Yo me encontraba de pie junto a la cama totalmente desnuda, y la rubia pequeña empezó a tocarme las tetas desde atrás con sus dos manos, mientras la morena se arrodilló y empezó a pasar su lengua por mi ombligo, bajando, bajando hasta llegar al clítoris. Me puse como nunca. Todavía no habíamos empezado y ya estaba a punto de correrme.
Mi historia de hoy tiene que ver con un viaje reciente a Islas Canarias, estuve un rato de compras, aprovechando las rebajas de la temporada, hacía rato que no me probaba tanta ropa y verme con prendas pequeñitas me había puesto un poco caliente... así que decidí ir a la playa y admirar a las hermosas niñas que se asolean en topples...
Sexo en la oficina. Todo sucedió hace un mes en la oficina de mi mamâ, ella es gerente de una empresa, y como yo ya había salido de vacaciones, me pidio que le ayudara a arreglar unas cosas de su archivero, y de sus papeles.
No estaba seca de ganas de vivir, se sentía a gusto con su amante con el cual recorría el ahora curso lleno de aguas blancas , al mirarlo la metáfora de su vida con el río le llevaban a recordar a Mariela su amiga de noches de caricias y orgasmos yermos, las rocas defendían el avance de las rocas, como sus pruritos lo hicieron la primer vez con ella, infructuosamente , sus goces y deseos se parecían a esa roca ahora un canto rodado que río abajo descansaría en el lecho.
A ella la llamaré Andrea, es una linda mujer, tiene 24 años, mide aproximadamente 1,75 m, es de piel trigueña, pelo negro y lacio, cortado en forma de melena, ojos verdes y grandes, nariz pequeña y respingada, labios gruesos y siempre están rojos, boca mediana, su carita es suave y redondeada, es muy atlética, colita redondita y bien formada y tiene un atractivo muy grande para los hombres que es su senos firmes y grandes (si bien nunca la he medido, calculo unos 99, 60, 90).
Dejen les cuento todo empezo cuando entre a un chat, la salude y todo le pedi su correo y se negó, pero fue tanto mi insistencia que no tuvo más que darmelo, yo le decia muchas mentiras le decia que tenia mas edad que era de otro país y tantas mentiras, que bueno luego le dije la verdad había veces que hasta la hartaba, pero yo tengo algo que a todo mundo le caigo bien
Recordaba haberla visto en otra ocasión en una comunión me parece. Hay un cierto parecido entre nosotras. Ella es más alta, rubia pero también estilizada. Sus ojos también son verdes.
Tengo 5 años de casada. Mi vida sexual es satisfactoria. Sin embargo mi esposo últimamente me ha pedido que tengamos un trío entre él, yo y otra mujer.
Llegué al departamento y ya me esperaban Mabel, Karina y Mari, habían pasado apenas unos días de mi encuentro con la cachonda de Mabel y todavía me temblaban las piernas al recordarlo.
Mientras ella hablaba con Silvia recogí la mesa y me fui a la habitación. Me quedé en ropa interior (un juego azul marino, bonito sin ser escandalosamente erótico) y puse una película de porno lésbico suave.
Ese día algo paso en mi cuerpo y en mi mente, diecisiete años, con un cuerpo que frente al espejo y el de otras chicas totalmente desnudo se siente atrayente, (para algunas), es de imaginar que para los hombres debe ser presa a batir, nos terminamos de bañar en el vestuario después de la clase de gimnasia
Luego de tanta risa y morbosidad, Mónica una de mis mas bellas compañeras propuso que nos quitáramos la ropa, e incluso ella fue la primera en empezar a hacerlo.
Todo comenzó cuando Valeria y yo teníamos 12 años, ya había pasado un mes de lo que me estaba pasando con ella, Valeria en ese entonces era una chica muy linda, rubia de ojos celestes, era mas bajita que yo.
Todo empezó a principios de Junio, el verano no terminaba de entrar y aunque las temperaturas no llegaban de subir el periodo estival ya se hacia notar en el ambiente.
Unas anchas y lujosas escaleras cuya alfombra atenuaba sus pasos. No se soltaban de su brazo, por lo cual no podía buscar a la fotógrafa que tenía en su poder la instantánea en la que besaba a otra mujer.
En esta ocasión les contare lo que me ocurrió un día en un bar de tantos que hay en el la ciudad de México donde conocí a Carolina, una chica muy sensual, ella es de mediana estatura, morena, cabello largo lacio, delgada, piernas torneadas y senos medianos pero firmes y redondos. Además también les mando mi foto y la de Carolina.
“El relato trata de cómo las circunstancias pueden presentarse sin premeditación, haciendo posible el descubrimiento de la oculta identidad sexual de una de las protagonistas”.
Era un bonito lugar caribeño, una isla rodeada de playas enormes de finas arenas y aguas transparentes, palmeras, buena gastronomía y sobre todo hermosos y hermosas nativas de la isla a las cuales era imposible que tanto los ojos de Nuria como los míos no se perdieran en sus curvas y en su tez morena.
La idea de ser eternamente joven, guapa y seductora, así como de alimentarse de hembras le fascinaba. Le pedí que se levantara y que fuera al baño del avión, en un par de minutos iría yo, solo veía esa posibilidad para poder consumar el acto de la transformación.
Estaba esperando a que subiera María, la botones rubia de ojos azules con el pedido de refrescos a mi habitación, estaba ansiosa y hambrienta, llevaba casi dos días sin alimentarme de flujos vaginales y eso el cuerpo lo notaba, acababa de ducharme así que solo llevaba puesta una bata de seda roja anudada con una cinta y que llegaba hasta un poco antes de las rodillas.
La historia que quiero relatarles hoy es del primer acercamiento que tuve con el lesbianismo, fue en el año de 1998, tenía 23 años, estaba de paseo con mi novio un día que nos salimos de la universidad, el plan que teníamos era ir a desayunar y luego visitaríamos uno de nuestros hoteles preferidos.
Mierda no queda café, voy a matar a María, mira que dejarme sin café, sabe que sin él no tiró por las mañanas, cojo la carpeta, la bolsa y me dirijo hacía el metro, parece mentira que Barna, este tan muerta a las seis de la mañana
Es curioso como puedes pasar conviviendo con compañeros de trabajo durante años y de pronto descubrir un buen día que te sientes atraída por ellos, o que te han sabido seducir.