeros de mi esposa mientras ella con su bota me acariciaba la polla por encima del pantalón.

Mi esposa se comportaba como una verdadera puta, cosa que me excitaba muchísimo incomprensiblemente ya que soy muy celoso pero tal vez eso aumentaba el morbo de aquella situación.

Ana se levantó agachándose sobre mi me saco la polla y empezó a chupármela.

Luis se se levanto y desnudándose la empezó a chupar el coño y el culo por detrás mientras la sobaba las tetas que ya tenía fuera.

Estaba disfrutando mucho por los gemidos que se le escapaban mientras me chupaba la polla con ansiedad.

Luis le trabajaba la parte de atrás con la boca y casi le estrujaba las tetas que no tapaba con sus manos.

Después de un rato así, Ana puso una rodilla a cada lado mío y sentándose sobre mi polla se la clavo en el coño lanzando un fuerte gemido.

Cabalgando sobre mi agarro la polla de Luis que estaba ahora a su lado de pie en el sofá y empezó a tragársela desde la base hasta la punta mientras se agarraba las tetas que botaban de arriba a bajo.

Estuvimos así un buen rato y después haciendo sentar a Luis en el sofá hizo lo mismo que conmigo antes, se clavó su polla en el coño y mientras cabalgaba entre gemidos dijo: clávame tu polla en el culo cariño, que tenías razón, esta tarde lo he hecho y solo duele al principio.

Estoy deseando llenar mi ano con otra polla.

Me puse detrás de ella y la metí de un tirón suavemente ya que su ano estaba más que lubricado y dilatado. La estuvimos follando así un rato en el cual ella debió de correrse varias veces.

Cuando le venía un nuevo orgasmo nos pidió que nos quitásemos y que nos corriéramos en su boca.

Luis y yo nos pusimos uno junto al otro de frente de ella que estaba sentada y masturbándonos unos segundos empezamos a soltar dos ríos de semen sobre su boca abierta que también alcanzaron su cara, pelo y sus dos hermosas tetas que brillaban gracias a nuestros fluidos.

Estuvimos sentados un rato exhaustos y después sin hablar, ella se fue a duchar. Luis y yo nos quedamos callados todavía resoplando.

Luis se vistió y despidiéndose se marchó.

Cuando entré en el baño, mi esposa estaba duchándose y girando la cabeza hacia mi me preguntó tranquilamente: ¿Al final cómo quedó el partido?

Esa noche follamos como locos prácticamente toda la noche sin hablar del tema.